Del jardí bell de València
és Ayelo ermosa flor
que escampa, arreu, les fragàncies
que despedeix lo seu cor
Miguel Ferrándiz . "Himne a Ayelo"


lunes, 29 de marzo de 2010

El capitel jónico vitruviano en la teoría arquitectónica del Padre José Ortiz y Sanz (I): Edición del Palladio de 1797.





La edición de “Los diez libros de Arquitectura de Vitruvio” traducidos del latín y comentados por Don Joseph Ortiz y Sanz, presbítero, (Imprenta Real. Madrid, 1787) es una de las más brillantes aportaciones a la tratadística española y la base del neoclasicismo hispano así como del método científico aplicado a la arqueología. Sus aportaciones a la teoría de la arquitectura en general como el vitruvianismo en particular son innumerables.

La necesidad de esta obra surge en el ambiente arquitectónico de las Reales Academias fundadas por los Borbones españoles a lo largo del siglo XVIII y que toman como modelo las francesas fundadas por Luis XIV a finales del siglo XVII. La función de las academias era docente e investigadora, germen de las actuales universidades. Por tanto, en el caso de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y su sección de Arquitectura, debían cobrar especial importancia las ediciones de tratados de arquitectura y construcción que analizaran fielmente las fuentes disponibles a la vez que las técnicas constructivas.

La edición de Ortiz y Sanz iba encaminada a dotar de una correcta traducción del texto vitruviano a nuestro idioma. Para ello se vale de cuantas ediciones manuscritas o impresas pudo consultar en su estancia en Roma, y de investigaciones arqueológicas con las que comprobar la validez de lo dicho por Vitruvio. Esto último es un aspecto novedoso para la tratadística en general, pues hasta el momento los tratados de arquitectura, a la hora de ser ilustrados, se valían de colecciones de dibujos repetidas invariablemente desde el Renacimiento y que adolecían de ciertos errores de datación y representación. A la luz de los nuevos descubrimientos arqueológicos así como del interés en convertir la arqueología en disciplina científica, estos análisis perfectamente documentados a través de las numerosas notas del Tratado, constituyen el primer ejemplo de arqueología moderna española, pues el padre Ortiz emplearía el mismo método años después en su viaje arquitectónico-anticuario.

Antes de entrar de lleno en la cuestión que nos interesa, cabe añadir además que la edición de Vitruvio de 1787, y sobre todo la de Palladio de 1797 son de las primeras en incluir los métodos modernos de representación en planta, alzado y secciones perfectamente delineados y sin perderse en efectistas juegos de sombras, muy en la línea de lo que por esas mismas fechas empezaba a enseñar Jean Nicole Louis Durand en París. En la nota 11 del Sexto libro, capítulo 1, Ortiz clama contra aquellos que “se tienen por hábiles en esta difícil Arte cuando saben trazar los cinco órdenes de Vignola, todo muy curioso, muy bien tocadito de aguadas y engalanado de adornos a las mil maravillas” (1). Muy similar a lo que dice Durand en la Introducción a sus “Lecciones de Arquitectura” (1819): “Lejos de añadir cualquier cosa al efecto o a la comprensión de estos dibujos no hace más que añadir oscuridad y equívoco" (2).

Dentro del Tratado de Vitruvio, una de las muestras más curiosas del rigor con el que Ortiz y Sanz unió textos, imágenes e investigación arqueológica es su comentario y propuesta de trazado de la voluta jónica vitruviana. Al no haberse conservado las ilustraciones originales del tratado, los primeros comentaristas se encontraron, a la hora de definir el capitel jónico, con un texto de difícil comprensión que no sabían como interpretar comparándolo con los restos que tenían a su disposición (en su mayoría correspondientes a edificios bajoimperiales o recuperada de estructuras anteriores). El trazado de la voluta resultante era muy complejo y añadía una característica no indicada por Vitruvio como era la disminución progresiva de la costilla y el cojín (elementos interior y exterior de la voluta), complicando aún más tanto el trazado del capitel como su posterior ejecución por el cantero.

Es en la nota 30 del Libro Tercero, capítulo tres, donde por primera vez se plantea este nuevo trazado de voluta, demuestra la incongruencia del trazado de la voluta de anteriores tratadistas, deja someras indicaciones de la ubicación de los capiteles estudiados y menciona por primera vez la redacción de un tratado aparte destinado exclusivamente al capitel jónico (3):



Trazado de la voluta jónica según Perrault. Perrault, Claudio. Compendio de los diez libros de arquitectura de Vitruvio.Traducidos al Castellano por Don Joseph Castañeda. Imprenta de D. Gabriel Ramirez. Madrid, 1751. Lámina VIII - Proporciones del capitel Jónico.



Trazado de la voluta jónica según Ortiz y Sanz. Vitruvio Polión, Marco. Los Diez Libros de Arquitectura, traducidos del latín y comentados por Don José Ortiz y Sanz Presbítero. Imprenta Real; Madrid, 1787. Lámina XXXI.

“Confieso no haber podido comprender de dónde sacaron sus volutas Serlio, Philandro, Palladio, Vignola, Salviati, Goldman, Caramuel, Perrault, Bibiana, Galiani y tantos otros escritores de Arquitectura, que diferente de esta la enseñaron, cuando la de Vitruvio es tan simple y la de ellos tan enredosa, impropia y buscada. Es impropia porque representando lo sobrante arrollado de un cojín o colchoncillo, no es natural que el hueco representado por la canal sea más ancho que el lleno, representado por la costilla: ni esta más delgada hacia los extremos, sino toda de un espesor mismo. Es cierto que se hallan en Roma algunos capiteles Jónicos, cuya canal es algo más ancha que la costilla; pero es para dar mayor cuerpo y majestad a las hojas, vástagos, etc. que se hallan esculpidos en ella: pero la costilla es igualmente ancha desde su principio hasta el ojo.”

“Ciento treinta capiteles Jónicos todos uniformes he examinado prolijamente, para poder asegurarme de cuanto escribo; y en ninguna cosa de Vitruvio he puesto mayor cuidado que en restablecer su voluta.”

“Esta es sin duda la voluta Vitruviana que tantos pretendieron haber hallado, dándonos volutas tan diversas; y la única que se halla en el Antiguo, en cuanto a igualdad de la costilla. Ni fue necesario que Vitruvio se difundiera en la descripción de la espira siendo tan simple y fácil; cuando en la de los modernos era fuerza una explicación más prolija. La necesidad de restablecer esta voluta para reducir el capitel Jónico a su simplicidad antigua, me movió a escribir un tratado de ella en lengua Italiana, citando positivamente los parajes de Roma en que actualmente se hallan los capiteles que he examinado; pero su publicación se ha preservado para otro tiempo.”

“Uno de estos (capiteles) observé en el Foro Romano en poder de un marmolista, en compañía de D. Jayme Folc y D. Joseph Guerra, escultores pensionistas de la Real Academia de San Fernando, el día 16 de Julio de 1781 (…). Semejantes a éstos los hay en Tívoli, en un templo antiguo ahora dedicado a San Jorge. Así son también los del templo de la Fortuna Viril en Roma, hoy Santa María Egipciaca, aunque maltratados por el tiempo.”

“Como estos son los del Templo de la Concordia a la falda del Capitolio. Cuatro hay en el pórtico de la Iglesia de Santa Cecilia; uno en el claustro de San Clemente junto al anfiteatro de Vespasiano; otro junto a la puerta de S. Cesario, sobre la mano izquierda; otro en el portal de la hostería de la campana detrás del Teatro de Marcelo; y otros muchos esparcidos por las calles de Roma, y en poder de los marmolistas y varios particulares.”

Pablo Álvarez Funes. Publicado en su blog: otraarquitecturaesposible.blogspot.com

NOTAS:

(1) Vitruvio Polión, Marco. Los Diez Libros de Arquitectura, traducidos del latín y comentados por Don José Ortiz y Sanz Presbítero. Imprenta Real; Madrid, 1787. Libro VI, Capítulo 3, nota 11, p. 139 (puede consultarse una edición facsímil en línea a través del siguiente enlace del Ministerio de Fomento).

(2) Durand, Jean Nicole Louis. Compendio de lecciones de Arquitectura. Ed. Pronaos; Madrid, 1981. Introducción p. 23. Puede consultarse la edición francesa de 1840 en google libros (enlace).

(3) Op. Cit. (1) Libro III, Capítulo 3, nota 30, p. 74.

domingo, 28 de marzo de 2010

"Fulles al vent" de Luis Laporta Bort


.



"Teuladí soc de l'horta que no sap més cantúria
que la pobra que canta amb estil camperol ..."
Luis Laporta Bort


El passat 24 d'abril vam editar en el blog un articul de Mª Carmen Martínez de Pablos amb el títol "Dos personajes de la época de Carles Salvador" on ens descobria la figura de D. Luis Laporta Bort, prestigiós cirurgià i un gran poeta que, per desgràcia, resta desconegut i oblidat per a tots.

D. Luis Laporta va publicar dos llibres de poesia: "Flor humils del meu jardí" (1948) i"Fulles al vent" (1951) que, donat les escasses tirades dels llibres de poesia i el que no s'hagen tornat a editar, són de molt difícil accés en l'actualitat. Afortunadament, Mª C. Martínez acompanya el seu article de unes pàgines facsímils de "Fulles al vent", on podem llegir alguns dels poemes de Laporta i sentir-nos transportats per "les imatges poètiques clares i fresques com l'aigua d'un ullal que aflora a les vessants de la Mariola", segons diu Carles Salvador en les seues "Paraules Proemials".



Paraules proemials. Proleg de C. Salvador al llibre
"Fulles al Vent". Per a llegir-lo feu clic sobre la foto


En este pròleg C. Salvador ens conta que Laporta va ser deixeble seu durant els dos anys que va estar de mestre al nostre poble (al respecte podeu llegir "Carles Salvador als Quatre Cantons") i el qualifica com un xiquet intel·ligent, viu i bondadós. Dels set als nou anys el futur doctor i poeta va rebre les ensenyances del seu mestre Carles i és ben segur que les va aprofitar. Podem pensar que l'amor i el respecte per la nostra llengua que trobem en els escrits de L. Laporta van nàixer en la antiga escola de la plaça del Palau, on aquell mestre novençà (tenia 19 anys) va plantar una llavor que fructificaria en el futur i que quaranta anys després tornaria a unir els seus destins en les pàgines de "Fulles al Vent".


Degué ser una gran satisfacció per a C. Salvador prologar este llibre, no tan sols per retrobar al antic deixeble d'Aielo com un "... distingit metge, notable cirurgià, escriptor d'obres mèdiques, llorejat poeta i autor d'un volum de poesies valencianes ...", sinó també perquè "sembla haver escoltat el meu crit renovellador llançat als quatre punts cardinals de les lletres valencianes de la post guerra: ¡Retornem a Llorente!". Després de alguns anys participant amb èxit en nombrosos Jocs Florals i d'haver publicat "Flors humils del meu jardí", Laporta era un destacat seguidor dels postulats de C. Salvador: "un retorn al sentiment fugint de la poesia freda i decadent, carregada de cerebrals universalismes i de forçada imatgeria ja tòpica".

També seria un orgull per a L. Laporta llegir estes paraules proemials que li va dedicar el seu mestre d'Aielo, on no s' escatimen elogis sincers per a la seua poesia..."imatges que apaguen la set poètica sense pesantor ni estragament perquè són fines, transparents i suaus, ben lluny de la disfressa del vers"..."Senzillesa, emoció i musicalitat, claredat d'expressió i veu abaritonada, veu d'home quallat, sabedor de tots els registres tonals amb què el cor humà pot cantar els afectes ".

El destí capritxós que els va unir en 1951, es va tornar cruel quan se'ls va emportar al dos 4 anys després, en 1955, amb pocs mesos de diferència (Luis Laporta va morir el 13 de març i Carles Salvador el 7 de juliol). Dos vides trencades prematurament, però que ens han deixat un llegat que perdurarà per sempre. En el cas de Carles Salvador, la seua obra està amplament divulgada i té una Fundació en Benassal (Castelló) amb el seu fons documental i bibliogràfic. Però si parlem de Luis Laporta trobarem un autor que va publicar dos llibres de escassa tirada fa seixanta anys i que no trobem ni en la Red de Biblioteques Públiques ni en les llibreries especialitzades. Trist destí el de alguns poetes.

Es per això que voldríem fer servir esta tribuna per a pal·liar en part este injust oblit i llençar al vent de la xarxa algunes de les seues "Fulles"; son dos poesies amb una mètrica molt cuidada i que mostren clarament la musicalitat de unes imatges fines, transparents i suaus, tal com diu C. Salvador en les seues Paraules Proemials.

És la poesia d'un humil poeta nostre, Luis Laporta, aquell que cantava com un pobre i senzill teuladí

Calabuig





Anys 1912-14. Carles Salvador amb 58 alumnes, un dels quals era Luis Laporta. La foto procedeix de la seua filla Sofia. "Tindria molt de goig si encara puguera conéixer deixebles de mon pare o que ells es reconegueren en aquesta fotografia". Sofia Salvador, 17 desembre de 1993 en la intervenció que va fer en l'Aula de Cultura amb motiu de l'homenatge fet en Aielo a Carles Salvador conmemorant el centenari del seu naixement








........ oooOooo ........



¡Anhel!

¡Volar! ¡Sempre volar! ¡Volar com raig de llum!
¡Ser portat pel fort vent com una ploma!
¡Confondre's entre els núvols en la broma!
¡Desfer-se, en fi, com espiral de fum!

¡Anar! ¡I sempre anar! Deixar-se arrossegar
com fulla seca que en lo riu caiguera
i que es troba a la fi de sa carrera
perduda al mig de l'infinit del mar!

¡Dormir! ¡Sempre dormir! ¡Deixar que el cansat pit
es recolze en un son sens despertar!
¡Entre la boira a cegues caminar
en braços de la Pau i de l'Oblit!

¡Ser com volva de neu que al vent viatja
i després de volar, per fi, es soterra!
¡Ser granet cristal·lí d'humida terra
ignorat en l'inmens de la Gran Platja!






Teodoro Llorente (1836-1911)






Al poeta Llorente
(Amb motiu d'una visita a l'hort de Museros)*

Com qui entra a deshora, descobert, en un temple,
i el silenci no gosa, temerós, a trencar,
en trobar-me a esta casa, tan pauruc me contemple
que no encerte a altra cosa que amb veu baixa cantar.

Teuladí soc de l'horta, que no sap més cantúria
que la pobra que canta amb estil camperol.
¿Com cantar d'altre modo, quan els marges del Túria
ja han deprés el cant màgic del cabdal rossinyol?

Mes encara que pobra, ma cançó en este dia,
amb la veu ben baixeta, humilment cantaré
Perdoneu que no tinga d'altres aus l'harmonia
...¡Són cançons casolanes les que jo cantar sé!

Quan l'albada el cel pinta amb clarors delicades,
quan el dia desperta de l'aurora al conjur,
tota l'horta s'encisa escoltant les tonades
de l'ocell que li ofrena el seu himne més pur.

El bell himne ressona ¡pregoner de València!
despertant ressonàncies com campana d'or fi.
i per sempre el bell càntic d'harmoniosa cadència
fa reviure la glòria de l'ocell cantarí.

Les virtuts d'un gran poble que treballa i que resa,
que somnia i que canta, que sap riure i plorar,
la barraca voltada d'hortolana bellesa,
la remor de la brisa, la cantúria del mar,

el perfum del gesmil, del clavell i la rosa,
la claror del blau cel, la foguera del sol,
l'amor pur a València, la sultana formosa,
...¡tot s'escolta als arpegis del florit rossinyol!

Passa el temps implacable colpejant amb sa maça
que tants noms, brava, enfonsa sota el pes de l'Oblit.
Mes son nom s'ageganta, i a mesura que ell passa,
ses cançons van més dolces a flairar nostre pit.

* Teodoro Llorente solia estiuejar en un xalet en Museros amb un hort-jardí que es conserva encara i pot visitar-se. Així ho va fer Laporta i fruit d'esta visita seria este poema dedicat al poeta de la Renaixança Valenciana. Laporta es veu com un humil teuladí que amb veu baixeta demana perdó per no poder cantar amb les harmonies dignes del florit rossinyol que es T. Llorente.

jueves, 25 de marzo de 2010

El capitel jónico vitruviano en la teoría arquitectónica del Padre José Ortiz y Sanz (II): Edición del Palladio de 1797.


En el Tratado de Palladio de 1797, el padre Ortiz vuelve a sorprendernos con una magnífica traducción al castellano, así como con un cuerpo de notas extenso donde no sólo se limita a indicar aclaraciones al texto palladiano, sino que nos revela su pensamiento arquitectónico. En ambas ediciones, vitruviana y palladiana, las notas podrían conformar un tratado de arquitectura por sí mismas, dada su consistencia y precisión. Estas mismas notas son las que en 1819 empleará en la redacción de sus “Instituciones de Arquitectura Civil”. Aquí además cobra especial importancia el dibujo de las villas palladianas y los elementos de arquitectura enunciados por el arquitecto veronés, pues la propia naturaleza de Los cuatro libros es mucho más gráfica que el texto vitruviano, tanto por la componente explicativa del trazado de los órdenes, como la de muestrario de las propias creaciones palladianas (villas y palacios, ya que los dos últimos libros nunca llegaron a editarse).

A la hora de describir el capitel jónico palladiano, perfectamente trazable según el método del arquitecto veronés, Ortiz y Sanz vuelve a insistir en la pureza de su voluta y, aunque hace referencia a los comentarios de la edición de 1787, desarrolla su idea de forma más extensa que la primera vez.

“La voluta Jónica que describen por vitruviana los autores modernos de todas las naciones seguramente no lo es, como demostré en mis Comentarios a dicho autor pág. 74, nota 30 y Lámina XXXI. Así, para las personas que no los tengan a mano, pondré aquí lo sustancial de lo que allá dice.”

“No me acabo de admirar que los tratadistas modernos de Arquitectura volutas Serlio, Philandro, Palladio, Vignola, Salviati, Goldman, Caramuel, Perrault, Bibiana, Galiani yotros innumerables nos hayan dado una voluta Jónica tan diferente de esta, queriéndonos persuadir que no sólo es antigua, sino aún la que describe Vitruvio. Que en mi sentir no es la Vitruviana lo demostré bastante en mis Comentarios a este autor, página y notas citadas arriba; pero de que no es la antigua será la prueba más firme no hallarse un capitel Jónico con tal voluta en ningún edificio Griego ni Romano. El primer moderno pues que puso en sus escritos Arquitectónicos la voluta Jónica común, seguramente no la copió de lo antiguo, sino que se la ideó a su gusto y capricho, y dio lugar a que los que vinieron después cayesen en la falta misma, siendo más fácil copiar de los libros que de los monumentos. No me acuerdo de haber puesto en cosa alguna de Vitruvio más atención y cuidado que en esta, viendo que copiando todos la descripción de este autor sacábamos todos volutas tan diferentes. Tuve pues por necesario examinar el mayor número de capiteles Jónicos antiguos que pudiesen hallarse en Roma (donde está la fuente de lo Antiguo, y donde yo escribía mis Comentarios), y concluí decidiría la duda la mayor proporción de volutas que se hallasen uniformes. Casi todo el año de 1781 empleé en este examen; al cabo del cual resultó a favor de mi voluta el sufragio de todos los capiteles Jónicos que en Roma merecen ser vistos y estimados. La voluta común según la describen los modernos, no se halla en Roma, singularmente respecto a disminuir la costilla o arista desde su principio hasta el ojo. En uno u otro capitel Jónico he visto la canal un poco más ancha que la arista, aunque igual en todo su giro por serlo la arista misma; pero es en los que llevan algunos vástagos de relieve en la canal misma. Debió de hacerlo así el Arquitecto para dar alguna mayor dignidad y tamaño a la escultura. No viéndose pues en el Antiguo capitel Jónico, cuya voluta no tenga la costilla y canal iguales en anchura desde su principio hasta el ojo, ¿a qué propósito trabajar y fatigarse tanto para disminuir geométricamente dicha costilla, y asegurarnos que así la hicieron los antiguos? Exceptúo siempre las del Teatro de Marcelo, y las del anfiteatro de Vespasiano, las cuales no pueden llamarse volutas, sino unas desgraciadas cartelas, cuya espira apenas da una vuelta entera, y malísimamente talladas. Como estas y aún peores se podrán acaso hallar en las excavaciones, y efectivamente ví una de muy mal escoplo en la Iglesia de San Sabá en Roma, en compañía del Académico Arquitecto Don Manuel Martín y Rodríguez. Pero ¿quién no sabe que también en los mejores siglos de las artes hubo siempre artistas chapuceros? Los inteligentes y de gusto depurado deben imitar lo que esté más lejos de los defectos, y vean más canonizado por los sabios Arquitectos Antiguos.”

“Para que nadie crea hablamos de gracia, citaré aquí los parajes de Roma donde se hallan cerca de doscientos capiteles Jónicos que observé y examiné con cuidado en la demora de más de Seis años que en Roma hice. En el Rion o cuartel llamado La Regola, caminando desde la pequeña Iglesia de San Bartolomé de Vaccinari para el puente Sixto, y en las callejuelas adyacentes orillas del Tiber, hay más de cincuenta de estos capiteles con las mismas dimensiones y volutas que doy en mi diseño (…). Hay también algunos dentro de las mismas casas de curtir las pieles. Cuatro se ven en la isleta de casas entre Il Gesù y Plaza Venecia. Doce en las paredes del Convento e Iglesia de las Monjas de Tor-di-Specchi y calles vecinas. Dos en la calle que de Marcel de Corvi conduce a la cárcel Mamertita hacia lo alto de la cuesta. Otros dos en la puerta de la Iglesia del Colegio Calasanzio. Cuatro en la pared de enfrente de la tabla de carne del hospital de Peregrinos. Dos en la callejuela detrás del Palacio Gottifredi. Catorce en la Iglesia de Santa María in Transtiberim, los cuales están excelentemente trabajados y con muchos adornos. Seis en la Iglesia de San Juan y San Pablo. Otros seis en la Iglesia de San Jorge in Velabro. Veinte y tres en la Iglesia de San Esteban Redondo. Veinte y cuatro en Santa Constancia, los cuales, aunque Jónico-Compuestos, la voluta es como la mía. Doce en los callejones inmediatos al río como vamos de Ponte Cestio a Ponto Rotto en Trastiberim. Cuatro hay en la parte posterior del teatro de Marcelo sobre la misma puerta de la hostería de la Campana. Veinte y seis en el pórtico e Iglesia de San Lorenzo fuera de los muros. Cinco en la de los Santos Cuatro Coronados, con otros muchos que omito por no ser molesto. Todos se hallan expuestos a la pública vista y examen de cualquiera, y todos son de la figura y hechura misma que doy en mi lámina XV.”

“Siendo pues esto cosa de hecho y fuera de toda disputa, ¿quién no se admirará de ver en los autores voluta jónica tan diversa, difícil y complicada, y no verla en ningún edificio antiguo? Aún el célebre Grabador Juan Piranesi copió tan diferentes de lo que son las de Santa María Egipciaca, las del Teatro de Marcelo y algunas otras, que no las conocerá quien las coteje. De la voluta Jónica hice un tratadito en Roma, y tengo intención de publicarlo cuanto antes pueda. El modo con que hallé la construcción o delineación de esta voluta en el capitel mismo, especialmente para hallar los cuatro puntos de que se describen las espiras, veáse en el lugar arriba citado de Vitruvio" (1).

Capitel jónico vitruviano (2)

Capitel jónico palladiano (3)

El tratadito al que hace referencia en sus notas probablemente se extravió con la venta de la biblioteca del presbítero tras su muerte en 1822 para pagar unas deudas por impuestos (y que le habían sido condonadas por las Cortes de Cádiz en virtud a sus méritos) y que Fernando VII volvió a hacer efectivas. En cualquier caso, a partir de las notas mostradas y las láminas adjuntas es posible tanto trazar la voluta como seguir el rastro dejado por él mismo para identificar los capiteles empleados.


Pablo Álvarez Funes. Publicado en su blog: otraarquitecturaesposible.blogspot.com.

NOTAS:

(1) Palladio, Andrea. Los Cuatro Libros de Arquitectura de AndreaPalladio, Vicentino. Traducidos e ilustrados con notas por Don Joseph Francisco Ortiz ySanz, Presbíero. Imprenta Real. Madrid, 1797. Página 24-Notas a la lámina XV.
(2) Id. Lámina XV.
(3) Id. Lámina XVI.

miércoles, 24 de marzo de 2010

" I jugarem al flendit de nit ", o como en la Nochebuena de 1895 llegó la electricidad a Ayelo

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Rafael Ferrero Terol escribió una serie de artículos que aparecieron en los Libros de Fiestas de 1990, 1992 y 1993 donde nos contaba los orígenes y el nacimiento de la Hidro-Eléctrica Ayelense, la construcción de la Fábrica de Luz y los estatutos de aquella sociedad mercantil.


A lo largo de estos, el autor nos traslada al Ayelo de 1895 donde un puñado de capitalistas emprendedores, con Bautista Aparici a la cabeza, consiguieron fabricar la luz que iluminó por primera vez Ayelo y otros pueblos vecinos. Fue un proyecto innovador y vanguardista para la época, pues el primer alumbrado público en Europa es de 1881 y en España de 1890, tan solo 5 años antes.


No es difícil imaginar la expectación que debió crear en el pueblo; para mucha de aquella gente la electricidad debía ser cosa de magia y no podían imaginar como iban a cambiar las cosas tras su llegada. La inauguración del alumbrado público fue una Nochebuena de 1895 y pocos se debieron perder los actos que se celebraron. Dice R. Ferrero que después de una solemne misa " ... se bendijo solemnemente la red eléctrica a los acordes de la Marcha Real y con la presencia del Ayuntamiento, autoridades y gran número de particulares que no quisieron perderse tamaño acontecimiento. Conectado el electro dínamo, dio fluido a potentes focos de luz que transformaron por completo el aspecto de las principales calles de la población, llenando de júbilo y satisfacción al vecindario. Posteriormente se ofreció un ágape en los salones de la Casa Consistorial, en donde con encendidas arengas se exaltaron los nuevos progresos que aportaba la nueva iluminación. El acto concluyó con el estrépito de tracas y cohetes, pero también con el jolgorio y griterío de unas gentes que llenaron las calles y las plazas de Ayelo exultantes de alegría."



La Central no sólo se concibió para el alumbrado de las calles y las casas, sino también para la industria de la zona, deseosa de modernizarse y necesitada de esta nueva forma de energía que les permitiría ser más competitivos. Ello explica que en el accionariado de la Sociedad figuraran capitalistas foráneos, que eran dueños de fábricas, interesados en esta nueva y prometedora energía que iba a sustituir a la del vapor.

La Fábrica de Luz también llevó la inquietud a algunos, pues precisaba del agua de la acequia para mover sus turbinas, 1650 litros por segundo, que obligaron a hacer trabajos de adecuación en la presa la Fos y el tramo de la acequia hasta la Central. Hay documentos que recogen las protestas de los regantes del barranc del Joncar solicitando que " ... se haga aumentar la lámina de agua para facilitar el riego, hoy difícil en las propiedades de los firmantes".

Aquel proyecto pionero pronto tuvo éxito y abasteció de fluido también a Ontinyent, y ante la demanda creciente no se tardó en aumentar la capacidad para servir también a L'Ollería, Albaida y Bocairent. Así tres años después, en 1898, se encarga al ingeniero Julián López Chávarri la ampliación de la planta y la construcción del edificio que todos conocemos junto a la Font d'Allà Baix.




La construcción de la Hidro-Eléctrica Ayelense supuso para el pueblo, en palabras de R. Ferrero: ".. una importante transformación en el campo energético, consolidándolo como uno de los centros más importantes en la producción de fluido eléctrico de la región valenciana, y por tanto, la primera población de la Vall d'Albaida en cuanto a producción y distribución del mismo".

Quizá aquella Nochebuena algunos niños pudieron cumplir el deseo de jugar al flendit de noche, tal y como lo contaba mi abuelo, Enrique Calabuig, y no cabe duda de que fue un gran acontecimiento que se debió recordar durante mucho tiempo, aunque sus ecos ya se han apagado 115 años después.

Calabuig

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martes, 23 de marzo de 2010

El REBOST DE MARUJA

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Esta secció va dedicada a Maruja Colomer Sanchis (Aielo de Malferit 1924-2010), i a totes les dones d’Aielo que com ella, expertes entre putxeros i perols, contaven contes, dites i receptes als seus en casa i també s’ho contaven elles entre elles quan anaven a coure als diferent forns del poble.
Maruja, amant de les tradicions, sabia les corresponents dites per a cada estació de l’any, preparava les pastes pròpies de la temporada que sempre anaven acompanyades dels licors típics d’Aielo o entonava les cançonetes pròpies del temps.
En este apartat anirem bussejant en el receptari de Maruja “la Botja”, menjars que canviaran segons la festa, l’estació del any, l’època de la matança, l’adoba’t ...
Començarem per donar la benvinguda i benedicció de la taula, com ella solia fer sempre quan a la taula estava la família reunida per a gaudir d’una bona paella o qualsevol altre menjar.




“Esta es la bendición de San Comemos
que no vengan más de los que estamos
y si alguien viene, que pudiera suceder,
Santo Dios, con tu gran poder
que le quite las ganas de comer”.

.....
Ara per Sant Josep toca menjar bunyols, bunyols “al minuto”, bunyols de carabassa... acompanyats d’una infusió típica d’Aielo “el timonet” i segons qui, amb unes gotes d’aiguardent.
El timonet es pot collir per tot el terme d’Aielo, per a que quede perfecte cal mesclar una “rameta” de timó mascle i l’altra de timó femella.
Al foguer es posa un perolet amb aigua a escalfar i quan comence a bullir s’afegeix el timó.
Para la taula amb mantell bordat i les corresponents tovalloles o “servilletes”, com se sol dir. Trau de “l’alacena”, eixe armari de paret on es guarda el que és per a moments especials, les millors tasses i la gerreta, la sucrera i els coberts, la millor vaixella per a l’ocasió i al mig un bonic ram de flors no massa alt.
I damunt la taula es col.loquen les fonts amb els bunyols, platerets amb sucre i l’aiguardent.
Quina agradable vesprada de diumenge es pot passar amb amics o família fent este berenar típic de l’estació primaverenca¡



RECEPTA DE BUNYOLS AL MINUT:
- 2 ous
- 2 llimonades
- 2 gots de llet
- farina aproximadament mig quilo
La pasta deu quedar caldosa
La pasta es posa a la paella d’oli amb una cullera o també es pot fer servir el motlle per a fer bunyols.



I per acabar cal brindar amb molt d’humor i simpatia i amb la gràcia especial que tenia Maruja:
“El que bebe se emborracha
El que se emborracha duerme
El que duerme no peca
El que no peca va al cielo
Al cielo vamos...,
bebamos!.


MªJesús Juan i Mariló Sanz
.....

viernes, 19 de marzo de 2010

1880-1936: L'ESCOLA EN AIELO DE MALFERIT

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Al Llibre de Festes de 1996 podem llegir la col.laboració de Mª del Carmen Agulló Díaz, doctora en Filosofía i Ciències de L'Educació, titulada: "Notes Escolars. Aielo de Malferit 1880-1936" que, com ella diu a peu de pàgina, són uns apunts de la conferència pronunciada a L'Aula de Cultura el dia 11 de Maig de 1996, dins de la Setmana de la Lectura i en homenatge al mestre Miguel Ferrándiz.

Mª Carmen Agulló ens parla de les penúries de l'educació al nostre poble fins 1931, quan es van inaugurar les noves escoles i que va coincidir amb les innovacions en política educativa de la II República. Encara viuen alguns dels 302 xiquets que les van inaugurar i recorden amb estima aquells sis mestres que, amb abnegació i en classes de més de 50 alumnes, intentaven educar-los. Tasca difícil considerant l'agitació d'aquells anys però que en molts casos es va aconseguir. En reconeixement a ells i en record de tants que han passat per allí rescatem estos apunts.

Calabuig



NOTES ESCOLARS. Aielo de Malferit 1880-1936

"Com era l'escola dels nostres pares, dels avis, dels pares dels avis? Si ens remuntem a l'any 1880 Aielo de Malferit era una població de 2696 habitants que comptava només amb una escola per als xiquets i una altra per a les xiquetes, quantitat a totes llums insuficient i, encara més, il.legal, ja que, segons la llei Moyano (1857) haurien de comptar amb dos per a cada sexe. Per si fóra poc, n'eren 133 xiquets i 115 xiquetes els qui estaven matriculats, agrupats en l'edifici nº 6 de la Plaça del Palau, amb molta necessitat d'obres i distribuint-se les xiquetes baix i els xiquets en la primera planta, compartint recinte escolar i habitatge dels mestres .


Faltaven mestres i espai però no puguem oblidar que, en aquella època, eren els Ajuntaments els responsables de pagar-los el sou als mestres, la casa habitació i també dels locals i material escolar. Els retards a l'hora de pagar eren de l' ordre de quatre a sis mesos, arribant inclòs a no fer-ho en tot l'any. No és d'estranyar, per tant, que fóra una trista realitat la dita de "passar més fam que un mestre d'escola"

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