Del jardí bell de València
és Ayelo ermosa flor
que escampa, arreu, les fragàncies
que despedeix lo seu cor
Miguel Ferrándiz . "Himne a Ayelo"


miércoles, 7 de julio de 2010

Moriscos de Ayelo (I)

.

LOS MOROS O SARRAÏNS DE AYELO,
MUDÉJARES Y LUEGO MORISCOS (I)
por Fernando Goberna


Encuentro de caminantes moriscos según una imagen del s.XVI


EL HALLAZGO DE UNA TUMBA

En abril de 1988 un albañil de Ayelo trabajando en una zanja enfrente de la casa señalada con el número 121 de la calle Sants de la Pedra, dio con su pico, a una profundidad de unos 52 a 64 cm., con lo que parecían unos huesos. Escarbada la tierra vio que aquellos eran huesos humanos, y que el golpe dado con su herramienta había sido tan desafortunado que había destrozado completamente el cráneo de un esqueleto. Avisado el arqueólogo de Ontinyent, mi amigo Agusti Ribera, llevó a cabo un examen de lo que en efecto era una tumba antigua. Por su informe (1) sabemos que se trataba de una fosa alargada y estrecha ajustada al cuerpo que en ella se depositó. La posición del mismo era en decúbito lateral derecho excepto la mitad superior que estaba ligeramente desplazada a decúbito supino, los brazos doblados por los codos hacia la pelvis,mientras las piernas estaban extendidas y ligeramente flexionadas. El cuerpo tendría una altura total de alrededor de 1,80 m., y seguía una orientación sur-suroeste, con el rostro hacia el sureste. Las consideraciones de Ribera sobre la misma, dadas las características de la postura del cuerpo y con el rostro hacia oriente, es que se trataba de un enterramiento que seguía el rito islámico, enterramiento muy sencillo pues no se encontró ningún tipo de ajuar funerario (sólo dos piedras de unos 30 cm. alrededor del cráneo que Ribera piensa podrían formar parte de la cobertura de la tumba o de la señalización de la misma). En la tierra de relleno de la fosa sólo encontró algunos fragmentos de cerámica vidriada de dificil cronología. En conclusión, su opinión es que la tumba era la de un morisco probablemente del siglo XVI.

Algunos años antes se había encontrado otra tumba a unos 15 m. al suroeste de ésta que hemos comentado, y también, como bien dice Ribera, la gente mayor recuerda que cuando se construyeron escuelas aparecieron muchos huesos humanos, así como en otras obras dentro de esta área (como la llevada a cabo en la casa señalada con el número 113 según me han contado). Todo hace pensar, pues, que se trataba de una maqbara o cementerio musulmán situado a las afueras del primitivo recinto medieval, a un lado del camino que unía Ayelo con Cairent (recuerda Ribera que los cristianos, a diferencia de los musulmanes y anteriormente los romanos, enterraban a sus difuntos intramuros de las villas).


La tumba encontrada en abril de 1988

Pero, ¿quiénes eran estos moriscos que habitaban por entonces Ayelo?. Dejemos de momento esta tumba probablemente del siglo XVI (volveremos al final de este escrito sobre la misma) y retrocedamos al siglo XIII.

LA PRIMERA POBLACIÓN DE SARRACENOS EN AYELO EN EL SIGLO XIII. SUS COSTUMBRES.

Es bien conocido que después de la conquista a los moros de la Xátiva musulmana (7 de Junio de 1244), el rey de Aragón y Mallorca, conde de Barcelona, Jaume I no tuvo ninguna resistencia en el Valle de Albaida en donde estuvo en el otoño-invierno de 1244 y comienzos de 1245 con el propósito de que le juraran fidelidad los pobladores de aquel Valle. Lo que encontró fue algún castillo, como los de Rugat, y Carbonera, algunos poblados como los de Albaida, Ontinyent y Llutxent, y alquerías (casas de labranza que aprovechaban el agua de los rios o manantiales). De estas últimas algunas debieron de ser muy antiguas, del tiempo de la romanización, y otras creadas por el asentamiento de los árabes en los siglos anteriores a la llegada del rey Jaume (2). Ayelo y Cairent debieron de ser alquerías del tiempo de la romanización, tanto por su denominación como por los hallazgos arqueológicos encontrados.

Un efecto de la conquista de las tierras valencianas a los moros fue que muchos de estos tuvieron que ir desplazándose desde las zonas más fértiles y más cercanas al litoral hacia el interior montañoso y más dificil de cultivar (un hecho notorio de la conquista fue que la gran mayoría de la población sarracena permaneció en tierras valencianas a diferencia de lo ocurrido en el resto de España; quedó población mudéjar en Aragón, sur de Cataluña, Reino de Granada, y sobre todo, en el Reino de Valencia).

Poco después el rey Jaume comienza a hacer donaciones de estas alquerías como forma de recompensar a los que estaban a su servicio, es lo consignado en el famoso Llibre del Repartiment.

Sin embargo el primer documento que yo conozco en donde se menciona que en Ayelo había población de mudéjares (probablemente repoblación después de la conquista por desplazamiento de otros lugares como hemos dicho), es de 1272, es decir 27 años después de la llegada del rey Jaume a nuestras tierras. El documento está dado en Valencia el 18 de Octubre de ese año y es una concesión del infante D. Pedro (hijo del rey Jaume, el cual seria el rey de Aragón Pedro III a la muerte de su padre ocurrida unos años después, en 1276) a los sarracenos de Ayelo para que contribuyeran según el mismo fuero de los sarracenos de Montesa. Dice así:
Noverint universi quod nos, infans Petrus, ( ... ), concedimos vobis universi sarracenis tam masculis quam mulieribus alcherie nostre de Ayelos, presentibus scilicet et futuris, quod pro personis, hereditatibus tam de regadivi quam de seccano, bestiario, fructibus et ( ... ) vestras teneamini nobis contribuere ad forum sirve Sunam sarracenorum Muntesie ( ... ). Datum Valentie, XV Ralendas novembris anno Domini Mg CC2 LXXC, secundo (3).
Así pues la situación de los mudéjares de Ayelo no era muy diferente a la de sus vecinos de otros lugares, eran vasallos de la corona y de los diferentes dueños o señores de la alquería de Ayelo, a los que contribuían con parte de los frutos que cultivaban.

Los mudéjares de Ayelo durante la Edad Media vivían en relación con los mudéjares de l'Olleria, los del poblado del Veinticinc (situado en las cercanías de lo que fue ermita de San Juan Bautista), y los de Cairent, pues como veremos más adelante también allí se agruparon en una antigua alquería creando un poblado. Más lejos, hacia el sur, los de Ontinyent, y hacia el norte los de Montesa, y ya bajando el Valle por l'Ollería, la que había sido importante población musulmana, Xátiva. Por eso durante la Edad Media los caminos importantes para los mudéjares de Ayelo eran los que conducían a l'Ollería (quizá el mismo camino viejo que conduce hasta allí desde Ayelo, y hoy destrozado por la autovía) a Cairent y Montesa. A lo lejos veían las suaves cimas del Benicadell, y más a lo lejos la Sierra Mariola, y detrás de la Sierra Mariola debían de saber, aunque algunos no lo hubieran visto nunca, que se encontraba el mar, y más allá del mar el Islam y los lugares santos.

Existe constancia de que los mudéjares de Ayelo construyeron una mezquita (4) que sería, lógicamente, de pequeñas dimensiones, y allí realizaban sus oraciones. De sus ritos religiosos, en general de los mudéjares valencianos, se sabe que conservaban el ayuno durante el Ramadán (noveno mes lunar musulmán en el cual debían de guardar la más completa abstinencia desde la salida del sol hasta la puesta). Sin embargo, parece ser que no conservaron demasiadas fiestas de las que celebraban sus antepasados.

Practicaban la cincuncisión a los recién nacidos y esto era signo de identidad islámica (solía practicarlo alguien del poblado que sabía hacerlo o retajador). El ministro religioso era el alfaquí, el cual, al igual que los sanadores, no tenía porqué vivir en el mismo poblado, pues generalmente recorría un territorio más o menos extenso visitando los poblados. Eran asimismo muy aficionados a colgarse bolsitas con amuletos, que solían ser pequeños trozos de papel en los que había escrito algunos versículos del Corán, aunque la mayor parte no sabían leer los textos (5).

Ya hemos visto como el cementerio lo construyeron a un lado del camino que conducía a Cairent. Los ritos mortuorios consistían en lavar bien los cuerpos, amortajarlos, y tenderlos de costado en dirección a la Meca, el lugar santo o alquible, y siempre en una fosa cavada en tierra vírgen.

Sobre sus casas hay que decir que en general eran pobres, utilizando la piedra, el barro y la caña. Sin embargo, tenemos el testimonio excepcional del propio canónigo Ortiz (Ayelo de Malferit 1739- Valencia 1822) que llegó a ver todavía algunas de sus construcciones, pues en su Vitruvio, comentando las bóvedas y cubiertas de ladrillos planos puestos uno al lado del otro, dice lo siguiente:

En el Reyno de Valencia es muy común el uso del yeso en toda suerte de paredes á cubierto, con grande ahorro de gastos. Para los revocos es necesario mezclarle arena, pues de lo contrario levanta vexigas por su mucha fortaleza. El Conde d'Espie en su libro intitulado: "Maniere de rendre toutes sortes d'edifices incombustibles", impreso en Paris año de 1754, parece se hace inventor de los tendidos en texados y cubiertos sin armaduras de madera, y solo con ladrillos y yeso: como igualmente propagador en Francia de las bovedas tabicadas, construidas con ladrillos puestos de plano unidos con yeso. Aunque para Francia pareciesen nuevas estas bovedas y cubiertos, no lo eran para España. En el Reyno de Valencia son antiquísimas, y se hallan en varias Iglesias de 300 años de antiguedad. En casas particulares las hay del tiempo de los Moros y Moriscos.(6)
Hablaban el árabe pero cada vez con más palabras romances incorporadas en su habla diaria, lo que al final hizo que su forma de hablar fuera un dialecto hispano-árabe, al cual los que hablaban romance llamaron algarabía, mientras los mudéjares llamaban a la lengua romance algamia.

Su agricultura era casi toda de regadío en bancales pequeños, aunque eso si, muy intensiva en esfuerzo humano. El cultivo básico para su alimentación era el trigo, seguido de otros cereales más pobres, luego molían y tostaban el grano en sus hornos de leña. También cultivaban viñas, generalmente para hacer pasas, higueras cuyo fruto era muy frecuente en su al¡mentación, y algunas hortalizas y calabazas. El secano lo cultivaban muy poco. Cuando tenían buena cosecha debían de cambiar o vender sus frutos en los poblados vecinos.

También conservaban los carniceros el rito de sacrificar a los animales con la cabeza mirando al alquible, dejando entera la nuez al segarles la garganta.

Por último diré que el topónimo Belitroyes parece ser de etimología árabe y haría referencia a un nacimiento de agua.

SU VASALLAJE TRAS EL PRIVILEGIO CONCEDIDO A JAUME DE MALFERIT.

Como hemos visto la situación de los mudédajes de Ayelo no era muy diferente a la de otros poblados, pero en 1445, es decir 173 años después del anterior documento comentado en el que se otorgaba a los mudéjares de Ayelo que contribuyeran con el mismo fuero que los de Montesa, iba a haber un cambio importante en su vasallaje.

Los dueños de la antigua alquería de Ayelo se habían ido sucediendo durante todos esos años, pero en 1445 era señor de Ayelo Jaume de Malferit (los Malferit eran de origen catalán asentados en Xátiva al parecer desde la época de Jaime I). En este año de 1445 el rey Alfonso V el Magnánimo, en Italia por entonces, concedía a Jaime de Malferit que era lugarteniente del Gobernador del Reino de Valencia de más allá del Júcar, por sus servicios prestados, y también en agradecimiento a su hijo Francisco que había participado en sus campañas en el reino de Sicilia y era camarero suyo, la jurisdicción civil y criminal, alta y baja, y el mero y mixto imperio de su lugar de Ayelo. Todo esto, recogido en el derecho medieval aragonés, significaba que los vasallos habitantes del lugar de Ayelo quedaban bajo la jurisdicción del señor territorial, pudiendo arrestarles, encarcelarles, procesarles, castigarles, aplicarles suplicio e incluso la muerte y confiscación de bienes como forma de ejercer justicia.

Ayelo pasaba a ser así lugar de señorío, mientras otros lugares vecinos mantendrían su carácter de lugares de realengo, es decir dependían más de la corona que de un señor territorial, aunque bien es cierto que Ayelo no fue una excepción pues casi todos los lugares del reino de Valencia habitados por mudéjares acabaron siendo lugares de señorío territorial.

Además de lo dicho, aunque esto no era privativo de los señores jurisdiccionales sino de todos los dueños de lugares de vasallos, los vasallos tenían que partir con los señores los frutos de la tierra que cultivaban, además de toda una serie de pagos monetarios por las casas que habitaban, los molinos, hornos, etc.., además, no podían abandonar ni vender sus casas sin permiso del señor, y para los mudéjares, estaba también, lo que se conocía como azofras. que eran servicios personales a sus señores.

No obstante, los mudéjares de Ayelo, como los de otros lugares, también disponían de tierras propias por las que no pagaban nada a los señores, eran los alodios o tierras de libre cultivo en propiedad. Asimismo las higueras, al menos en el caso de Ayelo, no estaban sujetas a partición (sus frutos) con el señor pues eran francas o exentas de partición.

Una vez recibido el privilegio debió de ir al lugar de Ayelo este Francisco de Malferit a tomar posesión del mismo como señor territorial y jurisdiccional. Estas ceremonias se repetían cada vez que heredaba la posesión un descendiente, y consistía en recorrer el lugar tomando posesión de los molinos, hornos, huerta etc.., que eran unos actos simbólicos (entrar y salir el señor en estas dependencias como signo de posesión, y realizar otros que significaban su jurisdicción) de los que daba fe por escrito un escribano.

Fernando Goberna.Primera parte de su artículo publicado en el Libro de Fiestas del año 1996


NOTAS:

(1) AGUSTÍN RIBERA.; Una tomba morisca en Aielo de Malferit. En: ALBA. Revista d'estudis comarcals d'Ontinyent i la Vall d'Albaida, nº24 (1989), pp. 129-131.

(2) Sobre el tema de las alquerías véase: ABEL SOLER: "Regadiu, toponimia i poblament islàmic a la conca alta del riu d'Albaida" y TORRÓ JOSEP:"Assentaments i heretats. Consideracions sobre la colonització a la Vall d'Albaida (1245-1295) "; ambos en: "750 ANYS COM A VALENCIANS:ALBAIDA I LA VALL 1245-1995". Ontinyent,1995.

(3) CATÁLOGO DE LA DOCUMENTACIÓN RELATIVA AL ANTIGUO REINO DE VALENCIA CONTENIDA EN LOS REGISTROS DE LA CANCILLERIA REAL (DOCUMENTOS DE JAIME I). ARCHIVO DE LA CORONA DE ARAGÓN, redactados por Jesús Ernesto Martínez Ferrando. Madrid, 1934. t. I, p. 59.

(4) Véase el conocido por informe Fabian y Fuero: "Primera (y segunda) parte de la relación hecha en virtud de la Real Orden de su Magestad de 18 de abril de 1790 que contiene los (4) partidos a que se compone el Arzobispado de Valencia, manuscrito nº 35 del Archivo del Ministerio de Asuntos Exteriores (Madrid).

(5) ARDIT, MANUEL: "Los Moriscos", en HISTORIA DEL PUEBLO VALENCIANO. Ed. Levante. Valencia, 1988, pp. 433 - 452.

(6) ORTIZ I SANZ, JOSÉ: LOS DIEZ LIBROS DE ARCHITECTURA DE MARCO VITRUBIO POLIÓN. Imprenta Real. Madrid,1987, p.172-3, nota 10.

1 comentario:

  1. Los comentarios de esta entrada han sido trasladados a la entrada "Sobre el nombre de Ayelo" del 2 de agosto de 2010.

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