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25 de octubre de 1925. Mª Ángeles Belda ( en primer plano junto al niño) posa en el patio del Palacio de los Marqueses de Malferit en Ayelo junto a los asistentes al banquete que ofreció allí D. Bautista Aparici. Con motivo de la colocación de la primera piedra de las Escuelas Nacionales y la inauguración de la nueva Casa Cuartel de la G. Civil, visitó el pueblo el Cardenal Benlloch y una nutrida comitiva de autoridades provinciales. (Procedencia de la foto: Arxiu Fotogràfic Biblioteca Degà Ortiz. Juan José Tudela)
Ahora digamos algo de los hombres de Ayelo, los ayelenses de aquellos años, si no recuerdo mal, no tenían escuelas graduadas ni Institutos de Bachillerato en los pueblos de los alrededores, algo que hoy tenemos al alcance de la mano.
Recuerdo a dos venerables maestros Dª María Arabí y D. Leonardo Carreres. Dª María impartía sus clases en su misma casa de la plaza del Palacio o del carrer Vell. Recuerdo haber pasado por allí; vi las puertas que estaban abiertas de par en par; a la izquierda entrando, estaba la tarima de la maestra, a la derecha las alumnas, que debían ser las mayores porque aparecían muy compuestitas. D. Leonardo daba sus clases en los bajos del Ayuntamiento, en el local que ahora ocupa la biblioteca municipal.
Pero los hombres de Ayelo, sin graduados y sin institutos, supieron desde antiguo ser unos grandes promotores, engrandeciendo al pueblo con sus iniciativas. No quiero decir que no hubiera algún universitario; recuerdo al abogado Sr. Bataller, tio abuelo de los Liñana, a D. Adrián Sancho, también abogado, y al notario D. Juan Castelló, que por entonces creo que ya lo era de Melilla, pero esto eran excepciones.
Yo no recuerdo a Ayelo sin luz eléctrica, pero conocí a aquellos ayelenses que habían promovido la Hidroeléctrica Ayelense, que fue organizada como sociedad anónima. La fundaron entre otros ( porque no es posible que recuerde a todos) los Juan Sanchis (el abuelo), los Sanchos, los Mompó, Bautista Aparici, los Belda de mi familia, etc ... La Hidroeléctrica Ayelense era muy importante en aquellos años, pues daba fluido a Bocairente, Onteniente y a Ollería además de a nuestro pueblo. El ingeniero que la proyectó fue el Sr. López Chavarri Andújar ( por cierto que la hija de este ingeniero casó en Ayelo con el también abogado Vicente Juan Belda, tío carnal de Paquita Más - q.e.p.d.-).
La Hidroeléctrica Ayelense era administrada por una junta, pero los "factotum" eran el presidente (mi tío Miguel Belda lo fue durante mucho tiempo) y un secretario, cargo que desempeñaba Miguel Colomer. Todo iba a las maravillas, las acciones rendían estimables beneficios hasta que llegó la competencia en forma de las grandes compañías nacionales y hubo que vender la fábrica.
Otra creación importante, que dio fama a Ayelo, fue la de la Fábrica de Licores Aparici Sanz Ortiz. Yo conocí a los tres fundadores, aunque del sr. Ortiz tengo un recuerdo confuso, creo que llevaba barba. El sr. Sanz se separó de la fábrica matriz para fundar otra en Játiva. Estas fábricas tuvieron su época floreciente cuando estaban de moda los jarabes y los anises, y no la Coca-Cola. El Anís Ayelo y el Anisete Supremo de Sanz tuvieron fama más que regional.
Recordemos así mismo aquellos ayelenses que se preocuparon de abrir carreteras para aliviar a Ayelo de la penuria de comunicaciones. Durante mucho tiempo, quizá años, yo no oía más que hablar a mi padre con sus amigos de la carretera del Campello a Mogente. Y al diputado voy, y del diputado vengo. Porque los diputados a Cortes eran los valedores en Madrid de los pueblos que les habían votado. Si no recuerdo mal, Ayelo correspondía al distrito de Enguera. En cierta ocasión vino a comer a casa el diputado que lo era entonces D. José Maestre, y a aquel almuerzo asistieron varios de los componentes de las fuerzas vivas del pueblo. A los postres el Sr. Maestre, de pie y con gesto y tono castelariano prometió solemne el conseguir para Ayelo la antedicha carretera. Esto era antes del año 22 en que murió mi padre. Poco después se comenzaban las obras de la carretera.
Otra gran empresa de los hombres de Ayelo fue la introducción de las vides americanas a raiz de la filoxera, empresa que iniciada modestamente ha tenido como sabemos un gran desenvolvimiento. Yo recuerdo que se recibieron en casa de mi tio Miguel Belda las primeras plantas americanas llegadas a través de Francia. Venían embaladas en grandes cajones de madera y envueltas en musgo vegetal. Así que los primeros viveristas en Ayelo fueron: Bautista Aparici, Rosendo Sancho y Miguel Belda Domenech.
Y vamos por fin a hablar del acontecimiento que nos reune hoy aquí. Las antiguas escuelas no hubieran podido estar situadas en el sitio que están si antes no se hubiera abierto el Ensanche. Antes de que esto tuviera lugar, para salir del pueblo por la calle Mayor había de practicarse un zig-zag o ángulo recto, doblando primero a la derecha, después a la izquierda y , pasando por delante de la misma puerta de la Beneficiencia, ir a la cruz a buscar la carretera de Onteniente. De modo que la salida rectilinea de la calle mayor estaba obstaculizada por un elevado bancal, propiedad de los hermanos Daniel y Joaquín Mompó, que rodeado de tapia menos la parte recayente a la dicha calle, que era de verja, constituía un delicioso huertecillo, donde los dueños pasaban la mayor parte del día y donde recibían a sus amigos. Aquello constituía un estupendo mirador de toda la calle Mayor hasta las cuatro esquinas.
Echarlos de allí sin un expediente de expropiación era difícil, ya que el pueblo tenía su salida más antigua por la continuación de la calle de la Iglesia. Y fue mi padre el que , apelando al bien del pueblo, convenció a sus primos hermanos Daniel y Joaquin Mompó, para que consintieran en destruir su querido huerto que quedó convertido en una parte carretera y otra los jardines que llamamos Ensanche. Y entonces fue cuando D. Bautista Aparici propietario de los solares existentes a la izquierda del paseo donara ese solar al pueblo después de levantar a su costa la pared de contención. Y en aquel solar se levanto hoy esta escuela.
El día de la colocación y bendición de la primera piedra de estas escuelas fue un gran día de fiesta para Ayelo, pues además se bendijo e inauguró el cuartel de la Guardia Civil. Por la mañana las autoridades locales y provinciales (pues asistieron el Gobernador Civil de la Provincia y el Presidente de la Diputación entre otras) con su eminencia el Cardenal Benlloch y los padrinos, marcharon a la iglesia donde el cardenal ofició una misa por los ayelensens fallecidos. De allí la comitiva y el Sr. Cardenal revestido marcharon al solar mencionado donde tuvo lugar la colocación y la bendición por su Eminencia de la primera piedra, siendo padrinos D. Bautista Aparici y la srta. Ángeles Belda. En el mismo acto se firmó la correspondiente acta. Era entonces alcalde del pueblo D. Miguel Colomer y cura párroco D. Cipriano Valero.
A continuaciçón el padrino, D. Bautista Aparici ofreció un banquete a su eminencia el Cardenal y autoridades en el palacio de los Marqueses de Malferit, cedido amablemente por sus dueños.
Pero una primera piedra es una sola piedra; luego había que levantar la escuela y habiendo sido nombrado alcalde de Ayelo D. Vicente Barber, consiguió dar un ritmo acelerado a las obras comprometiendo al vecindario con aportaciones de jornales y materiales hasta ver terminado el edificio. En ello el sr. Barber puso tanto calor que yo le recuerdo encaramado en una escalera dirigiendo la parte central del edificio como un obrero más. Las generaciones presentes de ayelenses deben a estos dos hombres el cálido agradecimiento que se merecen.
Mª Ángeles Belda
Fragmento de su conferencia del 13 de mayo de 1980 con motivo del 50 aniversario de la inauguración de les Escoles Velles.
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