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La Fuente del Ensanche cuando Aielo se llamaba Ayelo. Foto: Arxiu Fotogràfic Biblioteca Degà Ortiz.
SOBRE EL NOMBRE DE AYELO
por Fernando Goberna
Los argumentos que siempre he defendido respecto al nombre de Ayelo los vuelvo a exponer aquí. El cambio a Aielo siempre me ha parecido una injusticia, pues obedecía a motivos derivados del nacionalismo que iban directamente en contra de la historia de nuestro pueblo. Pensar que una personalidad de tanto peso en la cultura como el deán Ortiz estaba equivocado cuando escribía el nombre de su pueblo es de mucha presuntuosidad por parte de todos aquellos que han favorecido este cambio.
El topónimo Ayelo no es, evidentemente, una palabra que se encuentre en ningún vocabulario y menos en el valenciano o catalán, por lo tanto nunca debe estar sujeto a las normativas convencionales de ninguna lengua. El topónimo obedece a la historia y a los documentos que nos informan de la misma, y a mí me gustaría conocer esos documentos de los partidarios de escribir Aielo, y me quedaré sin conocerlos porque no los tienen.
Los filólogos deben aconsejar un cambio de nombre teniendo en cuenta los documentos y, en algunos casos, una determinada fonética del nombre acomodándola a una lengua en concreto, como es el caso de Ontinyent, donde hay una tradición en la fonética valenciana que lo respalda; pero en el caso de Ayelo no hay tal cosa, ya que existe diferencia fonética al leer Ayelo y Aielo, entonces ¿por qué se cambia?.
La razón es muy simple: porque en la normativa catalana creada por Pompeu Frabra se eliminan la y griega y esto que se refiere, como no puede ser de otra manera, a la lengua de uso, es decir a las palabras que se pueden encontrar en el vocabulario, nunca debería tener su efecto en los topónimos, pero aquí entra el nacionalismo.
El cambio de Ayelo por Aielo es consecuencia de los intereses del nacionalismo. La transición política, una vez concluida la dictadura franquista, predispone a estas actuaciones sobre los topónimos con el argumento de que la lengua ha estado prohibida y ahora toca volver a poner las cosas en su sitio. Pero los topónimos como el de Ayelo nunca han estado en otro sitio que en el que le corresponde por su historia, y aún así, por una decisión de la corporación municipal, se procede a solicitar el cambio oficial sin aportar ninguna prueba documental.
Esto ocurre en el ochenta y tantos y este hecho de oficializar el cambio en la forma de escribir el nombre se convierte en un tema tabú, yo mismo me he sentido en muchas ocasiones silenciado por tratar de explicar lo improcedente de este acuerdo. El único argumento que se aporta para solicitar dicho cambio es el de un acomodo a la lengua valenciana o catalana, y ya he dicho anteriormente que ni aún este hecho está justificado porque no existe ninguna variación fonética al pronunciar Ayelo o Aielo, tan sólo la decisión de Pompeu Fabra de eliminar la" y".
Aprovechando esta circunstancia, los nacionalistas, para llevar esta decisión también a los topónimos como Ayelo, atropellan su historia. El hecho de que no hubiera protestas en el pueblo es sencillo de entender, estamos hablando de la transición política y, además, hay que tener en cuenta las pocas referencias culturales de la mayoría de la población, y así, a los partidarios de que pase a ser Aielo no les es difícil presentar el hecho como consecuencia del cambio político, y así todo queda resuelto.
En un reciente escrito de Emili Casanova sobre la toponimia "Aielo" sus argumentos son que la decisión de cambiar la forma escrita de Ayelo a Aielo no obedece a ninguna intención política, que hay un consenso a propuesta de la UNESCO sobre la validez de que en los nombres de localidades se puedan aceptar los apelativos, que el cambio ha sido bien aceptado por la población de esta localidad, y que la decisión del cambio obedece tan sólo a la normativa catalana - valenciana, esta última por lo dictaminado en las Normas de Castellón.
Sobre la intencionalidad política no voy a insistir porque parece evidente, y de no ser así nadie se hubiera molestado en cambiar la forma escrita del nombre cuando toda la documentación de su historia, hasta el cambio, está con y. Yo he sufrido presiones al respecto, y, al escribir por ejemplo que el deán Ortiz nació en Ayelo de Malferit, he sido rectificado y se ha puesto en su lugar Aielo de Malferit, cuando a todas luces es algo incorrecto.
El argumento de que el cambio ha sido bien aceptado por la población yo creo, y así lo he dicho ya, que fue debido a las circunstancias especiales de la transición política después de la dictadura franquista, y a que además la población tiene, en general, poco contacto con la documentación histórica de su pueblo, y por último a que no es un cambio muy sustancial y que no afecta a la manera de pronunciar el nombre.
El argumento de la UNESCO esta muy bien, pero precisamente Aielo no es tal cosa ni ha tenido tradición popular a su favor.
El de la normativa de la lengua de uso catalana (Pompeu Fabra), valenciana (Normas de Castellón) es eso: una normativa convencional que no debe entrar, salvo que el topónimo así lo precise, en este campo de la toponimia, porque, sinó, ¿para que sirve la documentación de la historia del pueblo?.
Las consecuencias del cambio, a mi juicio, son las de ruptura en la historia del pueblo, porque, quiérase o no, los nacidos antes del decreto del cambio han nacido en Ayelo de Malferit, y los nacidos después lo han hecho en Aielo de Malferit. Este hecho trata de salvarse ignorando el acontecimiento en sí, cual es el de que hay una fecha concreta en la cual se pasa, por decreto, de Ayelo a Aielo. Y esta es parte de mi revindicación sobre este asunto, es decir que se reconozca publicamente que tal decreto ha existido.
Fernando Goberna
Si tant parles de la censura, que et pareix el que han fet en el Aielo del teu escrit del bulletí el fil. No recalques que Ayelo no té variació i et pareix una injusticia el que han fet o es que et pareix malament sols la censura de certs col·lectius.
ResponderEliminar¡Aguardat! Per tots els puestos el catalanisme persistent. Cada vegà som mes els que mos afaenem en convertirvos en el ridicul mes patetic de l'historio de la civilisacio.
ResponderEliminarJo entenc la postura de Goberna perquè és la meua i crec que la de molts "ayelenses" que hem perdut una part de la nostra identitat al canviar el nom del nostre poble. Admire la valentia i la integritat intel·lectual de Fernando per defendre una causa perduda com esta i des d'ací vull mostrar-li el meu respecte i consideració animant-lo a seguir aixina.
ResponderEliminarAunque vivo fuera y no haya nacido en el pueblo me siento ayelense porque lo fueron mis padres y mis antepasados que descansan en el cementerio. En mi familia siempre me transmitieron el amor por la tierra de la que vengo y en la que deseo esparzan mis cenizas cuando llegue mi hora, por eso me dolió que los políticos cambiaran el nombre de mi Ayelo querido.
ResponderEliminarComo dice el mensaje anterior hemos perdido, o nos han arrebatado, algo muy nuestro y que algunos no valoran en esta sociedad tan materialista, pero para mí es muy importante.Por eso me duele el 2º comentario tan despectivo e intolerante, aunque pienso que el ridículo lo hace el que lo ha escrito.Me dirijo a él/ella para decirle que si no está de acuerdo con Fernando Goberna lo manifieste con argumentos y no con descalificaciones gratuitas que dicen mucho de la intolerancia de quien las pronuncia.
Felicito al blog por todo lo publicado y que me permite desde la distancia sentir más cerca todavía el Ayelo que tanto quiero.
Una ayelense que vive fuera.
Visca España en ñ ????
ResponderEliminarMuy bien papa
ResponderEliminarEls responsables del blog expressem, sincerament, el nostre agraïment per les paraules de recolzament que el quart comentari ha fet sobre la nostra tasca. És un dels factors que ens dona suport per seguir. Saber que ens llegiu i que seguiu els articles publicats és un al·licient per buscar i escriure’n més.
ResponderEliminarLa finalitat és mostrar la diversitat històrica cultural i social d’Aielo i en l’apartat de comentaris les opinions subjectives que generen. Som conscients que hi ha temes que generen més polèmica que altres, per la qual cosa valorem este comentari expressat de manera tan raonada i educada. És un exemple a seguir, opinar però sense perdre el respecte, mostrant el punt de vista personal amb sensatesa.
Enhorabona i gràcies per cada treball que ací al blog ens oferiu per a fer-nos sabedors de tantes coses interesants.
ResponderEliminarEl que no fem comentaris als treballs no vol dir que siguen menys interessants sinó que estan excents de polèmica. Aquest no es el cas de Fernando, pense no es massa encertat que deixe de manifest tantes vegades la tendència política i les seues manies. Una persona tan intel·lectual pareix mentida que tinga eixos errors.
Jo crec que F.Goberna no manifesta cap tendència política,sinó tan sols la seua honestitat intel·lectual per dir algo que no és politicament correcte. Estic segur que igual ho diria si el canvi del nom l'hagueren fet els polítics de la dreta.
ResponderEliminarL'ajuntament d'Aielo va fer en el seu moment el que estava obligat a fer, que era adequar el nom del poble a la normalització de la nostra llengua segons exigia la llei.
ResponderEliminarLa decisió presa i el canvi de nom és irrevocable, per això no te sentit aquest debat.
Este debat sí té sentit, perquè almenys deixa constància del que pensa molta gent del poble que no ha estat mai a favor del canvi, ni del nom del poble ni del gentilici (Aieloner).
ResponderEliminarI això de irrevocable, jo no ho tinc molt clar. Podrien ser co-oficials els dos noms, i tots contents.
Crec que els que van prendre la decisió del canvi de nom s'haurien de pronunciar al respecte.
ResponderEliminarDir que l'ajuntament estava obligat a adequar el nom del poble a la normalització de la nostra llengua resulta poc creïble o es que era la solució més fàcil per a aquell ajuntament.
Pot ser també el que aleshores prenguera la decisió no tinguera ben arrelada l'història i tradició del nostre poble.
Des d'ací el meu suport a Fernando per a que continue amb la lluita que ha emprés en nom de molts ayelenses i de tots els nostres avantpassats.