1981. Llamada urgente sobre el albaricoque

por 

José Ferrer Camarena

No sé si en un programa de fiestas, en el que anualmente se recogen datos sobre la vida local, gestión del municipio, exaltaciones festivas, rasgos históricos y humanos de sus gentes, estampas de tiempos idos y las naturales alegorías poéticas o en prosa a los santos patronos, cabe en sus páginas un artículo de raíz económica, un objetivo prosaico, pero básico para la subsistencia familiar. En todo caso, no se habrá perdido nada, si no entra en el propósito de los editores. Y si entra, ahí van estas reflexiones, contando con su benevolencia.

Un viejo albaricoquero "canino" plantado hace más de 50 años junto a la acequia. Foto: Archivo del  Blog.

La segunda riqueza agrícola de Ayelo de Malferit, es el albaricoque. La primera, ya lo saben ustedes, es la estaquilla, o cepas madres, en su doble vertiente, de "vara" y "barbado". La villa se ha especializado en estos menesteres, siendo la primera de España en el número de empresas y volumen de comercialización. Su producción llega a casi todas las provincias vitivinícolas e incluso se exporta ya a algún país africano, con posibilidades en otros del continente americano.

El albaricoque, es el frutal por excelencia de Ayelo de Malferit, principalmente en sus variedades "galta rotja" y canino. Aquel, más primerizo, se destina al mercado interior. Este a la exportación. Aquel, menos kilogramos por árbol, pero más rico al paladar, por su aroma y carne. El canino, más productivo, más resistente, pero de menos sabor. Uno, desconoce la producción global, pero no es un dato necesario para lo que se trata de argumentar aquí, o quiere decirse, como una llamada urgente a la conciencia de los agricultores. Hablamos en plural, porque muchos vecinos de Ayelo de Malferit, teniendo otras profesiones básicas, poseen una parcela de albaricoques. Pero yo, en este caso, me dirijo principalmente a los cosecheros más importantes de la localidad.

Albaricoque "Mitger de Castelló" en un bancal de Aielo de Malferit. Esta variedad, que destaca por su tamaño, se  introdujo en los años 80. Foto: Archivo del Blog.

Estamos en manos, los agricultores de albaricoques de Ayelo de Malferit, de un comercio foráneo, en su mayoría perteneciente a otros pueblos del mismo distrito o de los distritos de Albaida, Játiva y Gandía. Un comercio, o unos comerciantes circunstanciales, que nos imponen su ley y su desorden. Ya decía Goethe que prefería la injusticia al desorden y el desorden de ese comercio al que aludimos proviene de que nos imponen el precio y la cantidad por ellos calculada. Y no hay más que hablar, si no aceptas sus condiciones, se marchan con la música a otra parte, porque tienen la sartén por el mango.

En estas circunstancias, mientras que los cosecheros de Ayelo de Malferit no formen sus propias vías de comercialización, el porvenir del albaricoque es sombrío. O lo hombres capaces, los auténticos agricultores que viven de ella nos dan ejemplo creando una asociación o una entidad similar, para hacer frente a estos rapaces especulativos, o caeremos en la condición de colonos, aunque de hecho ya lo somos. Algo podría hacer en este sentido la Cámara Local Agraria, abriendo sus puertas para un cambio de impresiones con los cosecheros más calificados del albaricoque.

Todo, menos seguir como estamos hoy. So pena, de que si no hay solución, uno opte por dejar los campos yermos y se dedique a la lectura en el chalet, bajo la sombra protectora del pino.

José Ferrer Camarena. Publicado en el libro de Fiestas del año 1981.