Del jardí bell de València
és Ayelo ermosa flor
que escampa, arreu, les fragàncies
que despedeix lo seu cor
Miguel Ferrándiz . "Himne a Ayelo"


domingo, 28 de noviembre de 2010

Aportación a la Hª de Ayelo de Malferit. Cap II


por
MªÁngeles Belda Soler





El Ayelo más antiguo se construyó sobre el terraplén que domina el río y el barranco de Albert, una muralla natural profunda y difícil de escalar que constituía una formidable defensa en tiempos de inseguridad generalizada. Foto: Postal de los años 60. Colección de Enriqueta Martínez





Capítulo 2

LA PRIMITIVA FORMACION URBANA DE AYELO.
LAS MURALLAS Y "ELS PORTALETS".


Hacer una descripción aproximada de cómo era nuestro pueblo en sus comienzos, cómo fue creciendo y evolucionando, es empresa que, por falta de documentación al respecto, sólo puede basarse en la analogía, en las tradiciones locales y, sobre todo, en la observación de las partes viejas del pueblo.

Dejando la prehistoria, los períodos romano, visigótico y musulmán, para arqueólogos y especialistas, vamos a intentar deducir cómo era la alquería de Ayelo, de la que nos habla el Llibre del Repartiment; alquería poco más tarde denominada lloch (o loch), en los decenios inmediatamente posteriores a la llegada de D. Jaime el Conquistador.

Permítanos, sin embargo, que aludamos algunas veces a períodos pasados. Sabido es que en los últimos tiempos de la dominación romana sobrevino en nuestra península una ruralización de las gentes, que, huyendo de las ciudades, recargadas de enormes impuestos, se establecieron en el campo, al abrigo de sus pequeñas rentas agrícolas. Surgieron entonces por nuestra geografía regional las "villas", grandes, medianas y pequeñas, cuyas tierras, cultivadas por esclavos, siervos y hombres libres en régimen de una especie de aparcería (modalidad que los romanos habían imitado de los helenísticos), dieron lugar a la dispersión de la población rural valenciana, que, a su vez, originó numerosas de las poblaciones actuales: aldeas, villas, ciudades.

Una de aquellas pequeñísimas "villas" fue, posiblemente, la llamada alquería de Ayelo, al momento histórico del Tratado de Almizra, de 1246, que es cuando de jure entra Ayelo a formar parte del reino cristiano de Valencia.



Tras la reconquista, la proximidad de Ayelo al rio Clariano atrajo a la población de las alquerías cercanas. El pueblo comenzó a crecer al
tiempo que estas quedaron deshabitadas.


Existe la tradición de que Ayelo estuvo rodeado de murallas; incluso hemos leído que se derribaron en 1700. Vamos a analizar el fundamento de esta tradición y si corresponde a la realidad.


Dice Torres Balbas en su obra "Las ciudades hispano-musulmanas" (1) que, en la época musulmana, "los campesinos pobladores de almunias y alquerías refugiábanse, en caso de peligro cristiano, en torres y fortalezas.., desde cuyos adarves, salvando tan sólo la vida, contemplaban el arrasamiento de sus mieses y el saqueo e incendio de sus casas". En Ayelo no hay tradición de haber existido ni torre ni castillo. Opinamos que los ayelenses debieron pertenecer a aquellos campesinos que, "salvando sólo la vida", se refugiaban, en caso de peligro cristiano, en la fortaleza más próxima, posiblemente Onteniente, cuya vila (aún llamada así a la parte más alta y antigua de la ciudad) debía estar entonces bien fortificada.


El Fondo es el barrio más antiguo de Ayelo de Malferit. Su estructura urbana es típicamente musulmana con calles angostas, casas pequeñas y "açu-cats" o callejones sin salida como la calle Valls


Opinamos asimismo que Ayelo no estuvo rodeada de murallas en el sentido que se da a esta palabra en la arquitectura militar. Pero sí consiguió en parte, estar encerrado en él mismo, aislado del exterior por elementos de su topografía y de acuerdo con la disposición de sus viviendas. Tuvo, indudablemente, sus puertas que conducían al exterior del pueblo, a campo abierto. Así, con el tiempo, no se derribaron las murallas (que de ser así hubieran dejado, al menos, rastro de sus cimientos); pero se suprimieron sus puertas e incluso alguna casa para facilitar las salidas (el último ejemplo, bien moderno, fue el derribo de la casa de la calle Vieja, que enfrenta con la calle de las Tres Avemarías).

Si se contempla el pueblo desde el río (junto al puente) se advierte que las casas de la izquierda están edificadas sobre el terraplén formado por el río y el barranco de Albert. Este terraplén resulta una muralla natural, profunda y difícil de escalar, una defensa formidable en cualquier tiempo de inseguridad. Este grupo de casas constituyen el Ayelo primitivo. Después se iría construyendo hacia la derecha, hasta formarse lo que ]lamamos El Fondo, con su puerta hoy del Carmen (posiblemente modificada). Y si contemplamos las viviendas de la derecha del dicho arco observaremos que están edificadas sobre un muro natural altísimo, buscando, indudablemente, su seguridad: son las casas que hoy forman la pequeña plaza llamada Travesía de la Virgen del Carmen.


Ampliación de una foto del año 1986 donde se ve la parte trasera de las casas de la C/S. Antonio. Podemos apreciar como fueron construidas a modo de
muralla sobre la ladera del barranco de Albert

Resumiendo: de la sedicente muralla de Ayelo sólo nos restan los muros naturales que sostienen las casas más cercanas al río, y que si no constituyeron murallas en el sentido estricto de la palabra, sirvieron como tal, ya que aislaban al pueblo del exterior. Luego hablaremos de las puertas.

Parece indudable que nuestro pueblo comenzó a crecer a partir de su reconquista, absorbiendo gentes de las alquerías cercanas, atraídas sobre todo por la abundancia de agua que proporcionaba el Clariano y que permitía el regadío (que se inició, según los especialistas, a partir del siglo XI) y por el simple crecimiento vegetativo de la población musulmana, más prolífica que la cristiana.

Así, el barrio más antiguo, que llamamos El Fondo, tiene una estructura típicamente musulmana. Las casas son pequeñísimas, las más pequeñas del pueblo, y, aunque remozadas, no han podido crecer en metros cuadrados, y "açu-cats" o callejones sin salida, característicos de los pueblos y ciudades musulmanas, en las que las calles, a decir de los especialistas, no eran lugares de paso, sino vías privadas propiedad de los vecinos, consecuencia del sistema de vida social y familiar musulmán.

De todo este conjunto musulmán, repetimos, la parte más antigua, a nuestro parecer, es la plazoleta hoy denominada calle del Hospital, y en el siglo pasado, calle Honda. Entre las familias que la habitan existe la tradición, en los más viejos, de que las hoy casas señaladas con los números 12 y 10 eran antaño hostal, cuando posiblemente estaban aún vigentes las normas de la Carta de Repoblación y, por tanto, dicho hostal era una regalía del señor de Ayelo.


El Arco del Carmen fue la primitiva y única entrada al pueblo cuando este no rebasaba la cota de la actual C/Iglesia


Mayor credibilidad tiene la tradición de las puertas del pueblo. La primitiva puerta del pueblo estaba donde hoy está el arco del Carmen. Sería en principio la única, y más tarde, la principal. Se explica que así fuera porque, como es sabido, a falta de caminos los hombres han utilizado siempre las orillas o márgenes de los ríos que se ofrecen sin grandes obstáculos para llegar a los poblados levantados a sus orillas. Bastante más tarde, cuando creció de Sur a Norte, rebasó la cota de lo que es hoy calle de la Iglesia, se abrieron dos "portalets" o puertas secundarias. Y si observamos la toponimia del pueblo nos será fácil situarlos: son los pasos más angostos que van de calle a calle; el primero, avalado además por la tradición, es el Portalet, que ha dado su nombre a la familia que todavía hoy vive cerca del mismo, en la placita de la Fuente. Este portalet ocupaba el punto más estrecho entre las casas señaladas con los números 8 y 9 (o quizá algo más arriba) y que da paso entre la placita de la Fuente y la calle de En medio.


Cuando bastante más tarde el pueblo creció de Sur a Norte se abrieron dos nuevos portales. Uno estaba en la plaza de la Fuente y dio origen al apodo de una familia, els Portalets, cuya casa estaba junto al portal


El segundo "portalet" estaría situado al final de la calle Vieja o de San Antonio, entre la casa denominada de Baix del Sant, señalada con el número 55, y la casa de enfrente, la número 1 de la calle de las Tres Avemarías. Por esteportalet se saldría al Raval (corrupción de arrabal), palabra derivada del árabe rabat, barrios exteriores al núcleo principal de población, fuera de las murallas. Así era nuestro Raval primitivo, siendo, al parecer, las casas más antiguas las situadas a la izquierda de la continuación de la calle Mayor, deducida esta apreciación por la menor capacidad del solar de dichas casas.



Otro portal estaba en la C/ San Antonio, entre la casa llamada de Baix del Sant (por la imagen de S. Antonio) y la primera casa de la C/ Tres Avemarías


Es muy arriesgado deducir por dónde se cerraba el pueblo por el Este, pero hemos de considerar que la calle sin salida denominada de Valls, de carácter musulmán, debió formar parte de ese recinto aislado del exterior, por lo que alguien llamó murallas de Ayelo.

Que los habitantes de Ayelo, hasta la repoblación de 1610, eran mayoritariamente musulmanes lo atestiguan los documentos. Sin embargo, no existe tradición de que hubiera en el pueblo una mezquita.

Lo que se explica porque los moriscos de Ayelo estaban oficialmente bautizados. Hacía tiempo que un decreto obligó a los moros vencidos, después de la conquista de Granada, a bautizarse o a salir del país. Desde entonces los que se bautizaron y quedaron aquí ya no se les llamó mudéjares, sino moriscos, y, desde luego, persistían en sus prácticas musulmanas. Tampoco hay tradición de dónde se encontraba el cementerio anterior al viejo que muchos ayelenses han conocido. Pero tenemos noticias de testigos presenciales de que en las obras de desmonte realizadas con motivo de la construcción de las escuelas viejas, aparecieron numerosas tumbas, prueba de haber servido aquellos bancales de un viejísimo cementerio de Ayelo, sin poder precisar época.


Notas:

(1) TORRES BALBAS: Las ciudades hispano-musulmanas, tomo II, p. 437.

Fotos: Arxiu Fotogràfic Biblioteca Degà Ortiz.

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