Iglesia Parroquial de Ayelo de Malferit dedicada a S. Pedro Apóstol. Su construcción data de 1740. Foto: Noelia Vidal. |
EL TEMPLO PARROQUIAL DE AYELO (1)
Todo ayelense se enorgullece de tener un excelente templo parroquial, que data, según unos, de 1787; según otros, entre ellos Madoz, de 1740. Pascual Madoz, en su Diccionario geográfico, estadístico histórico de España..., escrito hacia mediados del siglo pasado (1850), nos dice:
"La Iglesia Parroquial de Ayelo de Malferit, dedicada a San Pedro Apóstol, tiene varios altares, el mejor de ellos dedicado a San José, sito a la derecha del crucero y embellecido con cuatro lienzos de mérito, y sobre su mesa está el sepulcro de San Engracio Mártir, con un busto ricamente vestido, dentro del cual se encuentran los restos del santo. El órgano es muy bueno y los ornamentos sacerdotales, de mucho mérito, sobresaliendo el palio, bordado de oro y plata a realce."
Desgraciadamente, muchas de las cosas que admiró Madoz desaparecieron en 1936, entre ellas la venerada reliquia de San Engracio Mártir y el magnífico órgano, cuya reposición en la actualidad costaría varios millones de pesetas. Las campanas de la torre se colocaron más tarde, por la casa Roses, de Adzaneta, que trabajaba en esta clase de fundición desde 1760.
Así como no hay tradición de que existiera en Ayelo una mezquita, habiendo sido como fue un pueblo de moriscos, sí la hay de que hubo un edificio para la parroquia anterior a la actual, que hoy es una casa particular, en la calle de la Iglesia, número 10, esquina a la calle de la Virgen del Carmen, propiedad de la familia Barber (hoy de Don Miguel y de los llamados Mahó). Esta casa se extiende a lo largo de la calle, y no en profundidad, como las corrientes del pueblo.
Al instalarse la familia Mahó en el edificio de la antigua iglesia dejó una pequeña parte de ella en la esquina que forma la calle de la Iglesia con la de la Virgen del Carmen; ésta fue la ermita de San Miguel, que todos hemos conocido y donde por Semana Santa era expuesto un Cristo yacente. Modernamente esta porción de la casa de los Barber ha vuelto a sus antiguos dueños, formando parte de la vivienda. Al hacer estos señores Barber, modernamente obra de acondicionamiento, y para ello abrir una ventana en la antigua ermita por la calle de la Virgen del Carmen, se encontraron, según me asegura la señora Barber, con un arco de medio punto de piedra de sillería: era, indudablemente, la entrada a la vieja iglesia. La casa abadía era la finca contigua de la misma banda y calle, señalada con el número 1. Esta casa fue abadía hasta aproximadamente el año 1910 y forma parte del pueblo primitivo.
Al instalarse la familia Mahó en el edificio de la antigua iglesia dejó una pequeña parte de ella en la esquina que forma la calle de la Iglesia con la de la Virgen del Carmen; ésta fue la ermita de San Miguel, que todos hemos conocido y donde por Semana Santa era expuesto un Cristo yacente. Modernamente esta porción de la casa de los Barber ha vuelto a sus antiguos dueños, formando parte de la vivienda. Al hacer estos señores Barber, modernamente obra de acondicionamiento, y para ello abrir una ventana en la antigua ermita por la calle de la Virgen del Carmen, se encontraron, según me asegura la señora Barber, con un arco de medio punto de piedra de sillería: era, indudablemente, la entrada a la vieja iglesia. La casa abadía era la finca contigua de la misma banda y calle, señalada con el número 1. Esta casa fue abadía hasta aproximadamente el año 1910 y forma parte del pueblo primitivo.
Don Vicente Rausell, autor de un artículo publicado en el libro de Fiestas de Ollería (1974), dice:
"... este caserío —refiriéndose a Ayelo—, formado por cristianos nuevos o moros que reconocieron como monarca a Jaime 1 y se bautizaron, era de la jurisdicción de la parroquia de Ollería, de la que era aneja. En tiempos de San Juan de Ribera se erigió en parroquia independiente. Constaba de 70 casas. Aunque en 1445, Alfonso V hizo donación de este caserío a Francisco Malferit... el pequeño templo ayelense seguía siendo anejo a Ollería."
El primer "vecindario" que hemos encontrado referente a Ayelo de Malferit es de 1510(2). En la página 8 de este vecindario aparece Ayelo con 43 casas y 575 bestiars (animales). Al enumerar el número de casas con el nombre de sus dueños aparece la casa del prevere o vicario del lugar, llamado Mossén Pere Pascual.
El segundo "vecindario" consultado y referente asimismo a nuestro pueblo es de 1646, y se titula: Memoria de las casas o vecinos y habitadors del lloch de Ayelo de Malferit...(3). Incluye una lista de nombres de vecinos o casas habitadas en número de 81, y entre las cuatro últimas están:
La del retor del lloch.
La del Senyor del lloch.
La de Montserrat Izquierdo, colector (o recaudador de impuestos).
La de Joan V., ministre (o alcalde) del dit poble.
Cuando el sacerdote del lloch, en esta fecha de 1645 se le denomina retor y no prevere es porque la parroquia de Ayelo está ya desligada de la deOllería(4).
Nuestra parroquia, ya con vida independiente, siguió organizándose, y según la documentación encontrada, en 1662 comienzan a confeccionarse los libros ordenados por el Concilio de Trento (de bautismos, matrimonios, defunciones, etc.). De 1662 hasta 1835 transcurren 173 años, y con datos de todos ellos, el cura, don Juan Bautista Bataller, confecciona un índice, documento meritísimo, que consta en el Archivo Parroquial de esta villa, y que este señor cura dedica a los reverendos curas, sus sucesores, en la parroquia de Ayelo.
Primera página del Libro Índice elaborado por el párroco Juan Bta. Bataller en 1836. Foto: Arxiu Fotogràfic Biblioteca Degà Ortiz. . |
En él constan todos los apellidos del pueblo por orden alfabético, y a continuación de cada uno, el número del folio donde consta su partida de nacimiento. Al final se encuentra también un índice de todos los matrimonios celebrados en la parroquia desde 1662 hasta 1835, fecha en que el señor cura don Juan Bautista Bataller termina su trabajo. Los apellidos existentes en Ayelo en 1836 son 102.
Respecto a la devoción al Santo Cristo de la Pobreza recurro al testimonio de don Leonardo Carreres, meritísimo maestro que fue durante muchos años en este pueblo. Dice en un artículo publicado en el libro de fiestas de 1969 que ni por escritura ni por tradición se sabe cuándo comenzó esta devoción al Cristo de la Pobreza.
Muy diferente es la de San Engracio Mártir. El 30 de diciembre de 1839, el papa Gregorio XVI hizo entrega al reverendo don Juan Bautista Bataller Pla, párroco de Ayelo (precisamente el autor del índice), del cuerpo de San Engracio Mártir, encontrado en el cementerio de Priscila, en la Vía Salaria de Roma, con un vaso que contenía una esponja con sangre del mártir. Entraron solemnemente estos restos en Ayelo, en la nueva parroquia, el 2 de agosto de 1840, celebrándose su fiesta el 7 del mismo mes, con misa propia por concesión especial.
La antigua imágen de S. Engracio que fue destruida en 1936. Foto: Arxiu Fotogràfic Biblioteca Degà Ortiz. J.J. Tudela. |
Desde 1840 vienen celebrándose en Ayelo las fiestas mayores en honor del Santísimo Cristo de la Pobreza y San Engracio Mártir. La fiesta en honor del Santísimo Cristo data de 1834, año en que el cólera hacía estragos en los pueblos de la comarca. Los vecinos, atemorizados, acudieron al Santísimo Cristo, imagen antiquísima que se veneraba en la parroquia y que sacaron en procesión de rogativas; y habiendo cesado la epidemia y atribuyéndolo a la intercesión de su Cristo, los ayelenses hicieron voto de constituir, el 6 de agosto de cada año, en fiesta de precepto en honor del Santísimo Cristo de la Pobreza, con misa solemne, oírla y no trabajar, en reconocimiento del favor alcanzado.
En 1940 se celebró el centenario de este voto con solemnes festejos.
LAS DEVOCIONES LOCALES DE AYELO
Hermanos de San Francisco. Estuvo muy extendida en el pueblo la Asociación de Hermanos de San Francisco de Asís. Cuando moría alguno de estos asociados, una de las hermanas, provista de una campanilla, se detenía en cada esquina del pueblo, y después de agitar aquella, gritaba: "Germans i germanes de Sant Francesc, ha mort Fulano de Tal, pregueu per sa ánima. El anterro a tal hora." Su distintivo en las procesiones y otros actos piadosos era un escapulario grande y cuadrado con la imagen del santo que se colgaba al cuello sujeto con una cinta marrón.
Asociación de Hijas de María. A la que pertenecían la mayoría de las muchachas solteras del pueblo y que celebraban su fiesta mayor el día de la Inmaculada, con misa solemne y una nutrida procesión, a la que sólo asistían las asociadas, puestas de tiros largos. La insignia era una medalla de la Virgen con cinta azul que se colgaba al cuello. Ni qué decir tiene que la procesión resultaba solemne y espectacular por la juventud que la constituía.
El Rosario de la Aurora. Los devotos de la Virgen del Rosario, acompañando a la Aurora, imagen que afortunadamente se conserva en la casa de don Rafael Colomer Barber, hoy de su viuda, doña Pilar Inglés, sacaban a la madrugada, a veces aún de noche, cada domingo primero de mes, a la imagen de su casa y la conducían por las calles del pueblo acompañándola con el rezo del santo rosario cantado. Era una piadosa despertà para todo el pueblo.
Otra devoción que podríamos calificar de domiciliaria, a la Divina Pastora y al Corazón de Jesús. Eran dos cuadros con las imágenes respectivas provistas de una peana y que se pasaban de vecino a vecino, permaneciendo tres días en cada casa. La dueña de la casa receptora preparaba con antelación el correspondiente altarcito, que solía ser una pequeña mesa cubierta con cualquier paño, de los mejores de la casa, y provista de un par de candelabros. Por la tarde acudían las vecinas, se encendían las velas y se rezaba el rosario. Y siempre había alguna señora que, sabedora de alguna oración especial o de la letanía a la perfección, llevaba la voz cantante.
La Conferencia de San Vicente de Paúl, de señoras y caballeros. Por separado unos y otros se reunían semanalmente en la sacristía de la iglesia, presididos por el señor vicario; analizaban las peticiones de los necesitados y concedían los auxilios en dinero o en vales para con los cuales los beneficiarios podían comprar en las tiendas. Los fondos los aportaban los asociados. La Asociación duró hasta 1936.
Les Festes de carrer. Costumbre que todavía perdura, con más o menos solemnidad. Son festejos costeados por los vecinos de la calle titular del santo. Las más solemnes han sido casi siempre las de las calles San Lorenzo y Santos de la Piedra. El festejo consta y constaba de una misa solemne en honor del patrono de la calle, iluminación especial, banderolas y colgaduras en los balcones, algo de pirotecnia (generalmente una traca) y, por las tardes, procesión, con acompañamiento de los vecinos de la calle y de una banda (o parte de ella) de música. Después de cenar, los músicos interpretaban música festiva, contribuyendo al jolgorio y alegría de la velada. La banda de Alfarrasí vino en muchas ocasiones a Ayelo a amenizar estas fiestas.(5).
Mª Ángeles Belda
NOTAS:
(1) Nos referimos aquí solamente a la vida externa, no a la que podríamos llamar vida interna de la parroquia: señores curas que la rigieron, Censos, visitas pastorales, amortización, etc., todo ello podría constituir otra monografía.
(2) Vid, cap. III, nota 8.
(3) Vid, cap. III, nota 6.
(4) El patriarca San Juan de Ribera, contemporáneo de la expulsión de los moriscos, murió el 6 de enero de 1611.
(5) Mi sobrino don Víctor Reig Juan nos trajo de Alfarrasí la copia de una poesía cuyo autor, un viejo músico que hace muchos años formaba parte de la banda de su pueblo, que venía a amenizar aquellas festes de carrer (suponemos que por los años 1925, cuando ya existía el Ensanche y las escuelas allí levantadas y que hoy llamamos "viejas"). Nada menos que hace cincuenta años atrás. Reproducimos aquí esta poesía, pues, pese a sus ripios, es expresión de cómo desde mucho ha Ayelo impresionaba a los forasteros hasta el punto de recordarlo después de tantos años. Sentimos que no nos dijeran el nombre de su autor:
Pa bon anís, el de Ayelo,
Que és de fama mundial.
Y para chiques boniques
No ya atre poble igual.
Té dos coses molt rebones
Y que són molt superiors:
El Ensanche y les Escoles,
Que no i a de millors.
Y en les festes de carrer
Em consta saber a mi
Que duen a un coheter
Y als musigs de Alfarrasí.
Aquest article es l'inici de l'investigació que porte a cap des fa 3 anys mes o menys. I puc acertar la situació de l'antiga esglesia i la seva compsició aproximada (encara pendent d'investigacció).
ResponderEliminarL'orgue va ser valorat el 1942, amb 40.000 pts i va ser construit per José Martinez Alcarria.
La fotografia de la figura de Sant Engraci, segurament es la que va realitzar l'escultor albaidí Modest Pastor al segle XIX.
Es un article que per als anys que té dona a saber coses que ara no tindria ningú a la memoria. Per aixó mateixa hi ha que re-escriure l'història perque sempre queda algo que contar.