AÑO 1816
Muerte y robo del molinero del Poll en Benigánim. Francisco Armengol (guerrillero en la pasada guerra) en búsqueda para que se presentara en capitanía. Robo en la venta de Mogente. El alcalde de la Ollería pide auxilio de soldados. Elío envía tropas a San Felipe y Onteniente. Ejecución de Juan Cortes y Vicente García. Incidente entre tropa y pastores en Luchente. Dos individuos presos en la cárcel de Ollería. Más ejecuciones según el Diario de Valencia. Sobre que los que componían el ayuntamiento de Ollería en 1813 se presentaran en capitanía. Aprehensiones de autores de la venta de Mogente. Elío en Alicante. El capellán Juan Mallol, residente en Benigánim, solicita la Cruz de Zaragoza. Solicitud de Miguel Ferri de Benigánim. Solicitud del pregonero de Bocairente. Sobre la cárcel de Onteniente. Ejecución en Alcoy de otros dos de los autores del robo de la venta de Mogente. Solicitud de pensión de los padres de Joaquín Doménech muerto en la pasada guerra. Sobre la muerte de un herido en el hospital de San Felipe sin que hubiera declarado. Cuerda de presos desde san Felipe a Valencia. Búsqueda del desertor de Ayelo José Sanz. Búsqueda del fugado Francisco Gonzalez apodado La Vieja. Sobre un soldado herido en Quatretonda. Un robo escandaloso en San Felipe y otro en Beniarrés. Instrucciones sobre malhechores. Sobre la prisión de un soldado en Bocairente. Los tenientes de las comandancias de Albaida y Mogente. Medidas relativas a las armas que pueden llevar los paisanos. Francisco Samper coronel encargado de organizar la persecución de malhechores.
El ya citado alcalde de Benigánim, Joaquín Ortiz, le decía al gobernador el 21 de enero (c. 130) que ya le había manifestado verbalmente (al parecer se entrevistó con él) sus sentimientos y modo de pensar para precaverse de los insultos y atrocidades de los malhechores que merodeaban por su población, ahora volvía a insistir en que le enviara las tropa que pudiera, más cuando mayor era la aflicción en el pueblo al saberse la cruel muerte y robo que la noche anterior había sufrido el molinero de Poll, sobre lo cual estaba practicando diligencias.
Francisco Armengol, que como he citado anteriormente había sido guerrillero en la pasada guerra y era natural de Ayelo de Malferit, debía residir por entonces en Canals ya que el alcalde de aquel pueblo, Vícente Calatayud, respondía al gobernador el 18 de enero (c. 132) en el sentido de que en el momento que pudiera localizarlo le haría saber que debía presentarse en Valencia en Capitanía (por este asunto Elío le había enviado un oficio al gobernador en la fecha del 16 de enero, en el cual también se solicitaba la localización de D. Francisco Marzal, otro jefe de partida patriótica en la pasada guerra).
La noche del 21 de enero tuvo lugar un robo que llegaría a ser bastante conocido, el de la venta de Mogente, también conocida por la del Cañaret y de la Balsa. Quizá las circunstancias que concurrieron en el mismo, el hecho de ser una venta muy frecuentada por los viajeros que iban hacia Madrid, y el que todos los autores fueran con el tiempo detenidos y ejecutados hicieron que pudiera ser presentado por Elío como ejemplo de su eficacia a la hora de exterminar a las cuadrillas de malhechores. Esa noche de invierno entraron en la venta una cuadrilla, los cuales pronto se supo que tenían por jefe a Onofre Navarro (19), que ya era conocido por haberse fugado de la cárcel de las torres de Cuarte en Valencia hacia poco tiempo y haberse refugiado en el pueblo de Aljorf donde tenía familia; la componían individuos, al parecer siete, que eran de pueblos del Valle de Albaida (20). Esa noche en la cocina de la venta había un gran fuego y para que el ventero les dijera donde tenía guardado el dinero y objetos de valor, le quitaron los calzones y lo sentaron encima del fuego hasta por seis veces, finalmente les dijo lo que querían. Al menos hubo dos carreteros que fueron testigos del robo tal como veremos más adelante.
El alcalde de la Ollería, José María Mompó, también solicitó por aquellos días diez soldados y un cabo al gobernador, fecha de 31 de enero (c. 133), con el fin de que le auxiliaran, añadiendo que se les gratificaría con un real y medio.
El 15 de febrero Elío anunciaba al gobernador que el 19 del mismo mes (21) saldrían de la capital hacia San Felipe y Onteniente dos batallones del Regimiento de Ultonia. Eran tropas para ayudar en la persecución de malhechores como comentaré.
El Diario de Valencia, en su número del 16 de abril, publicaba por mandato de Capitanía la ejecución del facineroso Juan Cortés por crímenes y robos en Benidorm y otros pueblos. El Consejo de Guerra Permanente le había condenado a pena de muerte (garrote en la plaza del Mercado) como autor del asesinato de un tal Francisco Suc, alías Corbi; añadía la nota de su ejecución que el condenado había dicho a los religiosos que le auxiliaban en sus últimos momentos que confesaba sus crímenes y que podían publicarlo, para finalizar diciendo, seguramente en palabras del propio Elío, que este será en breve el fin de todos los ladrones que afligen la humanidad de Valencia y Murcia. El cadáver de Cortes fue, además, descuartizado y colocados sus cuartos y cabeza en los pueblos, según esta nota, teatro de su atrocidades (22). Pocos días después,el mismo diario, el del 26 de abril, anunciaba la ejecución, también en la plaza del Mercado de Valencia, de Vicente García natural de Sumacarcel y avecindado en Bolbaite por el delito de robo con violencia en el camino real de Madrid.
Que las tropas del Regimiento de Ultonia enviadas por Elío fueron para la persecución de malhechores no hay duda ya que en abril hubo un incidente entre tropas de este regimiento y unos pastores en Quatretonda. Elío escribía sobre este asunto al gobernador el 21 de abril (c. 132). Al parecer había habido una queja por parte de dos vecinos de este pueblo, José Ibáñez y Tomás Capellanes que eran pastores, ya que una partida de tropa de este regimiento estaba oculta y al acercarse los pastores con sus ganados les llamaron la atención porque se estaban excediendo en los límites señalados para su pastoreo; además debió de haber algún enfrentamiento verbal ya que Elío le decía al gobernador que hiciese saber a estos pastores o a otros que debían de guardar respeto a toda partida de tropa y oficiales de justicia que se hallasen por el monte y sitios ocultos.
Soldado del Regimiento Ultonia. Google Imágenes
El sumario sobre el robo de la venta de Mogente se inició con las declaraciones de testigos. Por un escrito del justicia de este pueblo, José Gasoy Fito, de fecha 26 de abril (c. 131) al gobernador podemos conocer que había habido al menos dos testigos que eran dos carreteros con residencia en San Felipe llamados Francisco Martínez y Manuel Vila, a los cuales había que localizar para que testificaran a la mayor brevedad para el traslado del sumario a la Real Sala del Crimen.
También el alcalde de Ollería, el citado José Mariano Mompó, estaba siguiendo autos criminales por comisión de esta Real Sala del crimen contra Bautista García y Pedro Micó, a los cuales tenía presos en la cárcel. Se dirigía con este fin al gobernador, fecha 27 de abril (c. 128), para que testificaran los vecinos de San Felipe, que vivían al lado del Almudín del Trigo, y que eran los mesoneros consortes Joaquín Aparicio y Joaquina Rodríguez.
El Diario de Valencia, fecha 7 de mayo, publicaba las ejecuciones de los soldados Ramón Rodríguez y Blas Moya (pasados por las armas en la plaza de Santo Domingo y Rincón de la Aduana respectivamente), y de cuatro vecinos de pueblos de la Mancha (garrote en plaza del Mercado) por robo en cuadrilla, y también como estos las de Francisco Fernández, alias el Pataquero, natural de Crevillente, por delitos en compañía de los Moxicas, y Ramón García de Almonacid, por robos y una muerte.
Elío firmaba un oficio dirigido al gobernador, fecha 13 de mayo (c. 132) para que enviara una comunicación al alcalde de Ollería para que los componentes del llamado ayuntamiento constitucional del pueblo en el año 1813, que eran Vicente Sánchez, Silvestre García, José Martínez, Antonio Cerdá, Marcos Castelló, Francisco Bru, Francisco Pla y el escribano Felix Martí, se presentaran en Capitanía para dar cuenta de alguna actuación que tuvieron por entonces.
La persecución de la cuadrilla de Onofre Navarro que había perpetrado el robo de la venta de Mogente le fue encargada al comandante de armas de Alcoy Francisco Julián Pérez de Cañas (como ya he citado este mismo comandante fue por poco tiempo el gobernador de San Felipe en 1814). Por un oficio que éste le envió en mayo al comandante de armas de Mogente Miguel Albanes y que este a su vez le comentaba al gobernador de San Felipe, el citado D. Manuel de la Cruz en otro escrito de 24 de mayo (c. 130), Onofre Navarro hacia pocos días que había sido ajusticiado (23), y que este comandante de armas de Alcoy había pasado el día 23 a Enguera para capturar a otro de los componentes de la cuadrilla un tal Juan Fillol, aunque este ya había sido detenido por el propio alcalde del pueblo y entregado al oficial de miñones y que, de momento, estaba preso en la cárcel de Navarres. Por su parte el alcalde de este último pueblo, José Calatayud, informaba que el 27 había salido de allí hacia las cárceles de Valencia dicho preso conducido por D. Diego Pando, teniente de fusileros del reino, y su partida.
Elío viajó en julio de este año a Alicante (24) ya que de fecha de allí es un oficio al gobernador (c. 132) sobre un asunto que demuestra las muchas confidencias que recibía; en el mismo le informaba de que tenía noticias de que el presbítero natural de Bocairente Andrés Bodí, procedente de este pueblo había pasado la noche en la venta llamada del Rey el día 2 del corriente julio, y el ventero no le ha pedido el pasaporte; lo mismo había sucedido en la de Mogente a Gregorio Balaguer procedente de Elche el día 3 también de julio, en consecuencia debía de imponerles a los dos venteros cien reales de vellón de multa.
El 22 de julio Elío estaba ya en Valencia pues se dirigía al gobernador (c. 132) sobre otro asunto, el de la solicitud del capellán, vecino de Benigánim, Juan Bautista Mallo. Este había solicitado en junio del año anterior la condecoración llamada La Cruz de Zaragoza por sus méritos en el segundo sitio por las tropas francesas en 1809, pero la certificación original firmada por el capitán general José Palafox se había extraviado, así que en junio de este año 1816 había enviado una copia, pero esto no era suficiente y es lo que le decía en la comunicación, así que no había más remedió que dicho capellán pidiera otra certificación original a dicho capitán general.
Ejecución en el garrote vil. Esta pena se reservaba para los reos civiles y eran públicas, en Valencia se aplicaba en la Plaza del Mercado. Google Imágenes |
Otras solicitudes de estos días del verano de este año 1816 fueron las del vecino del propio Benigánim, el soldado Miguel Ferri (fecha 18 de agosto) que pedía el fuero militar y la gracia de disperso; Elío, a través del gobernador, le contestaba en el sentido de que debía hacer la solicitud dirigida a S. M. a través de su conducto. Y en parecidos términos lo hacía el pregonero de Bocairente Bernardo Talia, fecha 29 de agosto por medio de un escrito de la justicia de este pueblo, en la que solicitaba la gracia de que fuera eximido del servicio militar por su oficio de pregonero, que tenía por herencia de sus antepasados, y demás condiciones de su estado (c. 132).
La lobreguez de la cárcel de Onteniente de entonces queda de manifiesto por la contestación del corregidor, el citado licenciado Francisco Garrido, al gobernador de San Felipe que le había pedido el informe del estado de la misma. Este corregidor había encargado a los maestros de obras Antonio Pascual y José Tormo (25) que visitaran la cárcel e informaran de su estado y posibilidades de hacer reformas en la misma. Con la información proporcionada por estos el corregidor contestada el 31 de agosto (26) que dicha cárcel, situada en la plaza Mayor al pie de una rampa o calzada que superaba al propio edificio y servía para subir a la antigua Villa y Parroquia Mayor, era bastante segura aunque no tenía la ventilación necesaria y condiciones de salubridad, ya que sólo recibía aire y luz por la puerta y ventanas de su principal fachada que miraba al mediodía, a excepción de un pequeño respiradero que estaba en la pieza superior en donde estaba la sala de las mujeres. Tenía dos calabozos de unos 9 palmos de ancho y 14 de largo; el cuarto del alcalde era pequeño, incomodo, con una pequeña cocina, y asimismo no tenía más ventilación que una ventana que daba al rellano que comunicaba con la escalera, también había una cuadra pequeña a la cual iban a parar los excrementos y basura. Al lado derecho de la puerta principal, bajo el piso de la sala principal había otra pieza de 24 palmos en cuadro con una ventana mediana, puerta a la plaza y comunicación con la cárcel por una puerta, que era lo que se llamaba de antiguo la corte civil en donde se recibía a los reos para declarar, y que desde la guerra pasada se dedicaba a puesto de la tropa; esta pieza, según el corregidor, debía de ampliarse y acondicionarse para dicho fin de recibir las declaraciones de los reos, pues por entonces se hacia esto en la cocina con suma indecencia pues lo oían el resto de encarcelados. También menciona la dotación que tenía de fondos propios que muchas veces era insuficiente y tenían que ser los vecinos los que ayudaran en la manutención de estos. Rara vez, añadía, no había algún preso en la cárcel, y así dice que, por aquellos días había 34, la mayor parte de los delitos eran contra la administración de rentas por causa del contrabando, y 44 de tropa transeúntes lo que hacia un total de 78.
En Alcoy fueron ejecutados, el 5 de septiembre, el llamado Fraret de Agres y otros dos individuos más de los acusados del robo de la venta de Mogente (27).
En Ayelo de Malferit los padres pobres de Joaquín Domenech (28), Soldado muerto en la pasada guerra, habían solicitado la pensión por acción de guerra. Elío contestaba al gobernador el 8 de septiembre (c. 132) que no era suficiente la única certificación del subteniente D. Ignacio Maten, pues se necesitaba también la de pobres de dichos padres.
Ese mismo día, 8 de septiembre, Elío también le comentaba (c. 132) un asunto que le había disgustado. Se trataba de la actuación del oficial fiscal D. Agustín Durán en el sumario de una causa en la que era importante tomar declaración a un tal Simón Cortes que estaba gravemente herido en el hospital de San Felipe. Al parecer dicho fiscal se había descuidado y el herido había muerto sin haberse obtenido su declaración. Le decía al gobernador que le devolvía la sumaria a fin de que averiguara por todos los medios posibles quienes habían sido los autores de tan atroz delito, y que mandara que el dicho fiscal cumpliera en adelante con más exactitud y viveza los encargos judiciales.
Las escoltas de cuerda de presos con destino a Valencia también era un asunto que motivaba intercambió de oficios entres Capitanía y el gobernador de San Felipe. Con la fecha de 30 de septiembre (c. 132), firmado por uno de los ayudantes de Elío, Salvador de Perellos, le respondía al gobernador a un oficio de este del día anterior, que pasaban allí doce soldados de infantería y seis de caballería para escoltar la cuerda de presos que se hallaba detenida allí en San Felipe.
Otro oficio fue motivado por la búsqueda del soldado desertor de Ayelo de Malferit José Sanz, fue enviado desde Capitanía al gobernador con la fecha del 7 de octubre (c.132). Se adjuntaba la filiación del mismo y demás datos. Era un desertor del Depósito de Ultramar y pertenecía al Regimiento Fernando VII de Infantería de Línea, a la sexta compañía primer batallón; había sentado plaza, voluntario, en Oliana (Lérida) el 20 de julio de 1811 y, por real orden de 20 de abril de 1815, se le habían abonado tres años y tres días de lo que se le debía por sus servicios. Luego había estado en la acción de 30 pasos (quizá alguna acción en la frontera con Francia) según firmaba el coronel D. Lorenzo Calvo en el Castillo de Figueras el 22 de mayo de 1816.
El nuevo gobernador de San Felipe, Wenceslao Prieto de la Rosa (29) firmó sus primeros oficios en octubre de este año. Así, el 30 de octubre respondía (e. 128) a un oficio de Capitanía en el cual le decían que el gobernador de la Sala del Crimen, con fecha de 3 de ese mes, pedía la búsqueda y prisión de un tal Francisco González, apodado la Vieja, el cual se había fugado (tenía practicadas diligencias por una muerte); Prieto contestaba que el alguacil mayor de San Felipe estaba haciendo todo lo posible para tratar de averiguar algo sobre este individuo.
En Quatretonda, su alcalde Francisco Benavent informaba al nuevo gobernador, con la fecha de 24 de octubre (c. 128), de un suceso ocurrido en el pueblo la noche del 17 del mismo mes en la casa de la vecina del mismo Mariana Benavent, viuda de Agustín Bañuls. Allí había habido una desavenencia entre dos hermanos hijos de la citada, uno era Pascual, soldado con licencia temporal (firmada por el teniente coronel D. Carlos Oleari, capitán de la tercera compañía del Regimiento de Infantería del Reino cuyo brigadier era D. Francisco Munteda y Prieto), y el otro José, reputado por demente; este, que tenía en las manos en esos momentos una aguja alpargatera, ya que estaba remendando una albarda, le había provocado con la misma cinco heridas al Pascual (las cuales son descritas en los informes de los físicos), las peores eran una en el vacío del abdomen a tres dedos del ombligo, y otra entre la segunda y tercera costillas falsas de la izquierda. La consulta del alcalde era por la condición de soldado del Pascual y no poder moverse para reincorporarse a su regimiento al término de la licencia temporal.
Elío tenía, como he dicho, sus informadores al margen de las comunicaciones que recibía de las gobernaciones, ya que con la fecha del 25 de noviembre (c. 132) le decía al gobernador que le habían llegado noticias extrajudiciales de haberse cometido un considerable robo en esa ciudad (seguramente se refería al de la casa de D. Carlos Alarcón que comentaré más adelante), el cual era tan escandaloso como el ocurrido hacia pocos días en el pueblo de Beniarrés; de cuyo suceso debía de haberle informado. A este propósito había dispuesto que pasaran a San Felipe un capitán, sargentos y cabos y treinta soldados del Regimiento de Infantería de la Reina, y doce del Primero de Caballería de Coraceros, para ayudar a la captura de los autores. Al margen Elío anota que con la misma fecha de este escrito había recibido un oficio del gobernador informándole de este robo.
Escopeta de caza, de avancarga, con llave de mecanismo de chispa. Fabricada en Eibar hacia 1800. Foto: Museo de la Industria Armera. Eibar |
En el gobernador Wenceslao Prieto, Elío iba a tener un leal y fiel servidor en imponer sus órdenes respecto a la seguridad pública; y así lo manifestaba este gobernador en unas instrucciones que envió a los pueblos de la gobernación sobre persecución de malhechores, las cuales iban fechadas el 29 de noviembre (30); en estas insistía en las ya dadas por Elío en anteriores instrucciones. No obstante el excesivo celo de este gobernador en el caso de retirar las armas de los paisanos hizo que Elío le escribiera, el 20 de diciembre (c. 132) en el sentido de que debía de permitir que los paisanos honrados que tenían necesidad de ir por los caminos pudieran tener alguna escopeta para poder defenderse.
Otro asunto, que como ya he dicho, preocupaba a Elío era el del respeto que se debería tener en los pueblos a la tropa, y así se lo decía al gobernador, fecha 9 de diciembre (c. 132), como consecuencia de que en Bocairente había sido puesto en prisión un soldado del Regimiento de Ultonia, y también un paisano, por cuenta del administrador de rentas al haberles hallado cierta cantidad de tabaco de contrabando en la mochila del primero. La orden de Elío era que debían de ser puestos en libertad y seguir las causas adecuadas por el delito, añadiendo que no debía de perturbarse a la tropa de los regimientos de Ultonia y América que pudieran existir en el distrito.
Esos mismos días Elío había ordenado, fecha de 10 de diciembre (c. 132), que de los puestos militares de Albaida y de Mogente se encargaran los tenientes agregados al Regimiento de Infantería de la Reina, D. Francisco Vera y D. André Godino respectivamente.
Otro nombramiento fue el del coronel Francisco Samper para dirigir las acciones que creyera oportunas en la persecución de malhechores, así es citado en un oficio de Capitanía enviado al gobernador de San Felipe con fecha 29 de diciembre (c. 132) sobre la causa seguida por robos en Cocentaina, dice dicho oficio: El teniente coronel D. Francisco Perez fiscal comisionado a las órdenes de D. Francisco Samper en la causa sobre robos en Cocentaina. Este coronel Francisco Samper estaba, al parecer, manco quizá por heridas sufridas en la anterior guerra en la cual había sido Comandante General de Guerrillas (31).
Fernando Goberna. Publicado en la revista Almaig de 2009.
NOTAS:
(19) En el Archivo Histórico Nacional hay un expediente. Consejos. L. 1405, Exp. 290 relativo a este Onofre Navarro con fecha de diciembre de 1815. Según el mismo era vecino de Aljorf, se había fugado de la cárcel de las Torres de Cuarte y se había presentado en la Corte en solicitud de indulto.
(20) Al parecer. y como comentaré más adelante, la cuadrilla estaba formada por el citado Onofre Navarro, el cual mandaba el grupo junto al bandolero conocido por el Fraret de Agres, los paisanos Vicente Garrido, natural de Aljorf, Francisco Valls, apodado el Moreno de Agullent y Domingo Albert y Llores, de Albaida; y los soldados desertores Mariano Ximeno, de Adzeneta y José Juan de Ayelo de Malferit. Había otros cómplices como Doménech Calatayud, conocido por el Bollet que era cuñado de Onofre, Juan Fillol que fue aprehendido, como ahora diré, en Enguera poco después.
(21) Archivo Municipal de Ontinyent: Ordenes y veredas año 1816.
(22) Sobre Cortes y otros bandoleros de las comarcas de La Marina véase Manel Arcos: Op. cit.. p. 73 y ss.
(23) Fue el 8 de mayo de este año posiblemente en el mismo Alcoy. Manel Arcos: Op. cit., p. 74.
(24) Era gobernador militar de Alicante José María Torrijos y Uriarte, el cual pronto comenzaría a conspirar con otros militares por la vuelta de la Constitución (como es conocido moriría fusilado en Málaga en 1831). Véase la citada obra “Diccionario Biográfico del Trienio Liberal”, p. 649.
(25) Sobre este maestro de obras véase mi escrito, en el Programa de las Fiestas Patronales de Aielo de Malferit del año 2006 pp. 104 - 114. “El pont de l'Arcá. Su construcción en los años 1806 y 1807”.
(26) Archivo Municipal de Ontinyent: órdenes y veredas año 1816. Esta cárcel databa de la segunda mitad del siglo XVIII. Véase Alfredo Bernabeu Galbis: Edificios Históricos y Calles de Ontinyent. Ontinyent, 1994. pp. 29 - 38.
(27) Manel Arcos: Op. cit., p. 74.
(28) A este mismo Joaquín Doménech debe de referirse otro documento de la misma caja de posterior fecha, 23 de junio del año siguiente 1817, aunque parece que por entonces los padres de este soldado residían en Onteniente. Elío con esa fecha que el Secretario del Consejo Supremo de Guerra, con fecha de 17 de junio, había resuelto devolver la instancia presentada, pues su estado de pobreza no correspondía con las certificaciones al respecto pues, al parecer los padres poseían las fincas de una casa y parte de un molino. Dicho soldado había muerto en el segundo sitio de Zaragoza (febrero de 1809), era de caballería, y pertenecía a un escuadrón de los Dragones de Numancia.
(29) Era brigadier de infantería, y entre sus títulos y condecoraciones estaban las siguientes: caballero de la real y distinguida orden española de Carlos III, cruz y placa de la Real y Militar de San Hemenegildo, condecorado con las cruces de Medina del Campo, Chiclana, Albuera, Fuga de Madrid, y las correspondientes a los ejércitos Primero, Segundo, Tercero, el de la Izquierda, y Escudo de Medellín, brigadier de los Reales Ejércitos, Gobernador Militar y Político de la ciudad de San Felipe, juez privativo de teatros, de aguas, subdelegado de rentas, pósitos y caminos de la misma, su partido y los de Montesa y Cofrentes, etc ... . Véase sobre el mismo en el Archivo Municipal de Xátiva: Fondos Sarthou Carreres. caja 302.
(30) Archivo Municipal de Ontinyent: Órdenes y Veredas año 1816.
(31) Sobre este coronel véase mi escrito anteriormente citado: Las tropas francesas durante la ocupación de San Felipe ..., revista Almaig (Ontinyent, 2008).
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