Del jardí bell de València
és Ayelo ermosa flor
que escampa, arreu, les fragàncies
que despedeix lo seu cor
Miguel Ferrándiz . "Himne a Ayelo"


domingo, 3 de julio de 2022

Rosario Requena Vicent. Els Requena de Aielo de Malferit. Por Santiago Gasset (V)

Rosario, con sus hijos. Serían los años 30. 

Nació en Ayelo de Malferit, allá por 1871.  Era hija de Vicente Requena y Calabuig y de Rosario Vicent Gironés, una familia acomodada de esta localidad valenciana de la comarca de la Vall d’Albaida. Poco sabemos de su juventud, las primeras noticias que nos han llegado de ella, es cuando se casa con José Juan Pérez Navarro en Valencia.  Tenía entonces unos 30 años.

En esos 30 años, ella había tenido formación, tenía una buena letra, que denota que había leído y escrito mucho, con pocas faltas de ortografía. Se había criado en un ambiente muy católico, y este fervor religioso le siguió toda la vida.

Una vez casada, se fue a vivir a Moixent, y después a Enguera, y los hijos fueron llegando poco a poco. Se casó en Valencia, un 26 de noviembre del año 1900, temprano, a las 08:00 horas de la mañana, un lunes. Arreglaron la casa de Moixent para casarse, aunque también vivieron un tiempo en el Arrabal, cerca del Parador, a espaldas de la acequia.

Su padre le hizo una donación de 3.000 pesetas de la época, el 25 de enero de 1903. Su familia era una familia adinerada en Aielo. Ella tenía tierras en Aielo, sabemos que le compro unas tierras a su padre en 1917.

Tuvo 5 hijos: José, Rosario, Vicente, Remedios y Miguel.  Hubo otro hijo, Francisco, que murió siendo un niñito.

Juan José Julio nació un 7 de octubre de 1901, a las 14:00 horas.  Ya entonces vivían en el Parador, no obstante, el nombre en su partida de nacimiento, siempre se le llamó José.

Rosario, nació el 23 de febrero de 1903, a las 08:00 de la mañana.

El 5 de marzo de 1905 nació Vicente Rafael, a las 23:00 horas.

El 7 de marzo de 1906, a las 03:30 horas, nació Remedios.

El 17 de octubre de 1907, a las 01:00 horas, nació Miguel Néstor.

Como ya hemos dicho, entre medio nació Paquito, y no llegó a adulto. Se ocupó de los niños y de llevar la casa, como se hacía entonces, aunque, capacidad tenía para más, y cuando quedó viuda, ella misma arreglaba los contratos de aparcería y se defendía con las cuestiones legales.

Firma de Rosario Requena.

Como madre, dicen que era más estricta que su marido y era quien les ponía en orden. Dicen también, y así me lo contaban a mí, personas que la conocieron, que era «una señora», en el sentido de distinguida, buen trato y culta.  Destacaba entre el común de mujeres de su época.

Tenía carácter y personalidad, si tenía que decir algo, lo decía.  Contaba mi abuelo, que recién casado, subieron a la pujà, y él cogió un racimo de uvas, y comenzó a comérselo. Su suegra le regañó: «¡¡esas uvas son para vino!!».

Como ya he dicho, era muy religiosa, nos han llegado de ella algunos libros religiosos, que ella compraba.  Dicen que una vez fue a confesarse en Madrid, y el confesor le preguntaba:  - «¿quién es usted?», pues estaba sorprendido de sus conocimientos.

Tuvo que pasar por quedarse viuda y sacar adelante a la familia. Tanto ella, como su marido, defendieron a sus hijas, para que no las faltase de nada. Ambos legaban a sus hijas solteras o viudas el tercio de mejora, el tercio de libre disposición y 1/5 parte de legítima.  No era habitual en Valencia estas disposiciones, más aún, lo normal, era actuar al revés.

Su carácter religioso, ocasionaba que algún disgusto fuese más grande para ella. Le tocó vivir, en unos tiempos, en que todo empezaba a cambiar y el ambiente religioso de las calles, se empezaba a difuminar. La República llegó, las costumbres que venían de Europa y América eran de más libertad y surgían fricciones, con las que habían existido siempre. Sus hijos, vivieron esos tiempos, y algunas de las decisiones importantes, no coincidieron con sus ideas.

Por un lado, estuvo la boda de su hijo José, la boda fue consecuencia de un embarazo no deseado. Pilar era muy joven y de familia humilde, y su hijo José era más mayor y de familia acomodada.  Se cuenta, que el día de la boda, ella y sus hijas fueron a la puerta de la Iglesia a intentar disuadir a su hijo de la boda.

Hubo otra boda a la que no acudió. El consorte de su hijo, había tenido un matrimonio previo, que acabó en divorcio, ella no iba a bodas civiles.

Este carácter conservador, se denotaba en su actitud cuando llegó la República. Ella y sus hijas lloraron al saber que el Rey abdicaba y se iba al exilio.

Aportó a la familia, algunas tradiciones de Aielo, como el «arròs amb fessols i naps» y el cuento de «la raboseta i el compare llop».

Falleció en Madrid, fue a estar unos días con su hija, y según contaba la abuela Rosario, le dio un «ataquito» y murió, corría el año 1945. Ya había podido conocer a algunos de sus nietos.

La enterraron en el Cementerio de Santa María en Madrid.  Su hija Rosario, tenía pena de que estuviese enterrada allí, prefería que estuviese en Moixent, con su marido, pero su pequeña pensión no se lo permitía. Ese lamento, lo guardé para mis adentros, esperando a que lo pudiera hacer yo. Años después, me acordé de aquel lamento, pregunté en el cementerio, e hicimos las gestiones para traerla al pueblo, mi madre lo sufragó.  Ahora está enterrada junto a su marido y su hija Remedios. Mirando a Moixent, y mirando a Aielo, algún día les hacemos una visita.

 

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