En este pueblo de Ayelo de Malferit, hace ya muchos años, por mediación de
Don Bautista Aparici se introdujo una variedad nueva de planta para la viña que
venía importada desde Estados Unidos de América, que tenía la ventaja de ser
resistente a una enfermedad que había diezmado las viñas de toda España (esta
enfermedad se denominaba la Filoxera).
Así, esta nueva variedad de vid americana salvó la viticultura nacional
gracias a la abnegada labor de la mayor parte de los agricultores españoles y
preferentemente de los ayelenses, con su tesón y esfuerzo, no siempre
correspondido, siguen contribuyendo.
Es un orgullo que cuando viajo por toda España y veo las grandes
extensiones de viñedos, pensar que estas cepas, que con tan buenos vinos nos
deleitan, son hijos de mi querido pueblo y que han sido precisamente estos
hombres y mujeres de Ayelo los que con su trabajo diario lo han hecho posible.
Que un pueblo no muy grande tenga su esfuerzo repartido por un territorio
tan extenso como el de España e incluso fuera de nuestras fronteras, y que de
nuestros productos dependa toda la producción de vinos a nivel nacional, hace
que el nombre de Ayelo sea conocido por toda nuestra geografía.
Es un orgullo poder decir a la gente tras degustar un buen vino:
¡En cada botella de vino español!
Hay un trocito de Ayelo!
¡Que passeu bones festes!
Juan Egea Armengol
Presidente de la Asociación Valenciana
de Empresarios Viveristas
Publicat programa de festes -1994
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