Rebuscando en los archivos de prensa del año 1886, el diario El Serpis de fecha 10 de agosto de dicho año, daba cuenta de algunos sucesos luctuosos que debieron causar gran impacto y alarma social entre la población de Ayelo de Malferit y de toda la comarca de la Vall d'Albaida. El día 8 el mismo periódico había ofrecido una breve información con lo acaecido el día anterior, el 7 de agosto de 1886.
En esas fechas una pareja de la Guardia Civil formada por los
guardias Sres. González y Serrano fueron tiroteados en Ayelo de Malferit
en el kilómetro 14 de la carretera de Alcudia a Onteniente causando la
muerte al guardia González y heridas graves a Serrano (de las que al
parecer falleció más tarde). Ante estos hechos tan graves, la Guardia
Civil desde su comandancia movilizó y envió a la población dos columnas
formadas por cuarenta guardias con dos sargentos al mando para tratar de
localizar a los agresores que poco antes de los hechos narrados habían
asaltado a un carretero que desde Onteniente se dirigía a Fuente la
Higuera.Según otro medio de comunicación, el diario universal de noticias La Correspondencia de España informaba el 8 de agosto de que el herido fue trasladado a Ayelo donde fue atendido de las heridas recibidas
"Entre los términos de la Ollería y de Ayelo
de Malferit se encontraba a las dos de la madrugada la pareja... honda
sensación y grave alarma. El juzgado municipal de Ayelo, el de primera
instancia de Onteniente, las autoridades ordenaron el levantamiento del cadáver y conduciendo al
herido al caserío de Ayelo de Malferit, donde se le prestaron los primeros
auxilios..."
El diario El Serpis informaba el 30 de septiembre del mismo año que continuaba la intensa búsqueda de los autores de estos hechos
"...que
asesinaron a los guardias civiles de la Ollería, en Ayelo de Malferit, son
activamente perseguidos por la Guardia Civil..."
De estas noticias se hicieron eco otros medios de
comunicación como el Diario de Córdoba y El Graduador, periódico político y de
intereses materiales de fecha 10 de agosto de 1886.
Jaime Peralta Aparicio
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