Páginas

jueves, 28 de septiembre de 2017

UN TROSSET D'AIELO, De Aielo a Alcázar de San Juan



  
A los descendientes de las familias 
Mateu-Calatayud y Calatayud-Martínez.


José Calatayud Juan

Salieron entre suspiros,
Aielo quedaba atrás,
ruido de piedra y tierra en los caminos

sin saber si volverían más.
Cuatro eran, que son dos parejas,
todos ellos con sus padres ya no están,

las madres lloran, por ellos y por ellas
que a tierra de gigantes se van.

Allá donde el viento hace mover el molino,
en el verano vendimia, siega, y calor para rato,
puede ser que encuentren su destino
y para siempre se queden los cuatro.


El mundo está lleno de pequeñas historias que nos hablan de las relaciones humanas entre personas y entre pueblos. Todas ellas forman un conjunto de hechos que conforman una gran historia, la gran historia de un pueblo.

Esta pequeña historia que ahora quiero contar, corresponde a dos matrimonios de nuestro pueblo, Aielo de Malferit, que partieron hacia tierras de “La Mancha” para encontrar mejor manera de qué poder vivir…………

Había empezado la tercera década del siglo XX, en España, la tensión social, como consecuencia de los continuos enfrentamientos entre obreros y patrones, haría que los militares acabaran tomando parte en la vida social haciéndose cargo del gobierno. 
 
Y así fue que desde septiembre del año 1923 se hizo valer la dictadura de “Primo de Rivera” una dictadura secundada por la burguesía, los terratenientes, la iglesia y el mismo monarca Alfonso XIII.
Es en este contexto de ámbito nacional, donde se van a mover los protagonistas de nuestra historia.

En 1927, hacía ya dos o tres años, puede ser más, según cuenta Carmen Calatayud Martínez, que su padre José Calatayud Juan y el cuñado de este José Mateu Calatayud  hacían viajes en carro, cargando mercancía (Fruta y otras cosas) de las comarcas valencianas para llevarlas a Alcázar de San Juan. 

Amparo Martinez Mateu
Eran lo que se denominaba “carreteros”, aunque la palabra correcta más bien es arrieros o trajineros, es decir, trajinaban con mercancías llevadas en caballerías de un lugar a otro.

La opción de este oficio, que era tomada por un buen puñado de gente del pueblo, estaba condicionada principalmente por dos motivos, la falta de trabajo debido a la escasa industria (a diferencia de los pueblos del alrededor, l'Olleria, Ontinyent, Montaverner….) y el hecho de querer valerse por sí mismo, sin tener que depender del trabajo que les pudiesen ofrecer el día antes en “els quatre cantons”   o el bar de “Hilario”, que era donde se contrataba a los jornaleros para ir al campo.

Hemos de tener en cuenta que en Aielo, la agricultura, en comparación a la nefasta situación de la década anterior, había resurgido, no obstante las tierras continuaban en manos de unos pocos terratenientes.

Cabe destacar también que en el pueblo, las opciones de trabajo no eran muchas ni variadas. Algunos trabajaban en la bodega, otros en la alcoholera, unos pocos en la fábrica de licores y los que tenían más suerte, eso sí, jugándose el físico caminando por la “cadeneta de la sèquia ampla”, lo hacían en la fábrica la Clariana, empresa papelera ubicada en término de Ontinyent muy cerca de Aielo si ibas a pie por el río.

Los carreteros bajaban a Xàtiva y a la Ribera del río Júcar para cargar la fruta. El tipo de fruta que comercializaban, tenía que aguantar el viaje más unos cuántos días para repartirla en Alcázar de San Juan y los pueblos del alrededor. 

Jose Mateu Calatayd i Magdalena Calatayd Juan
 
Entre; cargar, hacer el viaje, repartir la mercancía y volver, podían pasar 12-15 días y al volver a casa otra vez a empezar de nuevo.


Como el negocio no iba mal, empezaron a preguntarse de qué manera podían mantenerlo y estar más tiempo con la familia. Así pues, pensaron que si el lugar de residencia fuera Alcázar de San Juan, en vez de Aielo, podrían estar más tiempo todos juntos.

Tomaron la decisión, a sabiendas de las dificultades que esto entrañaba, y empezaron los preparativos para cambiar su residencia a un lugar donde lengua y costumbres iban a ser diferentes. 

Y así empezó su aventura, nada más terminar la Navidad de 1927 los dos hombres, con los carros cargados de muebles, partieron hacia Alcázar de San Juan, mientras que niñas, niño y mujeres lo hicieron el último día del año con un taxi-bus que alquilaron propiedad de Carlos Peris Alfonso, setabense que vivía en Aielo, casado con Teresa Juan Castelló quién disponía de este vehículo y otros para hacer el trayecto Xàtiva-Aielo por Novetlè y Xàtiva-Aielo por Canals. Seguramente, les acompañaría conduciendo aquel taxi-bus Batiste Marchirant, chofer por aquel entonces de Carlos Peris.

Recuerdan nuestros informadores, que los vehículos que hacían estos trayectos, en Aielo, los habían puesto el sobrenombre de “La diligencia”, lo que nos puede dar una idea de cómo serían aquellos vehículos con capacidad para 10 o 15 pasajeros. (Sacar sobrenombres o motes en nuestro pueblo, era bastante habitual en aquella época, tanto a cosas como a las personas). 


Así fue cómo, muy entrada la tarde noche del día 31 de diciembre, último día del año 1927 llegaron a Alcázar de San Juan, José Mateu Calatayud, su mujer Magdalena Calatayud Juan y sus hijas María y Lola de 4 y 3 años, y José Calatayud Juan con su mujer Amparo Martínez Mateu, su hijo José y las hijas Amparo y Carmen de 6, 4 y 2 años. 

Cuando iniciaron su viaje, Amparo, seguramente ya sabía que en su vientre llevaba a Miguel, el cuarto hijo de la pareja, que nacería seis meses después allí en tierras Manchegas.

Alcázar de San Juan, posada del Valenciano

También, dos años después, Magdalena daría a luz a su tercer hijo al que pondría de nombre José.
A su llegada a Alcázar, se dirigieron a La Posada (residencia habitual de los dos hombres cuando iban por esas tierras y que conocían por referencias de otros compañeros carreteros) siendo temporalmente esta su residencia hasta encontrar una vivienda.

Al llegar a la Posada tuvieron muy buena acogida y pronto les ofrecieron cobijo y una chimenea encendida para entrar en calor. 

Con el tiempo, otra posada de la población, lugar de paso y descanso para carreteros venidos de otras tierras y también de su pueblo natal (Aielo de Malferit), pasaría a ser de su propiedad, tras unos años de tenerla en alquiler, regentándola durante muchos años con el nombre de “POSADA DEL VALENCIANO”.

El tiempo pasa, los niños y niñas crecen, el negocio de frutas va bien, y deciden comprar su primer camión, que según referencias posiblemente fuera de la marca “LEYLAND”
Cuenta Carmen Calatayud, que cuando el camión llegaba de Valencia lleno de fruta y hortaliza, era como una fiesta.

José Calatayud Martínez

El camión hacía su parada en la plaza del pueblo donde acudía la gente de Alcázar para proveerse de alimentos de nuestras comarcas que no eran  muy comunes en esas tierras de la Mancha. Es de aquí, de donde surge el comentario que todos los descendientes de estas dos parejas tienen en su memoria colectiva como anécdota familiar que suelen recordar, según dicen que:

Cuando llegó el camión por primera vez a la plaza de Alcázar alguien exclamó.... “¡¡¡Caray!!!... “como prosperan los Valencianos”, a lo que fue contestado por otra persona,... “trabaja tú como ellos y verás como también prosperas”.

Este medio de transporte, iba a permitirles ampliar el negocio, pudiendo así transportar y repartir otra clase de mercancía que hasta entonces había sido imposible, pues el excesivo tiempo que se empleaba en el transporte y reparto echaba a perder cierta clase de género.

Continúa su vida en ese pueblo de la mancha mientras van simultaneando el negocio de frutas Mateu-Calatayud y La Posada del Valenciano. Es sólo la maldita guerra civil la responsable de que no prosperaran más rápidamente. El bando republicano les requisó el camión, y esto hizo que, textualmente, volvieron a tirar del carro para poder ganarse la vida.

En tiempos de Guerra, Alcázar, al igual que Aielo, era zona republicana, pero la guerra tuvo diferente incidencia en las dos poblaciones; en Aielo la cosa estaba más tranquila, mientras que en Alcázar, al ser un núcleo clave de abastecimiento de víveres y soldados para la capital, la aviación de la zona nacional bombardeaba continuamente buscando atemorizar la población, dañar sus infraestructuras, destruir los depósitos de la Campsa y también buscando un polvorín que se ubicaba cerca de la zona de los molinos.

Ya desde el primer día de bombardeos, para protegerse y resguardarse, en Alcázar se instalaron ametralladoras antiaéreas en la calle principal del pueblo y el ferrocarril, se construyeron refugios en diferentes plazas, también se hacían servir de protección las cuevas de las casas y aun así, muy a menudo nuestros protagonistas, para garantizar más su seguridad, decidían pasar la noche en el campo junto a las viñas por miedo a que cayera una bomba estando en casa.  

La aviación nacional, solía hacer su llegada bien a la madrugada despertando y causando gran temor entre la población o bien a mediodía, esta vez con aparatos ligeros que recibieron el sobrenombre de “La Bernarda” que ha quedado reseñado para la historia en una copla popular.

Si quieres buenas tortas
acércate por Alcázar,
pero no vengas ahora
porque viene la Bernarda.

Después de cada ataque de la aviación franquista en Alcázar las represalias a la población, por parte del bando republicano, hacia aquellos que eran simpatizantes del levantamiento militar, eran desmesuradas lo que hacía aún más difícil la convivencia entre las gentes del pueblo.

Evidentemente para nuestros protagonistas, ante esta situación, lo mejor era salvaguardar la familia, motivo por el cual decidieron enviar a los niños y niñas a Aielo donde la guerra no había llegado con tanta crudeza como en Alcázar.

En Aielo, serían repartidos unos en casa la abuela Magdalena y otros en casa Victorieta y Rafael Calatayud, hermano de José y Magdalena Calatayud.


Una vez pasados los años de guerra, con los niños y niñas de nuevo en Alcázar y haciéndose mayores, emprenden nuevamente de manera intensa, el que era, el negocio de su vida, y es así que a medida que iban ampliando su trabajo hacia otras mercancías y transporte en general, empiezan a llegar los camiones............ 1 camión, 2 camiones, 3 camiones y más.......

Alcázar de San Juan. De los primeros camiones

El carro, con sus enseres y caballerías, quedaba atrás. Comenzaba  pues, una nueva etapa de sus vidas, donde  medios modernizados de transporte les iban a permitir tener más contacto con su pueblo natal y familiares, que todavía perdura en nuestros días con sus descendientes.

Otros familiares de estas dos familias, también se desplazarían hasta la Mancha con el fin de encontrar mejor manera de qué vivir, pero a diferencia de ellos, no acabarían sus días en tierras Manchegas, sino que volverían al pueblo que los vio nacer, unos al poco tiempo de irse, y otros más tarde.

Así fue que: Rafael Calatayud Juan , hermano de José y Magdalena Calatayud, que con su mujer Victorieta Mateu Bernat y su hijo Rafael, permanecieron allí hasta el inicio de la guerra.

Bautista Matéu Calatayud, hermano de José Mateu Calatayud que junto a su mujer Pilar Penades también estuvieron algún tiempo por tierras de la Mancha en los primeros años de esta historia.

Rafael Mateu Mompó, hermano de padre de José Mateu Calatayud, estuvo en Alcázar desde los 14 años hasta que se retiró, trabajando para sus familiares. Al casarse, también su mujer Carolina Sanz Vidal y sus hijos Rafael y José, pasarían a formar parte de la gran familia Aielonera en Alcázar.

Ya en época más tardía, Al caer enferma Magdalena, su hermana Carmen Calatayud Juan, que había enviudado tiempo atrás, iría para cuidarla. Más tarde, al morir Magdalena, Carmen contrajo nuevamente matrimonio con el hombre que fue marido de su hermana, quedándose a vivir allí hasta que este murió.

Con anterioridad, una de las hijas de Carmen, Carmen Vidal Calatayud, fue para ayudar en La posada y acabaría casándose en Alcázar. 

También la otra hija de Carmen, Lola Vidal Calatayud, permanecería alguna temporada por tierras manchegas.

Alcázar de San Juan
Tengo que agradecer y no poco, tanto de José Mateu Sanz (conocido en Aielo como Pepe Alcázar por los años que pasó viviendo entre un pueblo y otro), hijo de Rafael Matéu y Carolina Sanz, cómo de su mujer Carmen Calatayud Mateu, hija de Rafael Calatayud y Victorieta Mateu, toda información y entusiasmo para contarme cosas de su familia en tierras de la Mancha. 

También desde Alcázar a los descendientes de estas dos familias encabezados por Carmen Calatayud Martínez que a sus 91 años guarda el recuerdo de todo lo que me ha transmitido con aprecio y afecto por su pueblo natal Aielo de Malferit.

Ai mare meua no em plores,
pels meus fills m'he d'anar,
i no vull més que el meu home
sempre estiga amunt i a baix.

Deixe el meu poble volgut,
jo sempre el portaré al cor,
ací et deixe el meu somriure,
no em digues adéu en plor.

Alcázar de San Juan. Mateu Calatayud

La vida ha estado haciendo su camino en el pueblo de Alcázar de San Juan, así mismo, el tiempo ha pasado al igual que lo ha hecho en nuestro pueblo o en cualquier otro pueblo. Los descendientes de estos cuatro aventureros, hoy en día, tienen dedicaciones variadas y diferentes de aquella que trajo a sus antepasados hacia tierras Manchegas, pero actualmente, en Alcázar de San Juan, se puede encontrar muchas personas con el apellido Mateu y Calatayud que guardan celosamente tradiciones puramente Aielenses cómo la manera de cocinar, por eso, se puede decir, que allí, hoy en día, en el mismo corazón de la Mancha, es fácil encontrar………… "un trosset d’Aielo".

                                                                                        Aielo de Malferit, abril de 2017
                                                                                                                     Juan Carlos Colomer
                                                                                                         Publicat Programa de Festes 2017



11 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias por este articulo, que a los descendientes más jóvenes, nos hace tener un cachito más de historia familiar. Y así poder seguir contándolo a nuestros hijos.

    Saludos desde La Mancha.
    José Carlos Calatayud

    ResponderEliminar
  3. Enhorabuena, Juan Carlos, por el trabajo realizado. Una historia que teníamos en el recuerdo, pero había que contarla de forma entrañable como lo has hecho. Gracias.

    ResponderEliminar
  4. Soy nacido en Alcázar el año 1962. Me ha encantado conocer esta Historia. Imaginaba algo así. Gracias amigos de Aielo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias a ti por leerlo, soy Juan Carlos, el autor, próximamente lo tendré completo con la música compuesta para la ocasión, adjuntando sus partituras y audios para rondalla y para banda de música, con el fin que sean interpretadas, cantadas y bailadas por quien desee hacerlo.

      Eliminar
  5. Soy Juan Carlos (Alcázar, 1962), no dejo de pensar en estas personas, y otras, que me hacen meditar, reflexionar. . .no sólo es recordar.

    ResponderEliminar
  6. Es la mejor historia que nos han contado: el contexto, aquellos viajes en carro, la llegada de las familias a Alcázar, la vida en la Posada, su tesón, los bienes. En fin, todo.
    Queremos transmitir nuestro agradecimiento

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Completamente, es el argumento para haber realizado en los años 40 o 50 una de las mejores películas de la historia del cine.

      Eliminar
  7. Que importante es que todos oremos por todos, hablamos de personas.
    El sentido primigenio del término "política", es ese, tacto, sensibilidad,
    que sepamos tratarnos unos a otros.


    ResponderEliminar
  8. Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dice el Señor, Como son más altos los cielos que la tierra (Is. 55.8-9)


    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Amén, amén, amén.
      En esta historia Un Trosset D'Aielo, yo leo Evangelio, o sea, buenas nuevas para todo aquel que las quiera.

      Eliminar