Del jardí bell de València
és Ayelo ermosa flor
que escampa, arreu, les fragàncies
que despedeix lo seu cor
Miguel Ferrándiz . "Himne a Ayelo"


miércoles, 23 de febrero de 2011

La Vall d'Albaida tras la Guerra del Francés (V)




Vista de Valencia desde el Llano del Real según un grabado de 1805.Google Imágenes



AÑO 1818


Ejecución pública en Valencia de los autores del robo de Beniarrés. Sobre unas licencias irregulares a vecinos de Benigánim para usar escopetas. Búsqueda del famoso D. José Regato en la gobernación. Un confidente da información para la captura de un fugado. El relevo del teniente Visconti como comandante del puesto de Albaida. Varias multas impuestas a particulares. Sobre poder usar escopeta en la plaga de gorriones. Relevos en los puestos de Albaida, Onteniente y Mogente. Ausencia de Elío durante cuatro meses. Unos fugados de la cárcel de Ayora. Búsqueda de Sebastián Perales. Orden circular sobre uso de escopetas. Causa sobre el intento de motín en Valencia. Orden circular sobre robos. La fuga del desertor Juan Mallol. Fuga y prisión de Antonio Iglesias.

El 21 de enero de este año eran ejecutados en la plaza del mercado de Valencia el anteriormente citado Salvador Parets, de Beniflá, Joseph Vidal conocido por el Fraret de Buixergues y Francisco Escrivá, estos dos de Villalonga, acusados entre otros delitos del robo de Beniarrés(38).

El alcalde de Benigánim, José Boluda, recibió por entonces un oficio del gobernador de fecha 17 de este enero, para que averiguara lo relativo a unas licencias irregulares para uso de armas a vecinos del pueblo, más en concreto las de un vecino llamado José Diego Madrazo, de oficio tratante. Contestó el 19 de febrero que ignoraba la imprenta de Valencia en donde habían sido impresas dichas licencias, lo que si sabía es que era D. Esteban Tudela el que las había traído de Valencia y que había sido el fraile Joaquín Gasó, de la orden de franciscos descalzos, el que había llevado las mismas a Capitanía General y allí les habían puesto los sellos sin que constaran más datos.

Sobre el uso de armas de caza y licencia para las mismas era precisamente la real orden de 17 de febrero de este año comunicada por el Duque del Infantado, presidente del Consejo de Estado, al Secretario de Estado y del Despacho de Gracia y Justicia D. Juan Lozano de Torres. Así, por ejemplo, las licencias eran para un año, y las había de dos clases: para cazar todos los días permitidos del año y aquellas que servían para cazar tan sólo los días festivos; los solicitantes tenían que tener 20 años cumplidos y presentar el memorial, en papel de sello cuarto mayor, a la autoridad competente, junto con un certificado de honradez y buena conducta. Las licencias autorizaban a cazar en territorios limitados del distrito.


Castillo de Montesa. De la obra Views in Spain by Edward Hanke Locker, London 1824


En marzo Elío comunicaba al gobernador de San Felipe que el ministro de Estado, con fecha de 23 de febrero (c. 131), le decía que interesaba la búsqueda y captura de un sujeto disfrazado bajo el nombre de D. José Rodríguez y que, en realidad era D. José Regato el cual había sido uno de los redactores del periódico La Abeja, por si pudiera estar por su gobernación(39). Lo chocante del caso es que fueron localizados en la gobernación dos sujetos con el mismo nombre y apellido del buscado según las comunicaciones recibidas por el gobernador, que obviamente no tenían nada que ver con Regato; uno era un carpintero de Anna que había servido en el arma de artillería, tenía la licencia absoluta y estaba fuera de toda sospecha, no obstante, según el comunicante que era el alcalde de Enguera Juan Antonio Bolaño, éste tenía un primo hermano llamado Esteban García Rodríguez que aunque no nacido en Anna si lo era su padre, el cual era un joven de 28 años del que no tenía buenos informes pues era de malvivir y había cometido alevosías. El otro, según el corregidor de Onteniente era un vecino de esta población, de buena reputación, que ejercía de oficial papelero en uno de los molinos del término y tenía una pequeña tienda de comercio.

En ocasiones las informaciones transmitidas por Elío indicaban asuntos relacionados con confidentes. Así el gobernador de San Felipe le contestaba, en la fecha de 30 de marzo, a un oficio anterior suyo (c. 131) relativo a que procediera al arresto de un tal D. Juan García el cual iba de pueblo en pueblo exigiendo limosna con un documento falso del Hospital General de Valencia. Tres días antes, el 27 de marzo a las cinco de la mañana, se había fugado un preso, a su paso por San Felipe cuando era conducido de Alcoy a Valencia por el sargento segundo del Regimiento de Infantería de la Reina José Barrachina, siguiendo órdenes de la comisión contra los malhechores que presidía el coronel Francisco Samper. Se dio la circunstancia que un tal José García, que era un maestro zapatero, conocía información que fue útil para capturar a este fugado, el cual, en efecto, fue pocos días después detenido siendo conducido a la cárcel de las Torres de Serranos. Elío le comunicaba al gobernador, además y en relación con este caso, que había dado la orden de que el García quedara libre.

Finalmente, a pesar de la solicitud del ayuntamiento de Albaida, el comandante de armas de esta población, es decir el susodicho teniente Pascual Visconti, fue relevado por orden del Capitán General de fecha 16 de abril, y en su lugar se nombró para ese cargo al subteniente graduado a teniente Antonio Areco; esto mismo fue comunicado por Tomás Salvany, oficial jefe del batallón de Infantería de Albuera que estaba en Orihuela, al gobernador Wenceslao Prieto (C. 131).

En mayo constaba en la administración del gobernador algunos asuntos sobre multas (e. 131); así se suspendía toda gestión de apremio contra Felix Martí, escribano de la Ollería sobre la multa de 200 ducados que había promulgado el Supremo Consejo; la de 50 ducados al alcalde de la misma población, Felix Fayos, impuesta por orden de 12 de mayo por resistencia a la admisión y pase de un expósito; multa asimismo de 100 reales al regidor de San Felipe D. Leonardo Baldovi por los insultos que hizo al capitán del batallón de Albuera D. Pablo Marqués en julio del año anterior; y multa de 300 ducados a los padres de desertor José Valls de Onteniente, por haberlo ocultado (la sanción era de fecha 18 de octubre del año anterior tal y como lo comenté anteriormente).


La protección a la agricultura, obedeciendo las reales órdenes sobre esto mismo (más en concreto el real decreto de 19 de mayo de 1816), llevó a Elío a publicar una disposición, de fecha 2 de junio (40), por la cual autorizaba el uso de escopetas para proteger los sembrados de los gorriones hasta el mes de Junio, mes en el cual debía de estar segada la siembra.

En junio Elío también dispuso que de los puestos militares de Albaida, Onteniente y Mogente se hicieran cargo oficiales y tropa del cuerpo de inválidos en sustitución de los del batallón de Albuera (c.131); y así D. Francisco Manchón iría al de Onteniente, D. Tomás Gamuza al de Mogente y D. Blas Durá al de Albaida, éste último solicitaría su relevo a los pocos días por considerar que no podía cumplir bien su misión y fue sustituido por el subteniente D. Pedro Lago.



Valencia en un grabado de 1803. Google Imágenes

Entre junio y septiembre Elío, como ya anticipé, se ausentó de Valencia para ir a Navarra que era su tierra de nacimiento, le sustituyó en capitanía el teniente general de infantería José O'Donnell (hermano del conde de la Bisbal) el cual, y así consta, firmó los oficios de capitanía durante este tiempo.

El escribano de cámara de la Sala del Crimen, D. Miguel Pajarón, redactaba el oficio aprobado en dicha sala el 20 de julio (c. 131) dirigido al gobernador de San Felipe relativo a la fuga de la cárcel de Ayora, el 27 de junio, de tres presos que eran Antonio Castellano Peña, Vicente Belenguer y Ramón Puchan, los cuales se habían refugiadlo en los montes de Bicorp, Quesa, Navarres y Millares; iban armados y se les había agregado otro facineroso; y que en los mismos montes se refugiaban también Pedro Murcia que se había fugado también de la misma cárcel a últimos del año anterior, al cual se le atribuía un robo en el camino real; y asimismo un tal Manuel Martínez y otro de Cortes llamado Rovira autores de una muerte; y asimismo solía verse por aquellos parajes al llamado enterrador de Tous y otros desertores fugados del presidio, naturales de Dos Aguas. De todo lo cual era de esperar que se cometieran excesos de mucha consideración y por lo tanto se hacía preciso que el gobernador de San Felipe enviara tropas para ayudar a las justicias de aquellos pueblos.

Otra búsqueda de estos días fue la del desertor Sebastián Perales de Ollería, soldado de la compañía de Fusileros del Reino, que además tenía una causa pendiente en el Consejo de Guerra Permanente. El alcalde de este pueblo, Ignacio Micó, respondía el 8 de agosto (e. 131) que había pasado a la casa familiar del mismo en compañía del sargento comisionado para llevar a cabo su detención, y que la madre del mismo les había dicho que su hijo hacia cuatro meses que estaba por La Mancha en la venta de lienzo; como el padre era fiador del hijo se le mandaba que compareciera en San Felipe a la mayor brevedad.

El intento, que ya he comentado, de asesinar el 17 de enero del año anterior a Elío a su salida del Teatro Principal de Valencia, o de motín en la capital como se refería en la causa (se culpaba de este intento a las logias), hizo que se recibiera en San Felipe la certificación librada, en la fecha del 2 de septiembre (c. 131) por D. Andrés Martí escribano de la Real Sala de Crimen, para la prisión de los siguientes: el abogado D. Felipe Benicio, D. José Núñez, D. Domingo Paños, D. José Romero, el cirujano D. Juan Fernández de las Horas, Juan Bautista Adán y el fraile Antonio Nebot (como ya dije Manuel Beltrán de Lis, el abogado citado aquí y el fraile también citado habían podido huir y estaban refugiados en Gibraltar).

La poca exactitud, a juicio de Elío, con la que las justicias de los pueblos cumplían con lo prevenido en sus anteriores bandos (de 26 de mayo y 4 de diciembre de 1816), hizo que en noviembre de este año 1818 volviera sobre el asunto en una orden circular en la cual recordaba a dichas justicias su deber de preservar la seguridad de pueblos y caminos mediante la vigilancia de cualquier transeúnte exigiéndoles los pasaportes; anunciaba, además, que en breve saldrían oficiales al mando de partidas con la misión de celar si obedecían sus órdenes y que los infractores sufrirían fuertes castigos.

En otra orden circular de pocos días después(41), del 2 de diciembre, Elío decía: aunque hace cuatro años que no ceso de citar órdenes para librar a la sociedad de las calamidades que sufren con los robos y raterías en los pueblos, campos y caminos, no he podido conseguirlo, observando por el contrario que en estos últimos días ha vuelto a renacer el crimen. La causa de esto era la falta de celo de la autoridad y la escasez de medios de que disponía; luego nombraba lo funesto y horrendo del desertor, el holgazán y el defraudador de los intereses del erario, de todos ellos se formaban los malhechores, los cuales, una vez corrompidos sus corazones con sus delitos, jamás oían los gritos de la naturaleza, así que eran inhumanos por asesinos y por ladrones que era el origen de todo. Para combatirlos mandaba que toda población de más de 500 vecinos se dividiría en dos barrios, y proporcionalmente más barrios según más vecinos; en cada barrio habría dos alcaldes, primero y segundo, elegidos entre los vecinos honrados, los cuales tendrían la comisión, durante un año,de iniciar sumarios y dar cuenta de estos al juez superior que los proseguiría, y también la de matricular a todos los vecinos entrantes y salientes de sus barrios, y obtener información sobre malhechores.


Plaza del Mercado (Valencia). Ilustración de Adolphe Rouarge para el libro “Voyage pinttoresque en Espagne et en Portugal” editado en 1852


Más noticias hubo sobre fugados en estos últimos días del año 1818 (c. 131). Una fue la fuga en las inmediaciones de San Felipe del desertor de caballería Joaquín Mallol conducido a Ocaña por el sargento primero Fernando Baldello del Regimiento de Infantería de América, el cual según le había dicho al gobernador, tan sólo llevaba como escolta a un tambor y tres soldados, dos de ellos inútiles y desarmados, con la comisión de conducir a dos desertores, uno de estos el tal Mallol. Al llegar a las inmediaciones de San Felipe, al anochecer en un huerto, los dos desertores fiados en que los soldados de la escolta estaban convalecientes aún, cortaron las cuerdas y salieron huyendo; uno de ellos, llamado Pascual Tomás había podido ser detenido, pero el Mallol había desaparecido; no obstante éste también fue detenido poco después en las inmediaciones de Mogente.

La otra fuga fue la ocurrida el 26 de diciembre, sobre las cuatro de la noche, en la propia real cárcel de San Felipe; a esa hora Antonio Iglesias, reo convicto de crímenes reclamado por la Real Audiencia de Barcelona, y Gaspar Roca iniciado en robos, escalaron los muros de la cárcel utilizando una cuerda de dos o tres varas que hicieron con trozos de manta y trapos, la cual aseguraron en las maderas del tejado. El segundo fue detenido en las calles inmediatas (al parecer se lesionó en el intento) pero el primero había conseguido huir. Se dio aviso a los puestos militares, al oficial de la llamada partida de la capa, y se comisionó al alférez de cuerpo de inhábiles D. Antonio Albertos para que saliera con tropa al camino de Alicante a donde se suponía se dirigía, finalmente sería preso por la justicia de Simat de la Valldigna, y después conducido por el citado alférez a las reales cárceles de Valencia.

Fernando Goberna. Publicado en la revista Almaig de 2009.

NOTAS:
(38) Manel Arcos: Op. cit.. p. 80.
(39) Este D. José Regato había sido en efecto colaborador de La Abeja Madrileña en 1814, y condenado a muerte por sus escritos en 1815; durante este tiempo parece que emigró a Francia, y en marzo de 1816 estaba en Bayona en un tiempo en el que conspiraba a favor de la libertad (se le atribuyó por entonces el proyecto, junto a Renovales, de sublevar las provincias vascongadas; después estuvo en Inglaterra. Fue un personaje huidizo y poco de fiar, pues luego sería agente del absolutismo. El hecho de que se le buscara por la gobernación de San Felipe tampoco era algo disparatado ya que en julio de 1823 se le cita como intendente de Játiva, aunque era muy improbable que estuviera en este año de 1818. Véase la citada obra del Diccionario Biográfico del Trienio Liberal. pp. 555 - 556.
(40) Archivo Municipal de Albaida: Caja del año 1818.
(41) Archivo Municipal de Albaida: Caja del año 1818.

sábado, 19 de febrero de 2011

“Aielo de Malferit. Geografia, història, patrimoni”






“Aielo de Malferit. Geografia, història, patrimoni” és un gran llibre, no solament per dimensions sinó per contingut i qualitat.

Vaig tenir l’oportunitat de llegir fa mesos l’esborrany. I ho considere un privilegi haver sigut de les primeres persones en admirar esta “recopilació de xicotetes històries del poble”, este conjunt de vides anònimes i no tan anònimes, que sumen la gran història que ara ha presentat Abel Soler, la nostra història, la dels aieloners.

Alguns passatges que Abel ens mostra són coneguts perquè ja estaven publicats en articles locals, la prova està en l’extensa bibliografia exposada al final del llibre, així com les continues referències en notes a peu de pàgina. Però molts altres passatges exposats no els coneixíem. Abel ha buscat, tret a la llum i plasmat en la seua obra, informació que fins el moment estava guardada als arxius més allunyats. Tal volta els més entesos en la matèria diuen que així i tot és una història incompleta, que falta molt per escriure. Potser siga cert, tot el que fem sempre és pot millorar. Fer una història d’un poble no és tasca fàcil, hi ha tants aspectes a investigar...i des de tantes fonts diferents... faltaria molt més temps per poder aprofundir i sobre tot més pàgines de llibre per poder plasmar-ho i així i tot, encara hi hauria opinions que veurien mancances.

Vaig gaudir de la lectura del llibre com si es tractara d’una novel·la. La història d’Aielo que ara ja tenim a l’abast em va enganxar des de la primera plana, des del primer capítol. Cada dia, com si fos una droga necessitava la dosi de lectura, necessitava saber com continuava el que havia llegit el dia anterior perquè cada capítol m’estava contant coses properes. Alguns aspectes els sabia, altres els tenia oblidats i en llegir-los els vaig recordar i molts altres més els desconeixia i va ser un plaer anar descobrint-los.

M’ha agradat llegir el contingut però en part ha sigut gràcies a la forma, a l’estil que Abel ha utilitzat per transmetre la història. Abel empra un estil senzill, directe que contribueix a que sentim el que llegim com molt proper. Fins i tot en ocasions se li pot dir que arriba a ser col·loquial. Este estil ben allunyat de tecnicismes, que pot resultar contradictori en un llibre seriós com el que ens ocupa i tal volta siga criticat per alguns, li dóna al contingut el valor afegit de fer-se entendre per tots i a més, ajuda a crear eixa espècie d’intriga novel·lesca que particularment a mi em va enganxar a seguir i seguir llegint .



19-2-2011, Abel Soler junt a l’alcalde Jose Luis Juan i la regidora de cultura Maribel Vicent en un moment de la presentació del llibre “Aielo de Malferit: Geografia, història, patrimoni”.


La part gràfica, les fotos que acompanyen el text, animen també a no deixar de costat el llibre. A més a més de les imatges que l’autor ha inclòs, fetes o seleccionades d’altres fonts per a l’ocasió, Abel ha tingut a l’abast un complet fons de fotos antigues del passat d’Aielo, el Fons Local de la Biblioteca Degà i Ortiz, aconseguit amb les aportacions desinteressades de molta gent del poble. L’autor no ha desaprofitat l’arsenal cedit i ha escollit les millors i més valuoses instantànies per il·lustrar el seu text.

És una opinió subjectiva, molt discutible, clar és. Llegiu vosaltres i opineu. Estic segura que en conjunt el llibre no vos defraudarà, es pot llegir escollint els capítols que més vos interessen, o de manera línial, com jo vaig fer, també podeu parar l’atenció en les fotografies que acompanyen el text i buscar el contingut que les acompanyen.

El més important de tot és que Aielo ja té la història en un volum i els aieloners curiosos que volem resoldre dubtes al voltant del nostre passat, ja podem tirar mà de la recopilació feta per solucionar-los. El llibre és un primer pas, un important pas, que tal volta en un futur pot donar peu a altres “històries” amb revisions, ampliacions o enfoques diferents. Tot serà vàlid per a Aielo i els aieloners.

Mariló Sanz Mora

martes, 15 de febrero de 2011

Amalio Juan: un músico romántico




El pasado 13 de abril (de 1991), fallecía una persona sencilla y modesta, orgullosa de ser hijo de Aielo de Malferit, (tal como nos dijo en una entrevista que tuvimos con él), admirado por unos y algo desconocido para otros; nos estamos refiriendo a D. Amalio Juan.

Nació en 1905, y fue el décimo de una familia con catorce hermanos; su afición a la música le vino desde muy temprana edad, pues su padre era el organista de la Iglesia de Aielo. Muy joven dio conciertos a cuatro manos, junto con su hermana, por algunos pueblos cercanos. Un hermano suyo, Francisco, fue Director de la antigua Banda de Música de Aielo.

En tal ambiente, Amalio comenzó sus estudios con dos de sus hermanas, que eran profesoras de piano; cuando contaba con dieciséis años, se trasladó con su tío a Versalles para trabajar, oportunidad que aprovechó para ingresar en el Conservatorio, donde finalizó sus estudios, con Premio fin de carrera.

En 1925, volvió a España para realizar el Servicio Militar, sirviendo durante seis meses en Madrid, donde lejos de abandonar su dedicación musical, recorre diversas salas de la capital, llegando incluso a tocar en el Teatro Real.

Terminado el servicio militar, se trasladó a París, donde se sentirá atraído por el sugestivo mundo de las Orquestas de Baile; trabajó en el "Hotel Palace", en la "Exposición Colonial", y tocó en la "Gran Exposición Universal" ante personalidades tan relevantes como el Primer Ministro francés, el Rey Jorge V de Inglaterra, la señora Roosevelt (madre del que fuera Presidente de EE.UU.)....

En 1928, conoció a la que sería su compañera inseparable y "manager", Paulette Well. Aceptó un contrato para dar recitales en el Transatlántico "Normandía" con la Orquesta "Parisiense", que cubría la ruta París-Nueva York, donde conoció a figuras tan populares como Charles Chaplin.

En una de estas travesías, conoció la trágica notida de la muerte de dos de sus hermanos (uno cura), durante el transcurso de la Guerra Civil.

Más tarde fue contratado por la Familia Real de Egipto a los que acompañó a Persia (hoy Irán) a la primera boda del Sha de Irán, con la hermana del Rey Farouk de Egipto; durante el trayecto compuso el "Bolero Fantástico", como homenaje a la Reina Madre de Egipto; era el año 1939.

Con el estallido de la 2ª Guerra Mundial, Amalio y Paulette fijaron su residencia en Perpiñán, donde realizó varios conciertos con orquestas de Jazz. Finalizada la guerra, se trasladaron a París, (su París, como él decía), donde desarrolló un intenso trabajo. Tocó con la Orquesta "El tren azul", en cabarets, balnearios, en el Casino Dauville,... acompañando a figuras tan relevantes como George Uhmer, Antonio Machín, Charles Trennet, y haciendo amistad con Pablo Casals, Xavier Cugat... etc.

Amalio Juan ha sido uno de los compositores más admirados y reconocidos de este siglo. Sus canciones, pasodobles, tangos, valses, boleros,... han sido y siguen siendo repertorio obligado de las mejores orquestas de baile del mundo. También ha compuesto y adaptado música para películas documentales, como "Un Pescador en el Agua", "Santa María del Mar"...

"El Vals Olvidado", "Adiós, España", "Clavel Rojo" son de las pocas composiciones que hemos podido escuchar por la Unión Musical Ayelense, porque no se disponen de más partituras en nuestros archivos.

D. Amalio Juan, fue un músico romántico, con una vida muy intensa, tanto dentro de la composición, como de la interpretación al piano, y cuya labor ha sido elogiada en todo el mundo. La historia suele escribirse con nombres propios, y no cabe duda de que D. Amalio Juan, forma parte ya de esa historia, porque con su música, ha sabido ofrecer emoción, melancolía y alegría de vivir a una sociedad privilegiada, que supo reconocer el genio de este músico de Aielo de Malferit.

Unión Musical Ayelense. Publicado en el Libro de Fiestas de 1991.

domingo, 13 de febrero de 2011

La Cova d'Ases



per Agustí Ribera (1)





Per intervenció de diverses persones vinculadas a Aielo de Malferit (2), ens vam assabentar de la troballa d'una punta de llança ibérica a la denominada Cova d'Ases, prop de la població d'Aielo de Malferit però ja en terme d'Albaida.

Interessats en documentar aquesta troballa, sobretot al pensar que podria procedir d'una necròpolis ibèrica, de les que tenim, a hores d'ara, una gran desconeixença en tota la Vall d'Albaida, vam poder visitar el lloc en diverses ocasions acompanyats del propietari actual de la coya i terrenys, en Joaquim Vicent (3) qui, a més a més, va ser qui va trobar la susdita peça.

El lloc

La Cova d'Ases es troba a uns 3 Qm. al llevant del nucli urbà d'Aielo de Malferit (a uns 4,5 al NW d'Albaida, terme al qual pertany). Les seues coordenadas geogràfiques són: 3º, 07', 52"/ 38 º, 52', 30", alçant-se a uns 300 mts. s. n. m. (4).

El terreny és de tap o albarís miocé, amb escassa coberta quaternària, cosa que otorga a totes les terres circumdants el típic aspecto "blanc" -sobretot a ple sol- que ha donat nom a la nostra comarca. La cova s'obri en un bell emplaçament prominent, dominant sobretot les terres septentrionals, amb bancals ben conreats davallant cap al Riu d'Ontinyent, riu que fa els seus circumlòquis a poc menys d'un Qm. tramuntanar.

Una breu replana de terra, amb un secular garrofer vora el ribàs, dona accés a la cavitat. Sense entrar en massa detalls -per a d'això s'adjunta el plànol-, es pot dir, en primer lloc, que és una cova totalment artificial, excavada per la mà de l'home.

L'obertura presenta restes de murets d'obra a ambdós costats, pel que en algun moment estaría proveída de porta. La galeria principal és prou regular, penetrant en direcció a llevant aprox. uns 10 m., mantenint una amplària d'uns 2,5 m. i una altura de poc més de 2 m. La bòveda está reforçada per tres arcs rebaixats d'obra vella, recentment represtinada. A banda de sengles bancs correguts adossats a les parets, al tram final hi ha restes d'un pessebre de vora 4 m. de llarg, que a banda de ser cosa normal, vé a propòsit per a justificar el nom de la cova. Aquesta galeria major acaba fent un recolze cap al sud, lloc on per mig d'una obertura quadrada practicada al seu trespol, comunica amb l'exterior.




Cap a mitjan galeria se n'obri una altra menor i més irregular que penetra cap al NE. aprox. uns 7 m., al fons de la qual també hi ha un respirall, ximeneia o pou, que comunica a l'exterior pel sostre. Aquesta galeria secundària tenia, pel que es veu, algunes breus perllongacions ara tapiadas. Concretament, una "lacena", només entrar a mà dreta, i un forn, a l'esquerra, les restes del qual encara son visibles des de l'exterior, tot i estar afonat. El panorama es completaría amb un aljub, ara desaparegut, que segons indicacions, es trobava a uns 50 m. al NE. de la cova.

La Troballa

En Joaquim Vicent va trobar la llança llaurant al bancal immediat al ponent, però segons ell, la peça provenía d'unes terres que ell va traure de l'interior de la cova i va escampar pel bancal. Nosaltres vam prospectar detingudament el bancal i tots els altres bancals més immediats, sense poder trobar el menor indici amb que poder conectar la troballa. Tan sols baix del garrofer, al marge, vam trobar la part amovible d'un molinet de mà dels típics de l'Edat del Bronze (?) -que bé podria aprofitar-se en altres époques més tardanes-.
Al nostre entendre, és molt probable que la punta de llança provinguera efectivarnent de dins la cova. De fet, a una altra cova de la Vall, també artificial i en mig les terres de conreu: la Cova del Poblet de L'Olleria, es van trobar també algunos restes ibèriques, segons sembla fa ara uns 40 anys (5).

Vol dir tot açò que aquestes coves daten d'época ibèrica? Sense rebutjar del tot aquesta hipòtesi, ja que els ibers tenían perfecta capacitat per a realitzar i usar d'aquesta mena de coves, nosaltres creguem que no. Més aviat ens inclinem a creure que aquestes coves-hàbitat o coves-refugi, daten d'época medieval. El fet de que apareguen alguns materials aillats de cultures anteriors, com és el cas, es deurà a que serien traslladats pels camperols quan els apareixerien en alguna roturació o transformació de bancals, si és que els trobaven d'alguna utilitat, o com a simple curiositat. Així doncs, i segons creguem nosaltres, el lloc o jaciment d'on realment provendrá aquesta peça deuria ser destroçat fa ja molts anys, tot i que no estaria molt lluny de la Cova d'Ases.




La Peça

Vist que no hem pogut trobar el contexte d'on provendría la peça, passem ara a descriure-la i a fer algunes consideracions. Es tracta d'una punta de llança de ferro, amb la fulla llarga i amb destacat nervi central: Té un tub per a enmanegament de forma lleugerament troncocònica, on s'ajustava el canastró de fusta. Mesures: Llarg total: 218 mm. Ample fulla: 28 mm. Diàmetre tub: 21 mm. Gros fulla: 3 mm. Gros nervi: 7 mm. Llarg tub: 75 mm. Es conserva prou regular, a pesar d'estar molt oxidada.

L'ús i significació d'aquest objecte estan ben clars, com a arma per a llançar. Es completaría amb un llarg mànec o canastrò de fusta, segurament de més d'1,5 m. de llarg. Formava, per tant, part significativa de l'armament d'un guerrer ibéric. Peçes semblants, pertanyents a la cultura ibérica, se'n coneixen de molts jaciments, tant de necrópolis com de poblats. A la Bastida de les Alcuses, per exemple, es va trobar alguna d'aquest tipus de llança, que encara conservava les restes carbonitzades del mànec de fusta (6).

Tanmateix, a la Vall d'Albaida i que sapigam nosaltres, fins ara solament han aparegut puntes de llança ibériques al jaciment senyer de la Cova Alta d'Albaida, d'on procedeixen també altres armes ibériques com una falcata o les restes d'un escut (7), tot conservat al Servei d'Investigació Prehistòrica, de València.

A pesar d'ignorar el jaciment d'on provendría exactament la peça i d'haver fet abans algunes consideracions al respecte, cal dir, altre cop, que deuria tractar-se d'un jaciment a l'aire lliure, que es trobaria proper a la Cova d'Ases. Cosa semblant es podria aplicar, creguem nosaltres, per al cas de la Cova del Poblet, de l'Olleria, suposant que s'hi trobaren realment materials d'época ibèrica, cosa de la que tenim seriosos dubtes.

Diferent és el cas d'altres coves, també citades com a coves-refugi d'época ibèrica a la Vall d'Albaida, ja que, en contrast amb les anteriors, són coves naturals, ubicades en zona de serra.

Es tracta de la Cova de la Fos (Aielo de Malferit-Ontinyent), la Cova de la Gorra (Bocairent) i la Cova de la Sima (Salem) (8), a les que caldria afegir el Badall del Pinyonet (Beniatjar) (9). Dissortadament tenim molt poques dades sobre els materials a d'elles trobats però, almenys pel que fa a les dues primeres, podem assegurar nosaltres que els materials ibèrics deurien ser extremadament minsos. Tanmateix, recentment hem pogut veure -molt per damunt-, alguns materials, concretament cerámiques caliciformes de ver interés, procedents d'una cova de la zona de Salem (10), que deuria ser una veritable cova santuari ibèrica. En qualsevol cas, ens sembla, res de tot això té massa a veure amb la Cova d'Ases, que avui tractem.






El nom i les contalles

Deixant ja de banda l'objecte arqueológic, no voliem deixar de fer esment tant de la curiositat d'aquest topónim com d'alguna contarella al voltant de la cova.
Ens sembla ressenyable la certa vigoria del topónim Cova d'Ases (alerta!: No Cova dels Ases), -que hem comprovat en la gent de mitjana edat, i més en sabent que l'ús d'aquesta paraula está, per ací, totalment bandejat i substituït pel castellá "burro". La seua antigüitat deu ser considerable, a pesar que, llevat del mapa militar de l'any 1953 citat, on figura com a Cueva de Ases, no l'hem pogut documentar anteriorment (11).

També al·ludirem, per fi, a una sèrie de contalles que, per diverses fonts i de forma un tant inconcreta, hem sentit sobre l'us de la cova en temps reculats, per un tal "Don Camilo", probablement un cacic o bandoler albaidi (?), que feia de les seues en aquest punt. Hem sentit que aquest personatge controlava als ramaders de la zona, i el mercat de la carn (?), o que ací a la Cova d'Ases cel·lebrava reunions amb altres adeptes, proclius o atemorits, i que tenien que veure amb questions de sang i àdhuc o amb morts violentes... Seria bo que algú, amb un cert mètode, ho arreplegara, -independentment de la llum clara que de segur algun historiador podria donar-, amb tots els matissos que solament la gent major sap. Saber que és part de la nostra cultura popular i que cada día s'esvaeix, com el fum, per sempre més.

Agustí Ribera. Publicat en el Llibre de Festes de l'any 1992.

NOTES:
(1) Del Servei Arqueológic d'Ontinyent.
(2) Hem d'agrair l'interés i ajut d`Enric Ferrero, MªJesús Juan, Azucena Agudo, així com d'Antoni Bolea i Antoni Conca, col·laboradors habituals del Servei Arqueològic d'Ontinyent.
(3) Agraim especialment a en Joaquim Vicent totes les facilítats rebudes, tant com la donació de la peça a aquest Servei Arqueològic.
(4) S. G. E., Cartografía Militar. Fulla 794-U (Ollería), escala 1:25.000. Ed, 1953.
(5) DONAT ZOPO, J. (1966). Catálogo Espeleológico de la Prov. de Valencia. Memorias del Instituto Geológico y Minero, LXVII, pág. 111. Madrid.
(6) FLETCHER, D.; PLA, E.; ALCACER, J. (1969): La Bastida de les Alcuses-II. T. V. - SIP, núm. 25. P.p. 187 i ss. València.
(7) LLOBREGAT, E. A. (1972): Contestania Ibèrica. Pp. 27-28, I. E. A., Alacant.
(8) GIL-MASCARELL, M. (1975): Sobre las cuevas ibéricas del País Valenciano. PLAv-Saguntum, 11. Pp. 294 i ss.València.
(9) GOMEZ SERRANO, N. P. (1.935): Anales del Centro de Cultura Valenciana, VIII, p. 187. València.
(10) Es trobaven a la Col·lecció den Vicent Todo, de Rugat.
(11) Tampoc hem insistit massa; Agraïm a Vicent Terol, d'Albaida, els seus esforços per a cumplir el nostre requeriment i l'haver-nos tramés la seua informació respecte a la no documentació, fins el moment, del topònim en época medieval, segun les seues recerques toponímiques a l'Arxiu d'Albaida i altres.

miércoles, 9 de febrero de 2011

La Vall d'Albaida tras la Guerra del Francés (IV)




Valencia a principios del s. XIX segun un grabado francés. Google Imágenes


AÑO 1817


El coronel Francisco Samper y la causa contra el ladrón Parets. Muerte en Ollería de Francisco Micó apodado el Madrileño. Captura del fugado del presidio de Valencia Ramón Rosell de Palomar. Armas y equipamiento para la tropa de inválidos que ayudaba en la persecución de los malhechores. Fuga de compañeros de Onofre Navarro en Alcoy. Sumario al subteniente retirado D. Manuel Badia implicado en la causa de D. Manuel Beltrán de Lis y en el robo en la casa de D. Carlos Alarcón en San Felipe. José Belda solicita ser el jefe de la ronda organizada en Bocairente. El comandante de armas de Onteniente pide auxilio de tropas para perseguir a una cuadrilla de ladrones. Búsqueda del desertor José Belda de Albaida. Sobre la prisión del alguacil de Luchente. Un limosnero retenido en Alfarrasi. Bando de Elío sobre seguridad pública. Causa contra Ramón Martínez. Aprehensión de un soldado con armas prohibidas en Albaida. Búsqueda del desertor Antonio Tormo de Montaberner. Órdenes sobre la tropa de los puestos de Onteniente, Mogente y Albaida. Muerte violenta del alcalde mayor de Ayelo de Malferit. Aprehensión de un desertor en Bufali. Ejecución publica en Valencia de otros acusados del robo en la venta de Mogente. Los ladrones infestan los puertos de Almansa y Ollería. El ayuntamiento de Albaida solicita la permanencia del teniente Visconti al mando de la tropa del puesto. Este teniente sobre aprehensión de un desertor enfermo en Adzeneta. Incidente entre el comandante de armas de Onteniente y un estanquero de tabaco.


Este coronel Francisco Samper enviaba un oficio al gobernador, y este lo transmitía a Elío en la fecha del 6 de enero (c. 132), sobre la aprehensión de un vecino de Villanueva de Castellón por complicidad con el ladrón Parets, a éste, parece ser, que se le acusaba de ser uno de los autores del anteriormente mencionado robo de Beniarrés, como diré más adelante será ejecutado posteriormente.

El alcalde de Ollería, Felix Fayos, le comunicaba al gobernador Wenceslao Prieto el 15 de enero (c. 128), que en la mañana del 9 le habían avisado reservadamente de que Francisco Micó, apodado El Madrileño, se había fugado del presidio de Alicante y estaba por los alrededores del pueblo en compañía de dos más, añadiendo que la noche anterior había hecho retroceder a la ronda y justicia del vecino pueblo de Ayelo de Malferit; además se le había oído decir que venía con la intención de quitar la vida a José Antonio Pic por haberle detenido anteriormente varias veces por sus excesos (32). Ante esto tomó sus disposiciones y pudo averiguar que, en efecto, se hallaba con tres individuos en una casita de una pariente del madrileño situada en una de las salidas del pueblo.

Pudo reunir a cuatro sujetos honrados, entre ellos el mencionado Pic, que le acompañaran a él, al alguacil y al escribano (en el trayecto se les incorporaron dos sujetos más); llegaron al lugar y mientras varios se apostaban en la parte trasera de la dicha casa de campo, y otros dos se situaban a la entrada de la calle, él, junto al alguacil y el escribano, se presentó en la puerta al tiempo que los reos la abrían con intención de huir. Intimó la rendición y estos respondieron retrocediendo y cerrando la puerta. Gritó entonces ayuda al rey, mientras que el madrileño intentaba salir por la puerta trasera apuntando su escopeta, pero al mismo tiempo le disparó el citado Pic que estaba cerca del umbral de esta puerta trasera acertándole de lleno y matándole. En el registro posterior de la casa no se había encontrado más que un cofre que contenía algo de ropa pero no efectos de valor ni otras armas.

Elío, con fecha del 3 de enero (c. 132) le decía al gobernador que el comandante del presidio de aquella plaza le había comunicado que el día dos había huido el desertor Ramón Rosell, hijo de Vicente y Teresa Giner y natural de Palomar, el cual había tenido su último domicilio en Albaida; acompañaba el oficio para su búsqueda con las señas del mencionado. Días después, según el intercambió de información entre el alcalde de Albaida, Antonio Rico, y el gobernador, parece que fue capturado en Puebla Larga y conducido primero a Carcagente y luego a la capital.


Mogente. De la obra Views and Spain by Edward Hanke Locker, London 1824

Las dificultades que tenían los comandantes de armas, para armar y equipar debidamente a la tropa que perseguía a los malhechores, queda de manifiesto en un oficio (c. 132) del de San Felipe, Cristóbal Cardona, al gobernador, pues le dice (fecha 16 de enero) que había recibido la orden de que llegarían allí diez soldados al mando de un sargento ( parece que se refiere al cuerpo de inválidos) mandados por el comandante de armas de Alcoy, para que les entregara algunas armas; pero este Cardona le comentaba que las pocas armas útiles las guardaba para la guardia del cuartel de dicho cuerpo, recordándole, al mismo tiempo, que cuando el capitán general, en 30 de octubre de 1815, había tenido por conveniente enviar a la villa de Onteniente trece individuos del mismo que todavía estaban allí, se sirvió ordenar que le fueran entregados doce fusiles útiles del Parque de Artillería de la Plaza de Valencia, así que le pidiera que, por su conducto, solicitara ahora lo mismo al capitán general.

El anteriormente citado alcalde de Olleria informaba al gobernador el 16 de enero (c. 133) que acababan de fugarse de la cárcel de Alcoy algunos compañeros del famoso ladrón Navarro (debe referirse a Onofre Navarro), y que aunque habían sido capturados casi todos ellos, en la villa habían habido algunos robos lo cual le comunicaba para su información.

En el juzgado de San Felipe, a cargo por entonces de Gregorio Goicoechea, se había recibido información para instruir causa contra el subteniente retirado de Gandia D. Manuel Badia, que gozaba de fuero militar y uso de uniforme; la causa era, en principio, por tener alguna relación con el perseguido D. Manuel Beltrán de Lis a raíz del intento conspirativo ocurrido en Valencia el 17 de enero anterior(33), pero luego se le investigó también por indicios de haber colaborado en el robo ocurrido el 22 de noviembre anterior en la casa de D. Carlos Alarcón. Este Goicoechea le escribía al gobernador (c. 132) con fecha 8 de marzo diciéndole que el 20 de febrero le había enviado al coronel Samper un oficio relativo a la causa de este Badia. Por la misma causa estaban ya detenidos Andrés Melo y Luis Soler al parecer también relacionados con el ladrón Parets. De momento este Badia permanecía arrestado en el cuartel de inválidos casados. Por lo averiguado se sabía que los tres citados la tarde del 21 de noviembre se habían presentado en la posada del Sol, al parecer el Melo y el Soler con escopeta, y allí no quisieron presentar el pasaporte, marchando al oscurecer por la Alameda hacia la puerta de Cocentaina; también se conocía el hecho de que el Badia había sacado pasaporte para Beniarrés pero que no fue a este pueblo en los días posteriores, siendo finalmente arrestado a la salida de Cocentaina.

Otro desertor, éste de Olleria de nombre Vicente Boluda perteneciente a la tercera compañía del segundo batallón del Regimiento de Infantería de Línea de Aragón, era buscado y el gobernador se dirigía, fecha 20 de febrero (c. 132), diciéndole al alcalde que no había contestado a su anterior sobre dicha búsqueda; el alcalde le contestó el 13 de marzo comunicándoles que el tal no se hallaba en la villa.

La justicia de Bocairente escribió por aquellos días (5 de abril) al capitán general para solicitar, en vista de los robos que padecía la población (sobre todo por el robo ocurrido el 21 de marzo en casa de Martí Belda Belda (34), el nombramiento del vecino José Belda Castelló para organizar y dirigir una ronda de ciudadanos honrados. A este propósito Wenceslao Prieto enviaba un informe a Elío, con fecha de 21 de abril, favorable a que el citado José Belda Castelló se ocupara de dicha ronda, el cual ya había sido jefe de partida patriótica en la pasada guerra(35). Elío respondía el 25 de abril autorizando dicha ronda y enviando el título correspondiente al citado Belda, por el cual se le autorizaba a perseguir malhechores y ladrones por las montañas, aunque la ronda sería provisional y siempre sujeta a la justicia y ayuntamiento de la población.


Estampa antigua que representa al general Elío a caballo. De la obra de Luis Minguet y Albors "El General Elío y su tiempo", Valencia, 1922


También el comandante de armas de Onteniente, Domingo Cutillas solicitó por entonces el auxilio de tropa para perseguir a una cuadrilla de ladrones que, según informes que tenía, hacían rancho a hora y media de aquella Villa. Elío quedó enterado de esta solicitud y así se lo decía al gobernador el 10 de mayo (c. 132). Asimismo se daba por enterado, fecha de 17 de mayo, del oficio que le había enviado el comandante de armas de San Felipe, D. Manuel Uzquiano, en el cual le comunicaba que las diligencias para capturar a dicha cuadrilla todavía no habían obtenido sus frutos.

Otro desertor buscado por entonces era José Tormo que era de Albaida y lo era del Regimiento de Infantería de Córdoba. El alcalde de esta población, José Llovet y Sanz, contestaba al gobernador en la fecha del 29 de mayo (c. 132) que se había buscado al mismo por varias heredades del término sin resultado.

Otro asunto que motivó la respuesta de Elío al gobernador fue el de la prisión del alguacil de Luchente Francisco Oriola, fecha 27 de mayo (c. 132), la cual había sido pedida por el presidente del Consejo de Guerra permanente, procedimiento al cual el gobernador había puesto algunos reparos; Elío le decía a este respecto que había tenido que buscar en las disposiciones reales la manera de proceder en estos casos, y que había resuelto que en lo sucesivo, dicho consejo permanente solicitara dicha prisión por un conducto más adecuado (no constan los cargos contra dicho alguacil).

Por su parte el alcalde de Alfarrasí, Antonio Vidal, en fecha de 6 de junio (c. 128), le comunicaba al gobernador que hallándose en el ayuntamiento del pueblo un soldado del Regimiento Primero de Coraceros del Rey (sito en Alcira), con un pliego de real servicio en el pueblo, había acudido allí un hombre sospechoso vestido de paisano pidiendo limosna y una boleta para alojarse; interrogado por el soldado el limosnero le dijo que era de Madrid, que había servido en el Regimiento de Murcia, que no llevaba su licencia encima y que se dirigía a Alcoy. El soldado tomó providencias delante del alcalde para conducir al tal, añadiendo en su informe que habían observado cierta insensatez del sentido en dicho individuo.

El 7 de junio Elío firmaba uno de los bandos que publicó en estos años sobre seguridad pública(36). Comenzaba: La sagrada obligación que mi autoridad me impone de velar por la seguridad y tranquilidad pública, para continuar diciendo que uno de los medios que tenían los enemigos del orden, del Estado y de la soberaníá de S. M. era la propagación de rumores, así que sus autores serían juzgados con el rigor que las leyes imponen para semejantes crímenes.

El comandante de armas de Albaida Francisco Visconti arrestó en estos días de junio un soldado al que le descubrió un arma prohibida. Elío se refería a esto en un oficio del 26 de junio al gobernador (c. 130), pues decía que dicho oficial le había hecho llegar el arma, la cual era un fúsil con la pólvora correspondiente, el cañón era de dos palmos, baqueta de hierro, llave a la francesa sin abrazadera, y piedra de chispa con su zapatilla de plomo bien acondicionada; Elío le mandaba que ordenara la conducción del soldado con la sumaria.

Otro desertor buscado era Antonio Tormo que era de Montaberner (c. 132); era soldado de artillería que había desertado de Sevilla el 30 de junio de ese año llevándose las prendas de vestuario y armamento que eran la casaca, pantalón de paño y otro de lienzo, botines, dos camisas, un par de zapatos, corbatín, un sable y tercerola. Había sentado plaza voluntario el 4 de enero de 1816.

Según la orden transmitida por Elío el 13 de agosto (c. 132), y debido a que se precisaba cubrir la costa con tropa, el destacamento de San Felipe contaría a partir de entonces con un oficial, un sargento y diez soldados, y los de Onteniente, Mogente y Albaida con un oficial, un cabo y cuatro soldados; toda esta fuerza debía de ser del Regimiento de Infantería de Albuera.

Otro alcalde mayor que murió violentamente este verano fue el de Ayelo de Malferit D. Antonio Lorca Herrera. Según el escrito de Elío al gobernador de fecha 13 de agosto (c. 132) el presidente de la Sala del Crimen le había remitido las señas de Vicente Beneito de Agustín, con el fin de que diese conocimiento a los jefes militares para lograr su captura por haber dado muerte a dicho alcalde mayor. Las señas del tal eran: 45 años, estatura baja, color moreno, cerrado de barba, ojos azules, pelo negro y nariz y boca regular. Vestía: calzoncillos blancos, faja azul, chaleco blanco, medias de trabeta, alpargatas de cáñamo, pañuelo en la cabeza y que no saben si lleva sombrero o montera. El gobernador encargó al alguacil mayor de San Felipe que hiciera las diligencias, el cual se trasladó a Ayelo de Malferit en donde pudo averiguar, por un vecino llamado Bautista Calabuig, que el dicho marchaba para Madrid. Según noticias que se recibieron esos días había sido detenido en Minaya.

En la casa de campo llamada del Ciprerest de Bufali fue encontrado en este mes de agosto otro desertor de nombre Mariano Aullo del batallón ligero de Canarias con sede en San Lucas de Barrameda. Así lo informaba el comandante de armas de Albaida D. Pascual Visconti, añadiendo este en su informe (c. 132) que había sido aprehendido con un trabuco, arma prohibida. Junto al oficio adjuntaba también las declaraciones de los habitadores de dicha casa y de otros testigos.


Soldado del Regimiento de Infanteria Ligera de Valencia. Google Imágenes

El Diario de Valencia, en el del día 11 de septiembre, publicaba las ejecuciones de cinco condenados más por el robo de la venta de Mogente. Así según la nota del Consejo de Guerra Permanente ese mismo día a la hora acostumbrada (37) se ejecutaría la sentencia de garrote impuesta por dicho tribunal a los paisanos Vicente Garrido, natural de Aljorf, Francisco Valls, apodado el moreno de Agullente, y Domingo Albert y Lloret de Albaida; y a la misma hora, entre las puertas de S. José y Cuarto, serían pasados por las armas los soldados Mariano Ximenez, natural de Adzeneta, y José Juan de Ayelo, todos del corregimiento de San Felipe; estaban acusados de haber cometido, en compañía de Onofre Navarro y el Fraret de Agres el robo en la venta del Cañaret o de Mogente, a cuyo dueño habían sentado por seis veces sobre el gran fuego de la cocina, con desnudez de la parte. Había transcurrido más de año y medio desde el robo y de que fuera ejecutado el mencionado Onofre Navarro. Fue un caso que, como he dicho, Elío pudo presentar como ejemplo de la eficacia de sus medidas ya que se habían descubierto y castigado a todos los culpables de aquel famoso robo digno de quedar en la memoria popular por medio de los romances de ciego.

No obstante Elío continuaba recibiendo noticias sobre las actividades de los ladrones. Así recibió oficios del gobernador Wenceslao Prieto, días 22 y 23 de agosto (c. 132) en los que este le decía que los ladrones infestaban los puertos de Almansa y de la Ollería, y de una cuadrilla que efectuaba los robos en el camino de la Vall Seca.

En octubre el ayuntamiento de Albaida, era alcalde D. Antonio Rico, solicitó en la fecha 6 de noviembre (c. 132) que el citado comandante de armas, el ya mencionado teniente D. Pascual Visconti, que lo era del Regimiento de Infantería de Albuera, permaneciera en el puesto ya que iba a ser trasladado, pues había manifestado durante el tiempo de permanencia en el puesto un gran esmero y actividad a la persecución de malhechores. Con la misma fecha dicho comandante de armas informaba al gobernador que se había hecho cargo de un soldado llamado Pascual Soriano, del mismo regimiento de Albuera, el cual estaba en la cárcel de Adzeneta enfermo desde hacia días; había sido llevado al alcalde por unos dependientes de rentas que lo habían encontrado.

En Onteniente, el corregidor Juan María Garrido y el propio ayuntamiento, se dieron por enterados del oficio recibido por el gobernador de San Felipe (c. 128) por el cual les transmitía la orden del Capitán General del primero de noviembre referente a la multa de 300 ducados a los padres del desertor José Valls por haberlo ocultado.

Por su parte el comandante de armas de Onteniente, Ignacio Pérez Trujillo tuvo en noviembre un incidente con el estanquero Valeriano Pérez vecino de Benigánim. Al parecer se encontró con un grupo de individuos entre los cuales iba el estanquero, cuyo pasaporte era defectuoso, y además los dos acompañantes llevaban trabuco, carabina y otras armas; así que arrestó a los dos acompañantes y les impuso multas incluido al estanquero. El incidente ocurrió al ir este estanquero al alojamiento del comandante, que lo era en la casa de D. Luis Mayans, y allí en la plaza discutieron y dicho comandante estuvo a punto de sacar su espada si no lo impidiera un doloroso accidente que había padecido; como consecuencia de este incidente arrestó también a dicho estanquero lo cual ocasionó la reclamación del administrador de rentas. Elío le escribió al gobernador (c. 132) mandando que el estanquero pagara la multa o de lo contrario fuera condenado a ocho días de prisión, y a los acompañantes que la pagaran y si eran insolventes (eran jornaleros) lo fueran a cuatro días de prisión, añadiendo que en lo sucesivo, y sobre esta clase de asuntos, se entendieran directamente con él, es decir con el gobernador

Fernando Goberna. Publicado en la revista Almaig de 2009.


NOTAS:

(32) Al parecer este Francisco Micó tenía algún vínculo familiar en la Ollería. En el año 1814 había sido acusado de jefe de cuadrilla de ladrones, los cuales cometían robos en la ruta entre Valencia y Alicante, entre ellos uno ocurrido en Bellús. Se había fugado por entonces de la prisión de San Felipe, y el referido José Antonio Pic, con ayuda de otros, le había detenido en la propia Ollería, de ahí que se suponía quería vengarse.
(33) Como consecuencia de este intento de conspiración descubierto en Valencia hubo cuatro ejecuciones en la capital, mientras que otros como Manuel Beltrán de Lis, el fraile Antonio Nebot y el abogado Felipe Benicio Navarro pudieron huir a Gibraltar. Véase Manuel Ardit. Op. cit., p. 246.
(34) Ese día un cuadrilla de nueve trabucaires, seis de ellos de la propia Bocairente (otros eran de Villalonga, Xeresa, Real de Gandia y Ador), habían entrado por la noche en casa de Martí Belda Belda muy conocido en la población, el cual tenía un negocio de elaboración y distribución de bayetas y trapos. Véase Manel Arcos: Op. cit. pp. 76 – 77.
(35) Sobre José Belda véase mi escrito: La guerra de la Independencia en el Valle de Albaida, revista Almaig (Ontinyent, 1992).
(36) Archivo Municipal de Albaida: Caja año 1817.
(37) En el diario del presbítero D. Joaquín Centelles, que ya he citado, también se recoge estas ejecuciones, en un día, según el mismo, que llovió intensamente desplomándose como consecuencia de la misma la casa conocida por la de Garrigues y también cayó una higuera muy alta.

lunes, 7 de febrero de 2011

Cançons populars d'Aielo de Malferit





LA NOSTRA CANÇÓ POPULAR

Aquest títol ens pot sugerir moltes i diferents coses, però aplicat a les nostres cançonetes (moltes d'elles perdudes en el temps) sols pot fer referència a tot allò que constitueix el parlament musical del poble plá i senzill, del poble del carrer que ens ofereix una unitat substancial, una expressió sintètica de valor unitari o de grup que, expresant musicalment un estil característic i vivencial, prescindeix de cadascuna de les característiques més importants de les grans creacions artístico-musicals.

Mireu, si no, aquest conjunt d'eixes cançonetes, que posiblement alguns més majors recordareu. Son cançons fetes pel poble, cantades i dedicades al poble mateix i que a més a més, tenen una gran varietat de temes i sons musicals.

Toni va a la font
i trenca un canter,
i sa mare li diu:
no em trenques l'altre.

El sereno s'ha perdut
per la font de la Salut,
un xiquet se'l ha trobat,
amagat a un forat.
El sereno!

Assomeu-se, assomeu-se a les portes
i voreu i voreu que revoltes.
Assomeu-se, assomeu-se als balcons,
i voreu, i voreu que cançons.

Caragol, gol, gol,
quan eix de casa mai va sol
sempre porta la guitarra baix el cul
caragol és un gandul.

Roda la mola Xim, xirimbola.
Una coca fina i un barral de vi.
Tronxo maduro que caiga de culo.

Miquel pel, pel, bollo, bollo, bollo
sardina torrà pa i cansalà.


Ai que aigüeta! menudeta,
les campanes van al vol,
a la pobra Vicenteta
el seu novi no la vol.

Ha vingut un barco de cacau fallat
i al pobre Pepico l'han deixat pelat.

Ring, ring, una llimosneta,
Ring, ring, un trocet de pa,
que ma mare está pobreta
i Déu ja l'ho pagará.

Mon pare no te nás,
mon pare no te nás,
ma mare és xata,
i un germanet que tinc,
i un germanet que tinc,
mig nás li falta.

Un voladoret una pesseta,
d'eixos que van en bicicleta.
Xiquets ploreu!
que voladorets tindreu!

Podríem haver-ne escrit més, però l'espai no ens permet allargar més les cançons, però si que seria profitós i educatiu el que aquestes, i d'altres, que molts/tes de vosaltres conegueu, les fereu dependre als més joves i que no desapareguen en aquest món de preses i TV en que estem vivint.

No oblideu que aquestes manifestacions folclòriques populars, com poden ser els contes, endevinalles, refranys... deuen alegrar-nos per poder coneixer-les i sentir-nos satisfets perquè estem conservant i propagant alló tant nostre i meravellós com és la nostra cultura transmitida pels nostres avantpassats.

Miquel Mollà i Egea. Ontinyent, 30 d'abril de 1991. Publicat en el Llibre de Festes de 1991.

viernes, 4 de febrero de 2011

Aportación a la historia de Ayelo de M. Cap.VI



Tras la expulsión de los moriscos en 1611, Ayelo de Malferit se repobló con 57 colonos y sus familias. 35 años después, según un "vecindario" de 1646, eran 81 las casas censadas (unos 360 habitantes)


LA DEMOGRAFIA AYELENSE A PARTIR DE LAS CARTAS PUEBLAS

Los "Vecindarios"- Cálculos de Cavanilles y Madoz

La Carta-Puebla de Ayelo de Malferit (en sus dos copias que ya hemos considerado) no dice el número de familias de cristianos viejos que en aquella fecha (1610-1611) vinieron a establecerse en Ayelo, sino el número de individuos a los que se les otorgó la Carta-Puebla de 1610: en total, 57 (cincuenta y siete).

No sería correcto aplicar el porcentaje de 4'5 individuos por casa, puesto que se habla de individuos, no de familias, aunque es de suponer que alguno de estos cristianos viejos repobladores llegarían con ella. Lo evidente es que Ayelo comenzó entonces a llenarse con cierta rapidez, según lo atestigua un "vecindario" de 1646 (o sea treinta y cinco años después de estos otorgamientos de cartas de repoblación).

Según este "vecindario", que figura en el Archivo del Reino de Valencia (1), mandado a confeccionar por la Diputación de la Generalidad a los jurados y justicias de todo el Reino y que lleva fecha de 13 de noviembre de dicho año, 1646, Ayelo en esta fecha tenía 81 casas, o sea 364 habitantes. Hemos de tener en cuenta que estos vecindarios se llevaban a cabo con fines fiscales, es decir, para el repartimiento de impuestos y extracción de soldados. Y las autoridades locales, que sabían su finalidad, disminuían intencionadamente la población con objeto de disminuir los impuestos. Los autores mercantilistas y geógrafos han tenido en cuenta esta circunstancia.

He aquí el texto de este "vecindario":

"Memoria de les cases o vehíns y habitadors del Lloch de Ayelo de Malferit, feta per Ventura Juan, Justicia del Lloch, rebuda per mi, Joan Xulve, notari per tot lo Regne de Valencia, en ventitres díes del mes de novembre del any mil sisens coranta sís; les cuales son les seguens:

Pere Corts, Pere Exea,Miquel Valls, Pere Belda
Josef Mira, Vicent Sans, Joan Exea, Francés Ortiz,
Joan Bellver, Antoni Borrás, La viuda Na Mollana
Diego Como, Frances Ortiz, Gaspar Ortiz, Joan Rico
Andreu Joan, Frances Joan, Francés Oller
Joseph Galindo, Pere Bellot, Bertomeu Doménech
Joachín Cerdá, Phelip Valls, Thomas Valls, Joan Bellot
Françes Armengol, Miquel Borrás, Inés Colomer
Vicent Calabuig, Melchor Joan, Luis Mompó, Andreu Molla
Viuda Na Ferrandis, Viuda Na Maiques, Batiste Valls
Sebio Calabuig, Viuda na Bellota, Viuda Na Marqués
Antoni Garrigós, Joan Tortosa, Diego Puerto, Josef Bernabeu
Miquel Sans, Jacinto Moltó, Ventura Joan, Bertomeu Francés
Bertomeu García, Jaume Bataller, Leonardo Castelló
Antoni Pascual, Jeroni Bernabeu, Llois Rico
Miquel Saus, Josef Aparici, Vicent Belda, Frances ...
Félix Galbis, Boru Galbis, Joan Galbis, Bertomeu López
Josef Molla, Llois Borreda, Joan Lano, Jacinto Ferrándiz
Joan Beneito, Gabriel Martí, Valero Mira, Bertomeu Saus
La viuda Na Vidala, La viuda Na Doménech, La viuda Na Joana
Inés Colomer, Joan Saus, La viuda Na Apariçia, Francés Gascó
Lo Retor del Lloch, Lo Senyor de Ayelo,
Montserrat Izquierdo (Collector)
Joan V. Ministre de dit poble

Totes les cuals cases damunt retro escrites fan suma de huitanta una cases, contengudes en la present çeda (cédula), los cuals son vehins y habitadors del dít lloch de Ayelo de Malferit.

E pera que a dita y present çeda (cédula) y coses en aquella contengudes fe "indubiar" li sia donada y atribuida en cuansevol part, yo Joan Xulve, notari publich per tot lo Regne de Valencia, en fe de lo cual posse asi mon síg ne."

Observemos que la mayoría de los apellidos de estos caps de cases persisten hoy en Ayelo. Los nombres propios, que van todos en valenciano, contrastan con el Montserrat Izquierdo (Collector o recaudador de impuestos), que, indudablemente, es foráneo. El que haya en el lloch un retor indica que en aquella fecha la parroquia de Ayelo estaba desligada de la de Ollería.

Según Cavanilles la población de Ayelo pasó de unos 900 habitantes a principios del s. XVIII a los casi 2000 del censo de Aranda en el año 1787

A principios del siglo XVIII aparecen varios "vecindarios", que, en parte, fueron estudiados por el mercantilista Ustáriz (2). Este comprobó que estaban manipulados: la cantidad de habitantes expresados en ellos estaba por debajo de la realidad, lo que indica que persistía el temor en los pueblos y ciudades a las contribuciones extraordinarias y gabelas de todas clases. Por tanto, esos 364 habitantes que el vecindario de 1646 atribuye a Ayelo debemos aumentarlo en varias docenas más.

La demografía del Reino de Valencia se recuperó mucho después de la guerra de la Independencia. De 1787 es el censo de Aranda, el primero confeccionado por individuos, no por casas. En él debió inspirarse el naturalista valenciano Cavanilles, que, en sus "Observaciones sobre la historia, geografía, agricultura, población y frutos del Reino de Valencia" (1795), nos da, entre otras noticias sobre nuestro pueblo, las fidedignas sobre su población (3).

Según este autor, la población de Ayelo, a principios del siglo XVIII, era de 200 vecinos, que, a razón de cuatro y medio por casa eran 900 habitantes. Pero a finales de este mismo siglo, cuando Cavanilles visitó nuestro pueblo, le calcula 442 vecinos, que, según la proporción predicha, eran un total de 1.989 habitantes.

Madoz (4) que publica su Diccionario Geográfico Estadístico de España (1850), medio siglo después, atribuye a nuestro pueblo 527 vecinos o casas, que a razón y a dicha, resultan 2.371 habitantes.

A partir de finales del siglo XIX se pueden utilizar los datos precisos del Instituto Nacional de Estadística. Observados estos datos, desde 1877, en que Ayelo tiene 2.883 habitantes de hecho y 2.969 de derecho, vemos que nuestra villa crece muy lentamente. Hasta 1957 Ayelo no llegará a los 3.000 habitantes, y será necesario llegar a 1979 para alcanzar los 3.599 habitantes.

El lento crecimiento demográfico de Ayelo

El estancamiento de la población en Ayelo desde fines del siglo XIX hasta hoy se debe a varias causas. La principal es la situación geográfica del pueblo. Ayelo, como hemos dicho ya, está situado en el extremo oeste del Valle de Albaida, cerrado en esta dirección por las estribaciones de la sierra Grossa. Si este aislamiento le favoreció hasta el siglo XVIII, librándole en ocasiones de incursiones y saqueos, le perjudicó en adelante, ya que fue una de las causas que le impidieron industrializarse a tiempo.

A finales del s. XIX Ayelo perdió la oportunidad del tren y esto influyó en el lento crecimiento de su población en la primera mitad del s. XX. Varios ayelenses montaron sus empresas en Canals y Xàtiva y muchos buscaron trabajo en las industrias que se creaban en Ontinyent, Albaida i L'Olleria

Consideremos que hasta después de 1920 (aproximadamente)) no se le abrió paso hacia el Oeste, cuando se construyó la carretera hacia Mogente, llamada de Casas del Campello, carretera que, además de su incómodo trazado, conduce hacia las zonas menos vitales de la provincia alejándose del mar.

Pero la causa definitiva fue la revolución de los transportes con la aparición del ferrocarril, que debió causar un impacto enorme en la organización de las comunicaciones. (El automóvil, como medio de transporte, no hace su sensacional entrada hasta principios del siglo XX.)

Cuando en 1843 todavía existían en España las "sociedades de diligencias", que organizaban los viajes de las personas a base de aquellos coches de cuatro ruedas, con pescante y baca para equipajes, tirados por cuadrúpedos, apareció en nuestro Reino la primera línea ferroviaria, que iba desde Valencia-Puerto hasta Játiva. Esto sucedió en 1850.

Los ayelenses con inquietudes no tardaron muchos años en abandonar Ayelo, buscando mejores comunicaciones para organizar sus, al principio, pequeñas industrias. Los primeros que recordamos fueron los Ferri y los Colomer (don Jacinto y don Ramón), que montaron su industria harinera en Canals. Más tarde lo fueron don Ricardo Sanz, separándose de los fundadores de la fábrica de licores Aparici, Sanz y Ortiz y don Vicente Bernabeu. Ambos reinstalaron sus fábricas de licores en Játiva, que con el tiempo llegó a ser un importante nudo de comunicaciones. Hoy siguen protagonizándose estas "fugas".

A esta fuga de empresas sigue hoy la de individuos. Los jóvenes ayelenses de hoy prefieren el trabajo en fábricas al de la agricultura, y en busca de trabajo marchan a Ollería, Onteniente y Albaida, terminando a veces instalándose en alguno de estos pueblos.

Hemos de agradecer desde aquí a los autores de un proceso contrario. A los que, no habiendo nacido en nuestro pueblo, han aportado a él su vecindad, su trabajo y su industria, grande o pequeña.

Hoy Ayelo, según censo de 1981, tiene 3.549 habitantes de hecho y de derecho, 50 menos que en 1979.

Mª Ángeles Belda

NOTAS:
(1) A. R. V., sig. 4, 828, p. 452.
(2) USTARIZ, Gerónimo: Teoría y práctica de Comercio y de Marina. Hay una edición facsímil de Gabriel Franco de 1968, en que los originales de los vecindarios han sido estudiados por comarcas valencianas.
(3) CAVANILLES: Ob. cit., tomo. II.
(4) MADOZ: Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España, 1850.